La Infanta Elena comenzó ayer su viaje a Caravaca. Llegó a pie hasta el convento de las Madres Claras, ante el asombro de las transeúntes de la Ciudad Santa del Noroeste murciano. Algunos la paraban para fotografiarse con ella, petición que gentilmente respondía. La duquesa de Lugo participó en una celebración religiosa junto a las religiosas, que estuvo presidida por el vicario de zona, David Martínez, y el superior de los carmelitas descalzos, Pascual Gil. Durante su homilía, Martínez puso de manifiesto la importancia de la Cruz en la sociedad caravaqueña, así como las diferentes ordenes que han pasado por la ciudad, haciendo hincapié en que Caravaca es junto a Segovia, uno de las ciudades que tienen fundación directa de San Juan y Santa Teresa.

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Visita de la Infanta doña Elena a Caravaca de la Cruz Enrique Soler

Tras la celebración religiosa, la infanta estuvo conversando con las responsables de las tres Cáritas que hay en las diferentes parroquias del municipio. También conversó con las religiosas clarisas, que le obsequiaron con un purificador bordado de la Vera Cruz, así como con una selección de dulces que realizan en el convento, donde destaca el popular alfajor, mostrando su lado más dulce. Posteriormente pasó al claustro de la clausura y doña Elena se interesó por la situación del Convento, recordando que durante la jornada de ayer también estuvo visitando a las Hermanas Claras del municipio de Hellín.

Hoy prosigue su viaje por Caravaca, y esta mañana será recibida por el alcalde de la ciudad, José Francisco García. Posteriormente visitará la Basílica de la Vera Cruz y su viaje concluirá con una visita a la Casa-Museo de los Caballos del Vino, de cuyo bando ostenta el título de Amazona de Honor.