Coincidiendo con la Semana de la Huerta 2022, el Museo Ramón Gaya de Murcia inauguró este fin de semana la exposición Huerto y vida, que reúne una serie de obras en las que el pintor que da nombre a este espacio se deja llevar por los paisajes que le vieron crecer. Y es que Gaya nació en 1910 en el desaparecido Huerto del Conde. Entonces, la ciudad era «preciosa, con mucho encanto. No tenía monumentos ni cosas de esas. Una ciudad sencillita. Se sentía mucho el cerco de los huertos y la huerta», recordaba en un texto en el que subrayaba la importancia de sus orígenes murcianos y en el que hace alusión a la imagen más antigua que conservaba entonces en su memoria: una rama de nísperero recortándose sobre un cielo azul.

Esos recuerdos de infancia le acompañarán siempre y un buen ejemplo son las obras de esta muestra, titulada Huerto y vida. «Creo que son muy definitivas las primeras sensaciones que se tienen, se venga de la raza que se venga [...] Claro, la raza interviene muchísimo y es muy importante, y aparece de una manera misteriosa después, cuando menos lo piensa uno. Pero creo que las sensaciones primeras que se tienen de niño... Para mí el agua, la sensación de agua para mí, no es la que puede tener un gallego o un asturiano, un agua que se va entre las piedras. No, para mí el agua es la acequia», decía el maestro.

De hecho, aunque Gaya tuvo que marcharse de la ciudad (de su ciudad), nunca perdió la oportunidad de referirse a su tiempo murciano: «Lo viví intensamente de niño, y lo recuerdo y lo sigo viviendo con agrado». Por eso, a su vuelta del exilio saldrá a pintar por Murcia y los paisajes de la huerta, sus frutos y flores, las acequias, el Malecón, etc., se convertirían en elementos recurrentes de su obra.