Muchos de ustedes saben de mi pasión por la novela negra, entusiasmo que arrancó con las historias político-policiales del Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, continuaron con las del comisario Salvo Montalbano de Andrea Camilleri y se recrearon con las series de Kostas Jaritos de Petras Márkeris o del comisario Brunetti de Donna Leon. En ese catálogo de buen hacer se enmarcó el hallazgo del inspector Mario Conde del escritor cubano Leonardo Padura (La Habana, 1955), con unos casos que tienen lugar en diversos escenarios de la Cuba castrista sabiamente ambientados con la singularidad de unos personajes que nos son ajenos.

Pero el libro que quiero recomendarles tiene más que ver con la faceta periodística del autor que con la puramente literaria. Se trata de Los rostros de la salsa (Tusquets, 2021), algo más que una recopilación de entrevistas y reflexiones con los grandes maestros de la música latina en torno a la pregunta de si existe la salsa o no. No obstante, Padura no se dedicó por completo a la literatura hasta el año 1995, y fue precisamente dos años después cuando publicó en Cuba una primera edición de este libro y en 1999 en México.

La versión actualizada de este trabajo recoge entrevistas actualizadas con los grandes maestros del género de la talla de Ruben Blades, pasando por las conversaciones mantenidas con Cachao López, Willie Colón, Juan Luis Guerra, Mario Bauzá, Johnny Ventura, Pappo Lucca... y así hasta trece músicos que han hecho historia. Entrevistas realizadas en diferentes lugares del mundo con motivo de las giras que estos geniales músicos o bien en las ciudades en las que viven y los ha visto nacer.

Para algunos de ellos no hay más salsa que la de tomate de los espaguetis, como confiesa Johnny Pacheco y, sin embargo, no se puede negar la existencia de un género que es la versión actualizada en los años 70 del son cubano en el contexto de las comunidades latinas de Nueva York. Ciudad donde nace un sello discográfico, Fania Records, que reúne a una serie de artistas que revolucionan el panorama de la música latina con diferentes visiones sobre la ortodoxia de ritmos y expresiones musicales. Es música caribeña que nace de una manera singular en la ciudad de los rascacielos, con ramificaciones en República Dominicana, Puerto Rico o Panamá.

Una de las experiencias más gozosas a la hora de sumergirme en este libro que, como digo, es más que un texto recopilatorio de entrevistas, fue rememorar uno de los conciertos que The Fania All Star protagonizó en España en el verano de 1990. Ver reunidos a Willie Colon, que abrió el concierto en la madrileña Plaza de Toros de Las Ventas un 2 de agosto de hace treinta y dos años, con un elenco de los principales artistas agrupados en ese sello de discos no tiene nombre.

Una formación de lujo que reunió en esa ocasión, bajo la batuta del dominicano Johnny Pacheco, a los cantantes Celia Cruz, Cheo Feliciano, Ismael Quintana, Adalberto Santiago, Pete (El Conde) Rodríguez, Ismael Miranda y Roberto Blades -hermano pequeño de Rubén-; a una sección rítmica en la que figurabann los percusionistas Ray Barretto, Roberto Roena y Nicky Marrero, el pianista Papo Lucca o el bajista Bobby Valentín, y a un notable grupo de trompetistas y trombonistas.

Varios de esos artistas son entrevistados por Leonardo Padura en Los rostros de la salsa, y las referencias a otros tantos no dejan pasar inadvertida una música que es capaz de suscitar movimiento, vida, alegría, pasión, sensualidad y ritmo. Y en las páginas de este texto aparecen en boca de sus protagonistas y del propio autor.