Aunque los días de playa parezcan ya lejanos, no ha sido hasta este jueves cuando, oficialmente, hemos dejado atrás el verano. Las hojas del calendario alcanzan el 22 de septiembre y, con ellas, el estío deja su lugar al otoño. Es tiempo de retomar la rutina del día a día: de la vuelta a la oficina o al taller, de la vuelta al cole o la universidad, al gimnasio o a las clases de ingles... Pero, también, de la vuelta al teatro. Los telones se levantan y las butacas ya esperan a ser ocupadas. En el Bernal de El Palmar ya comenzó la semana pasada el Certamen Nacional de Teatro Amateur ‘Ciudad de Murcia’ –este sábado será la compañía cacereña Jachas la que exponga sus credenciales con Miserere–, mientras que la plaza de la Merced acogió entre jueves y viernes dos espectáculos de circo con los que dar la bienvenida a la temporada. Sin embargo, los dos principales teatros de la capital del Segura siguen cerrados y a la espera de que alguien abra la cortina; aunque, por fortuna, la del TCM se correrá muy pronto (y con un espectáculo particularmente simbólico).

Ya este miércoles quien pasara por la calle Enrique Villar podía escuchar algo de ajetreo en el interior del Teatro Circo. Sobre las tablas, un importante grupo de actores dirigidos por el veterano César Oliva apuraban los ensayos ante el estreno de este jueves. ¿El texto en cuestión? Un clásico, Luces de bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán. "No quiero decir que es el mejor de la dramaturgia española, pero..., desde luego, es uno de los cuatro o cinco más importantes", apuntaba este miércoles el reputado director de escena, reconocido 'valle-inclanista'. "Hombre, yo he estudiado mucho su obra, he escrito infinidad de artículos sobre él e, incluso, le he dedicado un libro, El fondo del vaso (2003). Y, por supuesto, he montado tres o cuatro piezas suyas con el Aula de Teatro de la Universidad de Murcia, además de alguna fuera de la UMU, como Divinas palabras", recuerda Oliva. Sin embargo, con Luces de bohemia –tal vez la más conocida del también poeta y novelista de Villanueva de Arosa– tenía una cuenta pendiente.

"Nunca se me había presentado la ocasión, así que cuando tuve la oportunidad no lo dudé", señala el dramaturgo murciano. Eso sí: tanto él como su equipo han tenido que luchar contra los elementos para poder presentar su propia versión de Luces de bohemia en el Teatro Circo de Murcia. "Resulta que hace dos años, en 2020, se conmemoró el primer centenario de su publicación en el semanario España, y tanto Juan Pablo Soler [coordinador de los teatros y auditorios municipales] como yo coincidimos en participar de esta efeméride. Además, queríamos hacer algo que realmente mereciese la pena, así que decidimos abordar este proyecto desde dos frentes: por un lado, queríamos hacer un montaje teatral y, por toro, un cómic con fines didácticos que sirviera para presentar este texto a las nuevas generaciones. Esto último pudo hacerse y distribuirse sin problemas, pero la función se encontró con la pandemia...", recuerda Oliva. Su puesta en escena tuvo que suspenderse a la espera de que el dichoso virus les diera un respiro en 2021, pero cuando quisieron retomar su estreno el año pasado se encontraron con una de las múltiples olas de contagios que afectaron a la Región.

Pero el día ha llegado. Este jueves y mañana –desde las 20.00 horas en ambos casos– la prosa de Valle-Inclán resonará en el TCM en la apertura del curso escénico, de acceso gratuito (previa retirada de invitación en taquilla). Sin embargo, no será una representación teatral al uso, sino que tendrá forma de lectura dramatizada "dada la complejidad de la producción de un texto como este". "La realidad es que no hemos tenido el tiempo suficiente como para preparar algo más completo, pero nos lo tomamos como una primera que, ojalá en 2021, pueda traducirse en una representación por todo lo alto. Aunque, eso, de momento, tan solo es un proyecto", explica el director, quien, en cualquier caso, asegura que la pieza que se van a encontrar los espectadores no está demasiado lejos de una obra completa: "Tenemos un elenco importante, vestuario, iluminación... La única diferencia es que los actores llevarán el texto en la mano. Es lo que los argentinos llaman una ‘semimontada’".

El cast, por cierto, está encabezado por Juan Meseguer, en el papel de Max Estrella. Le acompañará Manuel de Reyes, como don Latino de Hispalis, y, dando vida al resto de personajes, Trini González, Blanca Navarro, Paco Navarrete, Pepe Galera, Manuel Llamas, Álvaro López Romero, José Manuel Izquierdo, Encarna Illán, Alfredo Zamora, Toni Medina, Manolo Ortín, Alejandra Zamora, Alicia Gil, Gonzalo Séiquer, Francisco Baño, José María Manzanares, Raquel Garod, Daniel Ramírez Gil y Juan Ángel Serrano Masegoso. "Para mí ha sido una gran satisfacción poder reunir a un grupo de intérpretes como este, en el que tenemos actores de gran recorrido en el teatro de Murcia, así como una serie de jóvenes a los que les auguro un gran futuro. Solo puedo estar agradecido por el enorme esfuerzo que han hecho, por la paliza que se han pegado para poder levantar un texto que no es fácil (y, mucho menos, con tan poco tiempo)", apunta Oliva.

Así, la que el director y sus pupilos ofrecen este jueves y viernes en el TCM es una oportunidad de oro para disfrutar de un texto sin igual o para descubrir (si es el caso) una obra que es referencia absoluta para el mundo teatral. Y... ¿por qué? ¿Qué tiene Luces de bohemia que la hace tan especial? "Lo que tienen todos los clásicos: actualidad. Y, por supuesto, una presencia literaria y una prosa increíble. Pero si por algo este texto sigue llegando cien años después es porque, pese a referirse a tres o cuatro generaciones anteriores a la nuestra, se siente como si nos estuviera hablando a nosotros. Seguramente ese sea el gran mérito de esta obra", explica Oliva, que recomienda a cualquiera –no solo a estudiantes, sino también al público general– acercarse a esta obra (y, por tanto, a su representación). "Se ha montado ya en siete y ocho ocasiones desde que la estrenara José Tamayo en 1970, pero seguro que hay muchos que no han tenido nunca la oportunidad de disfrutarla en un teatro", apunta el director, al que parece que la llegada del otoño y la vuelta a la rutina no le va a sentar mal. "Para mí, poder llevar este proyecto a las tablas por fin supone una liberación", reconoce. Ojalá el público también lo sienta así.