El Teatro Villa acoge este jueves la segunda jornada de representaciones en el marco del Premio Joven de Teatro; o, lo que es lo mismo, la cuarta de esta quincuagésimo tercera edición del Festival de Molina. La compañía encargada de la función de esta jueves es la madrileña El Aedo, que a partir de las 21.00 horas subirá a las tablas una muy particular versión de La metamorfosis de Kafka que es responsabilidad de Jesús Torres, también director de la pieza.

Con el joven Diego Olivares como único actor sobre el escenario, se trata de una propuesta multidisciplinar y transmedia -siguiendo el hilo marcado ayer por Golfa, de Primera Toma y Crémilo- en la que serán los espectadores quienes decidan qué música escucha su protagonista, cómo se va vestir o qué va a publicar en sus redes sociales. Se trata, según sus responsables, de una forma de involucrar a los asistentes (especialmente, a los más jóvenes) para tratar un tema que se ha tornado recurrente en esta edición del festival: el acoso durante los años de adolescencia.

Así explican la obra sus responsables: "La metamorfosis que experimenta Gregor Samsa en la obra de Kafka lo lleva a encerrarse en su habitación convertido en una especie de cucaracha, aislado y con el desprecio de su familia, y planteándose su papel en la sociedad. En La metamorfosis de Gregor, Gregor se despierta una mañana y decide no ir a clase porque se siente un ‘bicho raro’. Ha sido víctima de acoso por parte de sus compañeros, pero no sabe que él también es un acosador. Perdido en su habitación, conocemos todas las facetas de Gregor: la de víctima, la de verdugo, la vengativa, la del sumiso, la del inconsciente, la que le muestra como una oveja, la que le presenta como el lobo…".

Como Gregor se siente solo en el mundo (en este mundo), decide poner su vida en manos de su audiencia en redes sociales, permitiendo que su público decida por él qué ponerse en Spotify, qué look llevar o si debe o no debe ir al instituto… "Gregor vive en un mundo 3.0 en en el que todo está definido y etiquetado, y la felicidad se cuenta por número de likes", advierten desde El Aedo.