En 1980 Vangelis compuso gran parte de la música para la serie Cosmos, dirigida y presentada por el astrónomo Carl Sagan. El estilo personal y genuino del compositor nos lleva a latitudes ignotas, a paisajes remotos de una magnitud inimaginable. Canta la última gran epopeya de la humanidad, la confrontación con el universo y el intento de contemplar toda aquel infinito engranaje de astros, aquella fábrica de galaxias y nebulosas , separadas por grandes espacios de distancias imposibles de soñar. La humanidad podría sentirse perdida en medio de una soledad sin límites, contemplando el fantasmal destello de la luz de incontables estrellas que acaso lleven muertas millones de años. Pero por fortuna, la música electrónica plenamente melódica y simbólica de Vangelis nos arrastra a un viaje que tanto puede ser de exploración espacial como de alucinación psicodélica. El universo se convierte en una armonía en la que los astros en movimiento son también los intérpretes de una canción misteriosa. Y de repente, ya no nos sentimos náufragos abandonados sobre una roca minúscula que da vueltas alrededor de un pequeño sol. Nos creemos auténticos hijos de las estrellas y soñamos que el universo somos nosotros.