Con mucho respeto, mucha personalidad y tranquilidad para lograr estar a la altura. Así afrontaFrancisco Jorge Montesinos su actuación en Nueva York dentro de los actos de homenaje al poeta Miguel Hernández al otro lado del charco. Vecino y concejal de Los Alcázares, este saxofonista forma parte del cuarteto de saxofones Lux Aeterna. De la mano de la Asociación Cultural Lux Aeterna, formará parte del grupo encargado de musicalizar diversos poemas del escritor oriolano y de presentar el trabajo musical Dejadme la esperanza. «Hay que saber gestionar muy bien los nervios y las emociones, ya que lo que pretendemos es dejar cierto legado de España de la mano de Miguel Hernández», asegura.

¿Qué supone ser uno de los protagonistas del homenaje a Miguel Hernández en Nueva York?

Una gran responsabilidad porque Miguel Hernández es un poeta universal que merece que todas las personas que vamos a extender su obra y legado estemos a la altura, así como una gran oportunidad para llevar de su mano nuestra música a la capital mundial de la Cultura.

¿Cómo le comunicaron la noticia?

Fue el propio director de Lux Aeterna y también presidente de la Asociación Cultural Lux Aeterna, Rafael Lozano Prior. Él me conoce musical y técnicamente y le apetecía mucho que yo participara en este proyecto. Con mucho gusto y encantado acepté. Y tengo muchas ganas de estar allí e impartir estos conciertos en los que se musicalizan los poemas del gran Miguel Hernández.

¿Qué ofreceréis a los asistentes que acudan a la conferencia?

Vamos a poner la guinda al pastel musicalizando algunos de los poemas más emblemáticos extraídos de Cancionero y romancero de ausencias o Viento del pueblo, como Déjame la esperanza, Vientos del pueblo me llevan, Vals de los enamorados, Me sobra el corazón, El niño yuntero y también presentaremos nuestro disco Dejadme la esperanza.

«Supone una gran oportunidad para llevar nuestra música a la capital mundial de la Cultura»

El 22 de agosto tocaremos en el acto de clausura en la Spanish Benevolent Society, un sitio muy emblemático de Manhattan por donde han pasado figuras muy importantes, como Federico García Lorca, Picasso, Salvador Dalí o Paco de Lucía. También actuaremos el día 24 en el Bowery Poetry Club, donde presentaremos el disco.

¿Había tenido antes una oportunidad así?

No, es la primera vez que voy a tocar en Nueva York. Lo afronto con mucha personalidad, mucho respeto y una actitud muy tranquila para estar a la altura. Hay que saber gestionar muy bien los nervios y las emociones, ya que lo que pretendemos es dejar cierto legado de España de la mano de Miguel Hernández. A principios de año también fuimos invitados a ir a Bruselas para presentar el cuarteto de saxofones Lux Aeterna. En el grupo tocamos música swing, raggtime, jazz, música de cine y bandas sonoras. También fuimos a la localidad belga de Dinant, donde nació el inventor del saxofón, Adolphe Sax.

«Puedo compaginar mis proyectos musicales con la labor de concejal en el Ayuntamiento»

¿Desde cuándo le llega la pasión por la música?

Desde bien pequeño. Empecé a tocar el saxofón a los 7 años y un poco más tarde empecé en el Conservatorio Profesional de Música de Pilar de la Horadada (Alicante). Ya de adolescente fue mi profesor Rafael Lozano Prior, que ha sido el que me ha ido instruyendo. También he tenido como profesor a Paco Linares, que me inició en la música cubana; y he realizado cursos de perfeccionamiento con el saxofonista Antonio Salas. Pero el docente que me ha formado durante más años y el que me ha enseñado la escuela francesa ha sido Rafael.

Además, es concejal del Ayuntamiento de Los Alcázares por el Partido Popular. ¿Cómo compatibiliza sus proyectos musicales con la actividad política?

Requiere mucho tiempo y dedicación. De momento sí que puedo compaginar sin problemas los proyectos musicales, la labor en el Ayuntamiento y mi profesión de docente de saxofón en la academia de música de Benferri (Alicante). A veces hay que renunciar a tiempo de ocio, pero la música forma parte de mis aficiones y no me importa en mi tiempo libre dedicarlo de forma excesiva a ella. Es verdad que tiendo a ser, no sé si es bueno o malo, muy organizado, a veces hasta niveles preocupantes (ríe). La connotación positiva es que organizas muy bien el tiempo y el día, lo que permite dedicarte al Ayuntamiento, a los proyectos musicales y a mi profesión.