La Opinión de Murcia

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Jazz San Javier

El jazz español abre su corazón a Tete Montoliu

Chano Domínguez lideró a un quinteto de lujo sobre el escenario del Parque Almansa para conmemorar el veinticinco aniversario de la muerte del recordado pianista catalán. La emotividad del tributo contrastó con la enérgica propuesta de los norteamericanos Vintage Trouble, que se encargaron de cerrar a golpe de guitarra esta octava noche de conciertos

El jazz español abre su corazón a Tete Montoliu Iván Urquízar

Merecido homenaje el de este jueves en el Auditorio Parque Almansa con el espectáculo 25 años sin Tete, dedicado al compositor y pianista Tete Montoliu (1933–1997). El catalán fue el primer músico precursor e impulsor del jazz en España, quien por vez primera traspasó las fronteras de nuestro país llegando a ser reconocido a nivel internacional, dejándonos a su muerte un gran legado y el camino allanado para las siguientes generaciones de músicos que siguen formándose en este género musical universal. La extraordinaria trayectoria de Montoliu está avalada por un centenar de trabajos discográficos, bien como líder o como acompañante.

El proyecto, que se estrenaba en el marco del Jazz San Javier, liderado por el pianista gaditano Chano Domínguez, no dejó indiferente a ninguno de los presentes, interpretando temas originales del homenajeado y recreándose en la música de algunos autores que influyeron en la carrera artística del gran maestro. Los integrantes del quinteto –además de Domínguez al piano, Eladio Reinón al saxo tenor, Horacio Fumero al contrabajo, David Xirgu en la batería y la cantante Carme Canela– entregaron todo su potencial y poderío artístico para deleitar al expectante público reunido en el escenario principal del festival.

Puntual a su cita, la actuación comenzó con varias piezas de grandes figuras del jazz que inspiraron a Montoliu, a saber: el blues Freddie Freeloader, de Miles Davis, interpretado en formato de trío, y el romántico bolero Historia de un amor, de Carlos Eleta Almarán, a cuarteto con el saxofonista valenciano Eladio Reinón, que estuvo en varias formaciones del pianista catalán, realizando destacadas melodías e improvisaciones con el tenor. No podían faltar tampoco algunas referencias a otra de las influencias más notorias en la vida musical del maestro, la del carismático pianista estadounidense Thelonious Monk, del cual interpretaron dos temas a tempo de swing: Evidence y I mean you, ejecutados a la manera de Domínguez, arropado por el contrabajo de Fumero y la batería de Xirgu, asiduos compañeros del pianista.

El jazz español abre su corazón a Tete Montoliu

Después, el líder de esta formación invitó al escenario a Carme Canela para interpretar la sofisticada balada Lush life , de Billy Strayhorn, llenando con su cálida voz el espacio sonoro del auditorio. La cantante deleitó a los presentes con otras piezas musicales, entre ellas el bolero Cómo fue, del compositor cubano Ernesto Duarte Brito, y, tras un breve inciso, el cuarteto continuó con el standard Fried bananas, del saxofonista Dexter Gordon, ocasión especial para las improvisaciones de Reinón, que realizó un espléndido solo y jugó con el pianista y el baterista sobre estructuras armónicas de ocho compases, elevando la intensidad del tema.

Canela salió de nuevo al escenario para anunciar una parte del concierto dedicada a Joan Manuel Serrat, estimado amigo de Montoliu, al que el maestro le dedicó el álbum Tete Montoliu interpreta a Serrat hoy (DiscMedi, 1996). Dos canciones fueron las elegidas: Aquellas pequeñas cosas y Paraules d’amor. Y, tras este inciso, l contrabajista Fumero, compañero durante muchos años de Montoliu, contó que al pianista no le gustaba tocar en directo sus propios temas, pero sí había uno que solían interpretar en los clubs y salas, un blues titulado Jo vull que m’acaricis, del cual tocó un pequeño arreglo en solitario llamado Carícies, antes de iniciar el tema completo con el grupo.

La actuación daba indicios de finalizar y Domínguez anunció otra partitura de Montoliu titulada Acuarela, que desarrollaron a ritmo de swing con la voz y el scat de la cantante. Como era de esperar, el público solicitó una última pieza a modo de bis, On the Green Dolphin Street, de Ned Washington y Bronislau Kaper, despidiéndose con ella los músicos de una noche mágica y entrañable. Fue una actuación especialmente emocionante, dado el carácter del tributo, que seguro quedará en el recuerdo de buena parte de los asistentes.

El set de Vintage Trouble

La segunda parte de la sesión estuvo protagonizada por la banda estadounidense de blues rock Vintage Trouble, que encaró su actuación de forma espectacular desde el primer momento. Sus cuatro discos editados hasta ahora les han proporcionado cierto prestigio en los ámbitos de la música que realizan, una mezcla de R&B, soul, blues y rock and roll que hace las delicias de sus seguidores. La mayoría de sus canciones son bailables, por lo que la organización del festival anunció que habría un espacio y un tiempo antes de que el público se posicionara delante del escenario, para impedir con ello que las primeras filas no pudieran también disfrutar durante la primera hora del concierto, una buena opción por parte de la organización.

La banda, integrada por el cantante Ty Taylor, el guitarrista Nalle Colt, Rick Barrio Hill al bajo eléctrico, Richard Danielson en la batería, y Tawy Angelique encargada de los coros, conectó rápidamente con el público, deseoso de levantarse de sus asientos a ritmo de las canciones. Todo llegaría. El grupo comenzó su actuación con el tema Love with me, un inicio explosivo y arrollador que dejó claras las intenciones del quinteto. La potente voz de Taylor encontraba su lugar sobre el sonido desbordante, pero controlado, de sus compañeros, destacando la guitarra de Colt, que realizó una labor impresionante durante el concierto.

La actuación continuó con el blues Low down dirty dog (Son House), enmarcada en las profundas raíces del estilo; Nancy Lee, incluida en el álbum The Bomb Shelter Sessions, de 2011, y Blues hand me down, también de ese mismo disco. El abanico de temas elegidos para el repertorio abarcó canciones ligeras y algunas baladas, en las que lució la formidable y aterciopelada voz del cantante, como en el tema My whole world stopped. El imparable Taylor prosiguió con 24-7-365 Satisfaction Man, de su reciente álbum titulado Juke joint gems, de 2021, mientras que la banda volvió a la carga con todo en la recta final de la actuación. Tocaron el rock’n roll Pelvis Pusher, editada como sencillo en 2019, y de nuevo destacó el guitarrista Nalle Colt con un solo arrasador. A estas alturas del concierto parte del público ya estaba en el espacio permitido para bailar, mientras que el resto lo hacía desde sus respectivos asientos. El quinteto acabó su concierto con el tema The World’s gonna have to take a turnaround. Sin duda, otra actuación inolvidable para los cientos de admiradores que acudieron a la cita del Jazz San Javier.

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