Un auténtico Picasso coruñés formará parte, a partir del mes de octubre, de una exposición que explorará, en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, la relación entre dos de los grandes creadores artísticos del siglo XX: Gabrielle Chanel y Pablo Picasso. Sus trayectorias confluyeron en la adaptación de la obra clásica Antígona de Cocteau y en el ballet ruso Le Train Bleu, de Serguéi Diághilev. Un vínculo de influencia mutua que la exposición Picasso/Chanel desgranará en varios capítulos a través de diversas obras de ambos.

Una de ellas es la pieza Poire, verre et citron, [Pera, vaso y limón] que viajará desde A Coruña hasta Madrid para participar en el relato que vincula las trayectorias de los dos creadores. El cuadro pertenece actualmente a la colección de la Fundación María José Jove, que la legó al museo madrileño para la exposición temporal que ocupará sus instalaciones a partir del mes de octubre. Se trata de una de las tres piezas de Picasso que posee la Fundación, junto a Le modèle dans le atelier y Vinos el Rivero. El cuadro que se expondrá en el Thyssen, tal y como recoge la web de la Fundación, forma parte de una serie de naturalezas muertas que el pintor creó en 1922 en la localidad de Dinard, en la Bretaña francesa. Entonces el pintor contaba con 41 años, ya era un artista reconocido y alternaba en sus creaciones el estilo cubista sintético con las formas neoclásicas.

Poire, verre et citron, que habitualmente está expuesta en la sede de la Fundación, en Agrela, está caracterizada por formas geométricas y la ausencia de perspectiva, circundada por gruesos contornos negro. Forma parte de la revolución cubista iniciada por el malagueño con Las señoritas de Avignon, con la que Picasso dio la bienvenida, en 1907, a un nuevo estilo pictórico. La Fundación María José Jove adquirió el cuadro a un coleccionista norteamericano en 2007, y el que emprende en dirección al museo Thyssen no es el primer viaje que realiza desde entonces. Antes de esa fecha, estuvo expuesto en Caracas, México y Londres, en el marco de sendas exposiciones sobre el artista.

Después formó parte de dos muestras coruñesas: una en el Kiosko Alfonso, que recopilaba una selección de la colección de Manuel Jove, y otra que exploraba el vínculo artístico de diferentes creaciones del diseñador Yves Saint Laurent, promovida por la Fundación Caixa Galicia. Más tarde, el cuadro formó parte de muestras celebradas en el Palacio de Revillagigedo, en Gijón, la sala Lázaro Galdiano, en Madrid, y, más recientemente, en el Museo Picasso de Málaga, tierra natal del genial artista.

La muestra Chanel/Picasso compone por cuatro grandes secciones ordenadas en sentido cronológico, que exploran la influencia del cubismo en las creaciones de Chanel, traducido en trajes con líneas rectas y angulosas; los retratos que Picasso realizó de su primera mujer, la bailarina rusa Olga Khokhlova, devota clienta de Chanel, y, junto a ellos, algunos vestidos de este periodo inicial de la diseñadora francesa, de los que se conservan escasos ejemplos.

Otro de los capítulos se centra en la adaptación de la pieza Antígona, de Sófocles, por parte de Cocteau, en la que ambos colaboraron en el diseño del vestuario, las máscaras y los decorados, y otro recorre su colaboración en el ballet ruso Le Train Bleu, donde la obra Dos mujeres corriendo por la playa, de Picasso, ilustró el telón; y la diseñadora se encargó del diseño de los trajes.

El cuadro, como el resto de obras que componen la exposición, traídas de Francia, Italia, Estados Unidos, Bruselas, Reino Unido, Países Bajos o Alemania, cuentan con Garantía del Estado, un método de protección de las obras artísticas que las salvaguarda frente a la posible destrucción, pérdida, sustracción o daño que puedan sufrir en el periodo comprendido entre su préstamo y el momento de la devolución, mediante una modalidad de seguro denominado “clavo a clavo”, lo que incluye transporte y estancia.