La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Sesioneros (1)

Sergio Bernal: "Todavía recuerdo la magia que sentí al tocar la batería por primera vez"

Este baterista enamorado de The Beatles, Miles Davis o Smashing Pumpkins es uno de los músicos de sesión más respetados en la Región de Murcia. Con una larga trayectoria a a sus espaldas, actualmente presta sus servicios a las baquetas en M-Clan

«Todavía recuerdo la magia que sentí al tocar la batería por primera vez»

Bajo el nombre de ‘Sesioneros’ estrenamos esta sección por la que en los próximos días pasarán algunos de los músicos que trabajan en estudios de grabación o prestando sus servicios como músicos de directo, a los que debemos tantos momentos de disfrute como a las estrellas de turno (o más). Nada mejor que comenzar con uno de los ‘sesioneros’ más ilustres de nuestra comunidad: el baterista Sergio Bernal, gran músico y excelente profesional que ha puesto sus baquetas al servicio de numerosos nombres y bandas.

¿A qué edad empezaste a tocar tu instrumento? ¿Cómo llegas al mundo de la música? ¿Hay precedentes en tu familia?

Hasta los 13 años, que toqué por primera vez una batería (todavía recuerdo la magia que sentí, una mezcla de nerviosismo y una familiaridad extraña), todo fueron aproximaciones. La primera fue con tres o cuatro años. Mis padres me cuentan que, cuando visitábamos a mis abuelos maternos en Los Alcázares, tomaba ‘prestadas’ a mi abuela unas agujas grises de pasta gruesa de tricotar y golpeaba partes de un aparador que tenía en el salón. El mueble estaba chapado por la parte de arriba, sonaba con un brillo especial y me gustaba mucho, aunque era demasiado estridente y podía llevar al traste cualquier reunión familiar. En consecuencia, cada fin de semana que íbamos de visita, las escondía en un sitio diferente. No sé cómo, lograba encontrarlas, aunque fuese en un altillo o el sitio más recóndito de la casa. Decidieron reubicarme en un sofá rojo y golpeaba los brazos y algún cojín. Ese sonido mate y grueso me encantaba, y recuerdo esos momentos con mucho cariño y magia. La segunda aproximación fue ya a los 12 años. Formé un grupo con mi amigo Deme y tocaba sobre una maleta de cuero antigua que me prestaba y unas baquetas que me regaló también. Él tuvo gran parte de culpa de que me dedique a esto. Imaginaba los sonidos que escuchaba en los discos tocando partes distintas de la maleta, las latas de refresco vacías hacían las veces de platillos , pasábamos horas y horas, él enchufado con su guitarra a una cadena antigua y yo con mi maravilloso instrumento percusivo. Ya con 13 años llegó el momento y me senté por primera vez detrás de los tambores. Estudié en Maristas y uno de los hermanos compró, por petición popular del alumnado, una batería Pearl negra, amplis de guitarra y bajo, micro y equipo de voces. Pasábamos todos los recreos y buena parte de la tarde tocando; fue muy especial. Ahí empezaron a bajar mis notas. Formamos un grupo y tocábamos en los festivales que organizaban en el instituto, íbamos a ver a grupos de otros institutos, nos pasaban sus maquetas, era muy sano e ilusionante. Con el tiempo, nos presentamos a certámenes y concursos pedáneos, como en La Albatalia, La Arboleja, Pedro Pop, etc., para intentar ganar algo de dinero y poder grabar una maqueta. La primera que grabamos fue gracias al Certamen de Creación Joven, ahora CreaMurcia, con 15 años, en el estudio de Pepe Moreno. Desde Murcia capital, subimos al autobús de línea con todos los instrumentos, para sorpresa del conductor, y nos plantamos allí. Fue como un sueño, una experiencia maravillosa. A partir de ahí, mi pasión por el instrumento y por las canciones fueron creciendo, empezaba a darme cuenta de que quería aprender más y tocar todo lo que pudiera, me hacía muy feliz, como ahora lo hace también. Convencí a mis padres, después de invitarlos a un certamen en el salón de actos del instituto, para que me compraran una batería en Rubarce. Una Strong negra. Me hizo muy feliz, la bajé al trastero. Antes intenté tocar en mi habitación, mi madre poniendo trapos bajo las puertas, los vecinos llamando sin parar...en un tercero pasan esas cosas. Y allí bajaba con un walkman, mis cassettes favoritas y amigos. Nos turnábamos por canciones, era especial, a pesar de la humedad y el poco espacio que había. En cuanto a precedentes en mi familia, el más cercano es un primo de mi madre, Ramón Torre Lledó, que fue director de la Orquesta Sinfónica de Moscú y fundador de una escuela de música en Bilbao. Su hermano Floren fue cantante, y por lo visto tuvo cierto éxito con una canción llamada Loco por el tenis, además de ser locutor durante varios años de Radio Bilbao. Apenas les conozco, aunque este último, siempre que voy a Bilbao a tocar, viene a verme.

Estudios y trayectoria.

Me considero autodidacta y me apasiona el estudio del instrumento, su historia y evolución a lo largo de los años. Con 15 años quería estudiar batería. Al no haber escuelas de música moderna cerca (solo en Madrid y Barcelona), me presenté a una prueba en el Conservatorio de Música de Murcia, pero por edad no entré y decidí buscar cursos o seminarios sobre batería y aprender por mi cuenta. Gracias a otro gran amigo y por el boca a boca, estaba al tanto de los cursos que se impartían en el municipio de Murcia. Sobre todo, recuerdo una especie de Escuela de Jazz y música moderna, que ofrecía el Ayuntamiento de Molina de Segura, de mano de un gran músico, guitarrista y motivador como Juan "El Sopas". Allí conocí a mi primer profesor, Federico Morales. Éramos 9 ó 10 alumnos al mismo tiempo, muchas cajas sordas y una sola batería en un aula, de pequeñas dimensiones, pero suficientes. Él me guió y sentó unas bases muy bonitas en mí como instrumentista, amor por la música y el instrumento, amplitud de miras y estilos, acceso a cantidad de discos y libros y, por qué no decirlo, filosofía de vida del músico y mucho humor. Les estoy muy agradecido.

Por aquel entonces ya tenía 18 y tocaba en un grupo llamado Bohem; entré con 17 y fue una ventana hacia el pop británico y a unos ensayos maratonianos. Prácticamente hacíamos vida en nuestro local de ensayo, una especia de almacén, enfrente del cementerio de La Raya. Lo compartíamos con La fábrica de la luz en sus inicios. El carisma del vocalista de grupo, Sergio Santos, nos llevaba a tocar muchas horas, probar ritmos, sonidos, estructuras..., grabar con un 4 pistas de cassette, escuchar, repetir, escuchar, repetir... Fueron años intensos, primeros conciertos en bares y grabación de un EP en SPL Estudio, en Cabezo de Torres, que regentaban los hermanos Armero y el gran Javier Toral, Aprendí mucho en esa grabación, recuerdo que fue en cinta y no podíamos apenas pinchar. Tuvimos muchas horas para dar vueltas a estructuras, arreglos, etc. y grabar las tomas enteras de cada instrumento, sin cortes. Con 20 años me llamó un amigo del colegio para formar lo que sería en el futuro el grupo Maldita Nerea. En aquel entonces nos llamamos Sr. Siempre, seguimos tocando en bares, grabamos maqueta en los estudios Michel de Alhama, donde conocí a mi admirado Raúl de Lara. Eugenio, dueño y técnico, del estudio conseguía un sonido muy orgánico y rico. Tenía una DW 90's acabada en Satin Oil que sonaba increíble. Como anécdota, recuerdo que sacaba un cable desde la mesa de control hasta un coche, para escuchar dentro las mezclas que iba haciendo y pulir detalles, frecuencias... Ahí estábamos, él y todo el grupo, en un Peugeot tipo 206 en pleno Agosto, sin aire acondicionado y flipando con sus mezclas y comentarios. Con la maqueta en mano, empezamos a hacer showcases en Madrid y Barcelona y a los años nos fichó Universal Music y RLM, agencia de Rosa Lagarrigue. Con ellos grabamos el primer disco e hicimos cantidad de showcases y teloneos de artistas como Alejandro Sanz o Maná. Al mismo tiempo recibí una llamada para tocar y grabar con La fábrica de la luz en su última etapa (también en estudios Michel) y grabar un disco con un cantautor, Antonio Aráez, que me abriría la puerta para conocer la prolífica escena de cantautores que se dio en la región aquellos años. Empezaban a llamarme para tocar o grabar y me encantaba intentar acompañar canciones de estilos muy distintos: pop, rock, música brasileña, folklore argentino, flamenco, afrocubano... Todo me interesaba. Entonces, tras salir de Madita Nerea, decidí formarme más, inscribirme en la Escuela de Música Creativa de Madrid y prepararme para conseguir una beca para el Berklee College de Boston. Conocí a Diego Cantero y, en una gira compartida junto a Aarón Saez, me propuso tocar con su nuevo proyecto, Funambulista. También estudiaba empresariales, no me gustaba nada, pero me proporcionó la capacidad de salir de los trabajos de camarero e invertir más en equipo, pues la mata no daba ni para irme a vivir sólo. Con el tiempo, Funambulista fue creciendo, seguía tocando o grabando para artistas y grupos que me llamaban y, sobre todo, seguía practicando mucho e impartiendo muchas clases. Era curioso, había días que ensayaba con Neuman, tocaba con Funambulista, hacía una sesión para un grupo de reggae e impartía 3 clases. Seguí tocando y grabando con cantautores, bandas y hasta charangas de carnaval, todo sumaba. Intentaba conseguir teléfonos de mis baterías nacionales favoritos, y los llamaba para pedirles lecciones privadas. Así tuve la suerte de aprender de Pedro Barceló o Angel Crespo. Seguía yendo a todas las masterclasses que podía, y siempre traía para casa cosas que trabajar y discos que escuchar. Hace unos 11 años me inscribí en un Drum Camp en Hammelburg (Alemania), impartido por Benny Greb, donde mi perspectiva sobre la práctica y el estudio del instrumento ganó profundidad y dirección. Actualmente, la verdad es que no ha cambiado demasiado la cosa. Sigo estudiando y profundizando en aspectos que me interesan, toco encima de discos, me entiendo bien con la informática musical e imparto clases. Seguimos el camino. Por resumir un poco y no hacerme pesado, entre los artistas o grupos para los que he grabado o acompañado en directo están M Clan, Funambulista, Pablo López, Neuman, Varry Brava, Zequi Aaron Sáez, Carlos Vudú, Maldita Nerea, Joaquín Talismán, Ross, Burning, Johnny Burning, etc...

¿Qué te motivó para escoger este instrumento?

Pues si te digo la verdad, no lo sé muy bien. Si me remonto a los principios, diría que era una atracción irracional, respeto y admiración. A día de hoy lo sigue siendo, aunque la perspectiva es diferente, pues lo considero un trabajo que exige mucha dedicación.

¿Cuál es tu marca favorita de instrumento? ¿Por qué?

Me gustan muchas marcas, todas por algo en concreto. Soy muy fan de lo vintage, y el sonido Ludwig 60’s y 70’s me encanta. Tanto el feel que recibo al tocarlas como al escucharlas en la mezcla de una canción me gustan mucho, son muy musicales, tienen personalidad y siempre suman. En cuanto a platillos, actualmente tengo un acuerdo de ‘endorsement’ con Bosphorus Cymbals, y de baquetas, escobillas y rods, con Wincent Drumsticks, los dos de la mano de Iberdrum Distribución. El surtido de platos y la calidad de un plato turco hecho a mano hacen que sea mi mejor opción. Tengo una paleta de colores amplia, para todo lo que pueda surgir, imaginar o experimentar. Wincent es una fantástica marca de baquetas, también gran surtido, amplia gama y un balance natural que adoro.

¿Cuáles han sido tus principales referentes musicales?

Han sido muchos, me gustaban tantas bandas y artistas... Beatles, Sabina, Smashing Pumpkins, Sting, Miles Davis..., por decir la milésima parte. Me gustaría tocar canciones con todos.

¿Dónde prestas tus servicios en la actualidad?

Actualmente estoy girando con M Clan, y formo parte del equipo de producción en los estudios Arde el Arte, regentado por Raúl de Lara.

¿Un disco o concierto del que te sientas especialmente orgulloso?

Nunca estoy lo suficientemente satisfecho al terminar de grabar o tocar, aunque lo parezca. Siempre creo que he podido mejorar el pulso, haber hecho otro ‘fill’, acompañado de una mejor manera..., así que no sabría decirte, quizá me quedaría con canciones dentro del disco Quédate de Funambulista o By fear, hi love de Neuman.

¿Directo o estudio?

Los dos. Para mí son diferentes y los adoro. En cuanto al directo, disfruto mucho la adrenalina, el ‘aquí y ahora’ y la energía que se crea entre un grupo y el respetable, ya sea presentando un proyecto nuevo o algo ya consolidado con un público fiel. En estudio, me encanta la sensación de pulsar el botón rojo, pensar que ese momento va a quedar grabado para siempre, dejar lo mejor de mí y exprimirme en cada toma. También me encanta el proceso previo, recibir las guías, imaginar, seleccionar equipo, maderas, parches, platos, afinación...., todo para vestir la canción de la manera más acertada posible, y sumar.

¿Qué momento o experiencia destacarías por encima de todos, a lo largo de tu carrera, acompañando a otros músicos o en solitario? ¿ Y el mejor y el peor momento vivido en una gira?

Se me ocurren muchos momentos buenos y alguno malo; creo que siempre hay algo de ambos. Destacaría mi primer acercamiento al mundo de los ‘clinics’ y’ masterclasses’, allá por el 2013, donde ofrecí una en el antiguo Kennedy, en el edificio de los nueve pisos. Estuve arropado por tres grandes amigos y músicos, Roberto Lavella, Sergio Valcárcel y Lucas Albaladejo. Fue realmente bonito que vinieran alrededor de 200 personas a un evento tan minoritario, es un orgullo, y aunque queda ya lejos, guardo una bonita sensación, una energía distinta. Era totalmente nuevo para mí, allí no estaba como ‘sideman’, y me encantó. Dar las gracias infinitas a Paco Vivo, de lo que fue hasta hace poco la tienda de instrumentos Alternativas Musicales, por motivarme a hacerlo y apoyarme tanto. Tengo claro que sin él no hubiera sido posible.

Defínete como instrumentista. ¿Cuáles son tus principales cualidades?

La verdad es que no me gusta definirme, creo que sería más fácil desde fuera, no puedo ser objetivo. Diría que soy un collage de muchas circunstancias, estilos, discos, grupos y sesionistas a los que admiro. Intento tocar con personalidad, compartiendo música con honestidad e ilusión. Me encanta el groove y el poder que tiene sobre melodías, riffs y canciones, para hacerlas caminar y respirar de la mejor manera, e intento que esa sea una de mis cualidades. Seguimos en el intento.

¿Asuntos pendientes? ¿Tu próximo proyecto, idea, aventura, locura?

Creo que ha llegado el momento de empezar con las ‘masterclasss’ más en serio. Siento que, aunque me queda mucho que aprender, he de abrir el cajón de lo que me ha formado, de lo practicado y experimentado todos estos años, para ordenarlo y compartirlo. Creo que puede inspirar y ayudar a muchos baterías y músicos que empiezan o ya tienen algo andado, como otros ya lo hicieron conmigo. Necesito tiempo y apoyos, pero es algo que me apetece hacer, me divierte y me inspira.

Compartir el artículo

stats