Por segundo año consecutivo, la distancia entre Murcia y la cultura japonesa vuelve a estrecharse. Acaba de ver la luz La huerta en haikus (La Fea Burguesía, 2022), un libro de poemas que recopila casi novecientos versos escritos en una estrofa conocida como haiku. Breve y sencillo, es una instantánea que nos acerca de inmediato a vivencias cotidianas en cualquier rincón de la huerta de Murcia.

El haiku, poema japonés de 17 sílabas, está dividido en versos de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente. No debe rimar, sino trasladar a quien lo lee o escucha la emoción que brota de un momento. Se trata de un estilo donde no abundan las figuras poéticas, sino el dinamismo y la precisión de los autores, los conocidos como haijines.

El pasado viernes tuvo lugar la presentación del libro La huerta en haikus en el privilegiado enclave del Museo Hidráulico Los Molinos del Río, en la margen sur del Segura. Aurora Gil y María José Villarroya son las coordinadoras de este proyecto y fue la periodista Josefina López quien se encargó de conducir el evento. Si el año pasado publicaron Murcia a vista de haiku (La Fea Burguesía, 2021), esta vez han vuelto a la carga junto a otros 35 haijines escribiendo versos sobre las acequias, los bancales y los molinos de la huerta.

Escritores como Soren Peñalver, Purificación Gil, Vicente Cervera, Teresa Vicente, Ángeles Carnacea, José Luis Martínez Valero, Lola Gracia o Alonso Palacios han descrito, con precisos versos, la huerta de Murcia, inmortalizada en las sugerentes fotos de María José Villarroya. Diecisiete imágenes que, con sus respectivos diesiete haikus, nos trasladan a diferentes instantes de la memoria. Cualquier persona que haya nacido o vivido en Murcia puede evocar los paseos entre limoneros y granados, el paso de las estaciones y sus cambios en el paisaje o el botijo y la azada. El entorno en el que se criaron nuestras abuelas y abuelos.

Quien conoce a María José Villarroya diría que no es casualidad que sus fotografías sean, además de los retratos de la huerta, alegatos a favor de la conservación de nuestro patrimonio cultural. Ella lo tiene muy claro: «A diferencia de lo que ocurrió en el nombre del progreso en los años sesenta y setenta, es hora de entender que la defensa de las acequias y los parajes naturales que crean a su paso son imprescindibles en la lucha contra el cambio climático. Son hábitats naturales insustituibles que debemos proteger. Son nuestro patrimonio, nuestra riqueza e historia».

Por otro lado, el haiku es un estilo poético que va cogiendo más y más fuerza en Murcia. Además de los talleres que se han realizado estos últimos años, cuenta con un singular grupo de autores que publican sus versos en la red social Twitter. «A través de los siglos, los haikus se han detenido en la contemplación de la naturaleza. Y no hay un espacio más propio de nuestro entorno murciano que la huerta», comenta Aurora Gil Bohórquez.

El recital en el museo hidráulico de Los Molinos del Río fue tanto un canto a nuestra huerta como una llamada a la acción para conservar su legado. La aventura que inauguró el año pasado La Fea Burguesía está dando muy buenos frutos. Y sus coordinadoras no descartan publicar algún libro más de haikus en el futuro.