«Se puede decir que he tocado la gloria». Es lo que siente la cantaora pacense Esther Merino (Badajoz, 1984) tras haber ganado la madrugada de este domingo la Lámpara Minera del LXI Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, la máxima distinción de este concurso, que este año ha vuelto a celebrarse en el Antiguo Mercado Público tras la suspensión de 2020 y su traslado al aire libre en la edición de 2021.

Sin dormir por la celebración y mientras regresa en coche a Badajoz desde La Unión, la cantaora no da abasto para atender las decenas de llamadas y mensajes que entran en su teléfono móvil. «Es como si fuese el día de mi cumpleaños», dice entre risas. No puede ocultar la alegría por llevar a Badajoz el galardón de flamenco más importante del mundo, que casi tocó con las manos hasta en tres ocasiones (2016, 2017 y 2021), cuando fue finalista del festival, y que ahora es suyo por derecho. «Es un reconocimiento y un premio a todos estos años de carrera», ha asegurado Merino, que lleva cantando en La Unión desde 2009, aunque no siempre en años consecutivos.

Su triunfo es aún más grande porque no solo ha conseguido el máximo galardón, sino que además se ha alzado con los primeros premios por mineras, cartageneras, por tarantas y por soleás. «El grupo de Whatsapp de la familia no paraba, uno, dos, tres...», bromea la cantaora, que está disfrutando de uno de los momentos más dulces de su carrera.

Con la Lámpara Minera ya en sus manos, Merino, que actúo acompañada por el guitarrista Rosendo Fernández, obsequió al público de la catedral del cante con una minera y después se fue a celebrar con familia, amigos y peñas su gran logro.

La cantaora ha afirmado que este premio no es solo un reconocimiento, sino también una responsabilidad: «Ahora viene lo más difícil, hay que defenderlo». Esther Merino agradeció el apoyo que ha recibido de los extremeños, no solo en este momento tan importante de su trayectoria, sino desde hace años. «Este es un premio también de Extremadura», ha dicho. Su deseo es que este galardón contribuya a que el flamenco extremeño siga abriéndose puertas y atrayendo cada vez a más público.

Merino demostró desde muy pequeña su inquietud por el cante y siempre estuvo rodeada de una familia de buenos aficionados al flamenco. Además de los premios en La Unión, ha ganado el Melón de Oro del Festival de Lo Ferro. En la actualidad imparte clases en la escuela de flamenco que posee en Gévora.

Todos los protagonistas

Además del máximo galardón del Festival del Cante de Las Minas y de los otros cuatro premios que se llevó Esther Merino, la extremeña no fue la única protagonista de la clausura. El taranto fue el baile rey de la noche e hizo que el barcelonés David Romero Cardoso y la malagueña afincada en Miami Irene Lozano Ruiz, consiguieran el Desplante masculino y femenino respectivamente. Lo abrazaban con agradecimiento y orgullo, recordando que «a la tercera va la vencida», ya que las anteriores dos veces que probaron suerte no consiguieron pasar la criba. 

David Romero, premio Desplante. Marcial Guillén

En la categoría de toque, el Bordón Minero se fue para Huelva en la persona de Álvaro Mora Domínguez, que interpretó taranta y soleá, y en instrumentación flamenca, el violín de Ángel Bocanegra Ocón, de Granada, se alzó con el Filón por levantica y tangos; ambos se presentaban por primera vez al concurso consiguiendo la victoria. 

 No fueron los únicos premios de la noche. Lucía Beltrán Sedano, la joven de 18 años procedente de Huelva, ganó el Premio Especial para Cantaores Jóvenes en su interpretación por levantica y toná, dotado con 1.500 euros, y la malagueña Isabel Guerrero Alarcón consiguió con sus tangos el Premio al Grupo C. 

Dentro del Grupo II el sevillano Manuel Cuevas González obtuvo el Premio por Malagueñas -además del Premio por murcianas y otros cantes mineros-, y la malagueña Virginia Gámez Gil el Permio a otros Cantes dentro de este grupo. Por último, José Plantón Heredia fue con su seguiriya el ganador al Premio del Grupo A.