La Opinión de Murcia

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Navegando por la historia de la Costa Cálida

El Portús, un paraíso junto a La Muela

A bordo de la goleta Saint Christopher, que utilizó el embajador de Francia hasta que estalló la II Guerra Mundial, llegamos al camping naturista El Portús, que acoge desde 1980 a una comunidad que trata de vivir en armonía con la naturaleza

Camping de El Portús, pintura al natural. Eduardo Replinger y Amanda.

Salimos del puerto de Cartagena desplegando velas en la elegante goleta Saint Christopher. El armador Antonio Lorente, un gran experto en restauración de barcos clásicos, resalta que el casco de esta goleta es excepcional y su interior muy cómodo; sirvió de sede flotante al embajador de Francia, Gerardin, desde 1934 hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial.

La Sierra de La Muela nos ofrece a la vista bonitas calas y espectaculares cuevas, como la de Neptuno, que tiene una gran higuera en su bóveda y se puede acceder a su interior a 12 metros bajo el mar y por tierra desde cala Aguilar. Fondeamos frente a la rambla de El Portús, a babor el pueblo de pescadores, del que recomiendo ver sus fiestas de Jábega, representación de pesca tradicional de 1900; a estribor vemos el camping naturista, donde he quedado con su director, Aurelio Vaquero, para conocer este lugar al que llaman El Paraíso.

Camping naturista

Este vergel entre las montañas es conocido por el turismo nacional e internacional. Aurelio me comenta: «En 1980, una empresa franco española pensó que este sería un buen lugar para hacer un camping naturista. En España solo existían uno en Barcelona y dos pequeños en Andalucía. Era un valle en el que se plantaron 5.000 árboles. Al principio, el 80% de los campistas eran franceses, ahora la mayoría son españoles, británicos y alemanes. El concepto de naturismo surgió en 1925, una comunión armónica entre el cuerpo y la naturaleza; además de ser una liberación textil, era una manera de luchar con lo establecido, con lo políticamente correcto. Ahora está normalizado, y la gente lo practica en muchos lugares libremente».

Todas las generaciones disfrutan del naturismo.

Luis y Luisa son de Huelva, él viene al camping desde hace 38 años: «La primera vez me sorprendió el buen ambiente, el silencio, el respeto de la gente. El entorno es único. Me he recorrido todas las rutas por las montañas y todas las calas con una barquita». Luisa me comenta: «La primera vez que vine, bajé reticente con un pareo a la playa, pero vi a todo el mundo desnudo sin darle importancia a cómo era su cuerpo. Entonces guardé el pareo en la bolsa y me quedé desnuda hasta ahora».

Joaquín y Mariam son un matrimonio jubilado, que pasa todo el tiempo que pueden en el camping con su nieta. Mariam se quedó prendada del lugar cuando tomó la curva de la carretera y vio desde arriba el valle y la playa. Joaquín dice que para su nieta es disfrutar el verano como en la serie Verano Azul, pero del siglo XXI. En su parcela tienen un árbol frondoso, donde habita una pareja de camaleones, se pasean delante de ellos a menudo y se dejan fotografiar. El camaleón es una especie protegida que ha proliferado en esta sierra desde hace 30 años.

Joaquín con camaleones.

Eugenia descubrió el naturismo muy joven, viajando en auto caravana con sus padres por Ibiza: «Me gustó porque la gente era mucho más armoniosa con el ambiente donde estaba. Otra de las razones es la comunidad de amistades que se forman».

Pintura al natural

Encuentro al pintor Eduardo Replinger realizando un boceto de Amanda. Está desarrollando el proyecto ELLAS, con el que pretende mostrar una visión diferente del concepto actual de belleza, alejándolo de los estereotipos publicitarios en los medios de comunicación. Eduardo se presenta en las redes sociales como artista con síndrome de Asperger: «Siempre he tenido una visión puramente estética y no sexualizada de la anatomía del cuerpo humano. En la Facultad de Bellas Artes ya pintaba muchos desnudos y tengo un profundo respeto por la mujer; en mis pinturas y fotografías intento captar su esencia. Me diagnosticaron el síndrome de Asperger a los 16 años, y he tenido que lidiar con muchas obsesiones internas, trabajar en el arte me reconforta y, haciendo visible mi condición, intento ayudar a personas con depresión que se sienten mal por ser Asperger».

Precisamente colaboró con Amanda en un vídeo de concienciación y aceptación de este síndrome, porque ella trabaja como integradora social con personas con problemas de salud mental. Es naturista y le relaja estar inmóvil posando: «Nací en una familia naturista y mis hijos también lo son. Las sesiones de pintura son arteterapia, es fundamental para el proceso terapéutico». 

Goleta Saint Christophe fondeada en Cala Cerrada. La Azohía.

Continúa la singladura

Ya en la goleta, me despido de este paraíso pensando en volver el 1 de enero para bañarme con los campistas, como marca la tradición. Navegamos bajo el faro de cabo Tiñoso, al que recomiendo una excursión accediendo por la fortificación de Castillitos con sus dos grandes cañones, declarada Bien de Interés Cultural. La torre defensiva de Santa Elena (S. XVI), en la Azohía, nos recuerda que estamos en el único lugar del Mediterráneo donde se sigue practicando la pesca de la Almadraba, de época fenicia. Cientos de bonitos, albacoretas y lechas se amontonan cuando cierran el copo. Si entra algún delfín o pez globo, los liberan con cuidado.

El próximo destino será Puerto de Mazarrón. Hablaré de pecios, cine y fotografía, entre otras cosas. 

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