La Opinión de Murcia

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Entrevista

Ana Curra: "Antes censuraba el poder, ahora lo hace la gente en redes sociales"

La que fuera teclista de Parálisis Permanente sigue en activo y este sábado regresa a Murcia para celebrar el Garaje Beat Club el cuarenta aniversario de 'El acto' (1982) y de la formación de Los Seres Vacíos.

La compositora, cantante y teclista Ana Curra. Jesús Pastor

La cantante y teclista Ana Isabel Fernández, más conocida por su nombre artístico (Ana Curra), tenía 21 años cuando en 1979 se incorporó a Alaska y los Pegamoides. Poco después, en 1982 –por lo que se cumplen ahora cuarenta años de aquello– entró a formar parte de una banda capital (y pionera) dentro del post-punk nacional como Parálisis Permanente, y, casi paralelamente, formó junto al malogrado Eduardo Benavente Los Seres Vacíos. Se trata, pues, de una importante efeméride en su larga trayectoria que este sábado celebrará –junto con un repaso a sus obras más modernas– en la sala Garaje Beat Club de Murcia. Porque Ana Curra sigue, cuatro décadas después, al pie del cañón. 

Sigue en activo, y este año ha sacado la canción y el vídeo de Aphrodita la Monarca, con referencias al sexo y a la muerte.

Veo, en clave de humor, cuestiones como la falta de dirección que lleva la especie humana. Me mimetizo con un personaje, la mariposa monarca que reinaba en las selvas y grandes espacios naturales, e introduzco el elemento de la mujer. Cuando el planeta Tierra está en declive, hay una llamada a Aphrodita la Monarca para que venga a salvar a la humanidad. Está en clave punk y de actualidad: abordo sobre todo el tema climático, que nos pone en evidencia en la pandemia, cuando vemos la capacidad de recuperación de la naturaleza cuando el ser humano desaparece.

¿Y en Hiel, de 2021?

También comento ese elemento en la letra. Esa canción no está en clave punk, no tiene una etiqueta musical, pero es una de las grandes canciones que he hecho últimamente. El tono es más serio, y hablo de lo charlatanes que podemos llegar a ser, de las caceroladas que salían en los momentos más oportunos, todas las tardes, cuando tendríamos que estar todos reseteando nuestro esquema mental y aprovechando para reflexionar. Estoy muy orgullosa de los vídeos que se han hecho, y están funcionado muy bien en directo.

Es el cuarenta aniversario de El acto, el disco de Parálisis Permanente. ¿Cómo se recordará en el concierto?

Fue un disco legendario y mítico, y no solo para mí [Ríe], sino para muchas generaciones. Así que el inicio y el final serán con El acto, y en la parte central haremos un set de canciones más nuevas, del disco anterior que saqué, Huaca (2019) y temas sacados de Ana Curra y Los Seres Vacíos.

¿Cómo es su recuerdo personal de El acto?

Es muy alucinante. Fue un disco muy vanguardista que ha pasado el tiempo con una nota excelente. Cuando me subo a hacer las canciones en el escenario las siento absolutamente vivas. Por un lado es como si aquello hubiera ocurrido en otra vida (han pasado cuarenta años y era una niña), pero, por otro, soy la primera que corrobora que son canciones de absoluta vigencia: no me pueden emocionar más.

¿Por qué no han envejecido?

Ahora en la pandemia, Autosuficiencia era una de las canciones que los grupos más versionaban: «Encerrado en mi casa, todo me da igual...» [Canta]. Las canciones de Parálisis Permanente eran muy avanzadas en su momento, y cogen temas que siempre están de actualidad: el sexo, las drogas y la muerte; eso no se va a pasar nunca.

Llega al Madrid de la Movida muy joven y pronto está grabando discos importantes.

Fue sucediendo con absoluta naturalidad. Tenía muchas ganas de tocar con un grupo, y entré casi por casualidad en Alaska y los Pegamoides. Tuvimos suerte, nos pilló todo en el momento preciso; nos fue cayendo el reconocimiento como si nada. También es que irrumpimos en plena Movida en una España que antes era bastante oscurita y en la que se acababan de rompen las reglas del juego. Entra la Transición a nivel social y político y hay un destape de ideas, como una bomba que estalla tras estar bajo presión durante muchísimo tiempo. Porque a mí la censura del Franquismo me pilló de niña, pero la Transición, en plena adolescencia. Tenía referencias (de mi tío y de mi hermano mayor, que se metió en todas las manifestaciones que pudo y al que, por tanto, le dieron porrazos los grises), pero yo era tan joven que no era muy consciente de lo que pasaba, pensaba que simplemente el mundo era así [Ríe]. Con los años vas cogiendo perspectiva y es cuando empecé a ser consciente de que me tocó vivir una época muy convulsa y de que llegué un poco a ser protagonista de esta escena que rompe y sale a las calles a reivindicar un espacio de libertad, sobre todo artística.

¿Cómo han cambiado las cosas desde entonces?

Hay cosas que no sucedían en los ochenta y ahora sí. Mira, yo soy una defensora a ultranza de la libertad de expresión; y lo soy porque viví la censura ideológica y creo que es una involución. Pero hay gente tanto de derechas como de izquierdas que se empeñan en seguir con ello...

¿Socialmente, hay miedo a la libertad, a dejar que el vecino pueda decir lo que quiera?

Claro que hay miedo. Siempre ha habido ansias de manipular. Antes lo hacían desde los poderes fácticos, pero ahora es la propia gente la que se autocensura y la que te censura desde las redes sociales.

Usted tiene formación clásica de piano, y lo enseña en el conservatorio, pero el punk se relaciona con hacer música sin saber...

¡Súbete y hazlo! Esa era la premisa.

¿Cómo vive esa dualidad?

Pues muy bien. Conocía una educación rigurosa desde pequeña, y me daban envidia los caraduras [Ríe]. Yo era muy pudorosa en este sentido: si no lo hacía bien me daba vergüenza, pero a la vez envidiaba su actitud. Ahora han aparecido los ordenadores en esto la música y es genial, porque la actitud vuelve a ser la del ‘hazlo tú mismo’. Luego el tiempo va poniendo las cosas en su sitio: en todas las tendencias hay gente buena y mala.

¿Cómo es su público?

Un pequeño grupo vuelve a venir al concierto para rescatar al personaje de Ana Curra que descubrieron entonces. Pero te puedes encontrar a gente de veintipocos años que buscan, bucean y conectan conmigo. Vivimos un momento donde la mayoría de la gente escucha reguetón (yo no accedo a ellos ni ellos a mí; lo que es normal, ya que son cuatro décadas de diferencia), pero precisamente por eso me fascina y admiro mucho a la gente joven que escarba y decide por sí misma qué le gusta del reguetón y qué de las músicas que hubo antes.

Fecha: Sábado, 22.00 horas.

Lugar: Garaje Beat Club, Murcia.

Precio: 17/20 euros.

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