Faena de oreja para José Rojo ante un novillo corniveleto y astifino que salió suelto a los primeros embroques con el capote, para recogerlo en los medios y ganarle terreno. Lo llevó con chicuelinas ante el caballo, recibiendo un flojo castigo. En la muleta, el novillo mostró buena condición, aunque con algo de sosería. El extremeño llevó a cabo tandas en redondo. Sobresalió uno de los naturales, intercambiándolos con manoletinas de rodillas. Estocada tendida y ladeada que fue efectiva. Con mucha decisión y con dos largas cambiadas saludó a su segundo. Realizando un aplaudido quite por Lopecinas. Con la muleta, ante un novillo de los que sueñan todos los toreros, estuvo aseado, tras realizar una faena fundamentada en el pitón derecho e intentar el toreo al natural, aunque sin brillantez. Con la espada dos pinchazos y tres mete y sacas, hasta dejar una ‘puñalada trapera’. El toro fue aplaudido en el arrastre y para él, tímido aplauso.
A Pedro Gallego le tocó, más que en suerte, en desgracia un novillo cornalón, con unos pitones que asustaban al miedo y tan astifino que eran capaces de agujerear al viento. Tras la suerte de varas se refugió en tablas rehuyendo la pelea. Tan solo destacar el tesón y la insistencia del torero de Torreperogil, que solo le pudo robar un par de tandas en redondo. Tras ser estocado, en un derrote prendió en el muslo al banderillero Carlos Donaire. Según el parte del doctor Ricardo Robles, sufre una cornada de dos trayectorias en el glúteo izquierdo, la más inferior rompe músculo y fascia en una longitud de unos 18 centímetros. La otra trayectoria es más subcutánea y de una trayectoria de unos 10 centímetros. Se realiza friedrich de ambas salidas y lavado profuso con agua oxigenada y betadine, sutura del músculo glúteo, sutura de fascia muscular y se dejan dos drenajes, uno en músculo y otro subcutáneo. Pronóstico grave. Ha sido trasladado al hospital Universitario Virgen de la Arrixaca.
Se repitió el guion en el segundo de su lote, un novillo con grandes y astifinos pitones, con una caricatura de toro en el cuerpo. En el primer intento de verónicas el toro se desplomó en el suelo. Lo que se repitió durante el resto de la lidia, mostrando el novillero que tiene gusto y temple.
Misma historia le tocó a Diego García, con un novillo con mucha presencia y cuajo que salió derrotando en tablas con codicia. Tras el caballo se refugió en tablas y no hubo manera de banderillearlo, ni darle un pase. En el que cerró festejo, lo saludó con una larga cambiada. Puso banderillas con más ganas que brillantez y con la muleta tan solo destacó un gran pase de pecho, un cambio de manos y un desplante. Silencio. La ganadería de Daniel Ramos, bien presentados (menos el 5), astifinos con cuajo de toros. 2, 3, 5 y 6 pitados en el arrastre. El 4, aplaudido. Mansearon.