La Opinión de Murcia

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Entrevista
Música Cantante

Sebastián Yatra: "España me ha robado el corazón"

Con solo tres discos de estudio en el mercado, el cantante colombiano es una de las últimas sensaciones del pop mundial. Confiesa que, en la gira Dharma, que pasa mañana por la Plaza de Toros de Murcia, necesita disfrutar, porque para que la gente sienta, él tiene que sentir primero. Reconoce que, tras victimizarse en sus inicios, ha mejorado en autoestima y seguridad, por lo que, ahora sí, la vida le sonríe.

Sebastián Yatra actuará mañana en la Plaza de toros. erick fernando

Sebastián Yatra solo tiene tres álbumes en el mercado, pero parece todo un veterano. Casi todas sus canciones han sido grandes éxitos internacionales para convertirse, con 26,2 millones de oyentes mensuales, en uno de los artistas más importantes del momento. Mañana, a partir de las 21:30 horas, el colombiano actuará por primera vez en la Plaza de Toros de Murcia dentro del cartel del Murcia On.

Dharma, el título de su último álbum y nombre de la gira, significa aceptar la realidad. ¿Cuál es a día de hoy su realidad?

Mi realidad es que estoy joven, tengo un propósito, tengo salud, mis padres y mis hermanos están bien, hago música que es lo que amo, tengo sueños y metas... Mi realidad es que solo tengo razones para agradecer y, al aceptar todo esto, me doy cuenta de que las cosas que veo como un problema sé que no lo son y simplemente son cosas que veo desde una perspectiva equivocada. Ahora sé que, a las cosas pequeñas que me pasan, les tengo que dar la vuelta en mi cabeza para ver la vida desde un lado lindo y encontrar lo positivo a cualquier situación.

En sánscrito también significa ‘protección ante el sufrimiento’. ¿Es una declaración de intenciones?

Es lindo lo de protección ante el sufrimiento. ¿Por qué sufrimos tanto los seres humanos? ¿Por qué lo pasamos mal? ¿Por qué cuando estamos tristes buscamos salir de esa tristeza lo más rápido posible? ¿Entiendes? Eso nos causa sufrimiento. Estamos obsesionados por salir de la tristeza y, cuando estamos felices, también sufrimos porque pensamos cuando se nos irá esa felicidad. Una vez aprendemos a aceptar la realidad y estar en el presente, simplemente tenemos que dejar que las emociones sean lo que son. En la vida es lógico tener momentos tristes. Lo que hay que intentar es que el sufrimiento no exista. Una cosa es tener dolor, que es algo que no eliges, y otra sufrimiento que es una decisión. Sobre el dolor, uno es el que decide sufrir y magnificarlo.

¿Se siente Sebastián Obando Giraldo feliz con lo conseguido por Sebastián Yatra?

Sí, la verdad. Tengo cosas por resolver, como cualquiera, pero sí que soy feliz.

¿Imaginaba o soñaba que la vida le iba a sonreír tanto?

Es algo extraño. Desde pequeño siempre tuve una conexión muy grande con la música y la gente. Algo me decía que este era el camino, pero no sabía el porqué exactamente. Pero lo seguí. Aspiraba a que la sociedad me sonriera y el hecho de que me pase lo agradezco un montón. Todos los días lo agradezco. A cambio de que la vida me sonría tanto yo también le sonrío a la vida.

¿Qué siente cuando, con sus canciones, hace feliz a tanta gente?

Satisfacción y mucho amor, porque yo hice esas canciones con mucho amor y al cantarlas ellos me lo devuelven. Todas mis canciones tienen fondo, un mensaje y la intención de sumar . Que esto le guste a la gente me hace tremendamente feliz.

¿Siempre quiso ser artista?

Conscientemente desde los doce años, pero lo llevo en el ADN. Siempre fui muy extrovertido y en casa era un payasito, saltando por todos los sitios con la guitarra haciendo como si estuviera actuando en un escenario.

¿En qué le han insistido sus padres?

Ellos lo que quieren es que esté contento y tranquilo. Cuando hablamos, simplemente me preguntan: «¿Cómo estás?, ¿estás tranquilo?, ¿cómo está tu corazón?». Últimamente los noto contentos conmigo. Empecé a ir al psicólogo el año pasado y a practicar yoga y esto me ha cambiado la vida un montón. He mejorado en la autoestima, la seguridad, la capacidad de aceptar las cosas y el tener una constancia emocional de vibraciones altas que no tenía antes, porque me victimizaba un poco. El ‘pobrecito yo’ es un mantra negativo y ahora sé que lo tengo que sacar de mi vida porque, si esto lo repites mucho, al final acabas creyéndotelo.

Sorprende el tuit que tiene fijado: «También tienes que hablar con Dios en los días buenos».

Es así, siento que me representa un montón esa frase.

Es colombiano de nacimiento pero, con el tiempo que pasa en España, ya es casi español.

Ya tengo el pasaporte español también por lo de los judíos sefardíes. Literalmente me han nacionalizado.

Parece que es todo un veterano del medio y solo tiene tres álbumes de estudio.

¡Qué locura! Es bastante increíble. Son ocho años pero en los que he tenido la oportunidad de hacer un montón de cosas. En este último año, España me robó el corazón y tuve la oportunidad de conectarme un montón con su hermoso país. Ahora iré de gira con el Dharma tour y es algo que me tiene realmente feliz. En esta gira viajo con mi entrenador personal, suena raro, pero eso me da mucha paz porque sé que mi cabeza se va a mantener clara. Y eso me hace estar bien de energía. El desgaste de los conciertos es grande, aunque estoy acostumbrándome, de forma sana, a llevar mi cuerpo al límite. Tengo un show muy completo. Yo actúo, pero también voy de espectador y disfruto al ver cómo se lo pasa de bien el público.

Vamos, que trabaja para salir por la puerta grande.

Dios quiera que sí.

Últimamente ha hecho muchos duetos.

Tengo bastantes, la verdad. De hecho acabo de sacar una canción con Aitana y otra con Antonio Orozco y las dos me encantan. Él es todo un poeta y una persona muy sensible a la que quiero un montón, y ella es un encanto.

¿Su éxito es que su música hace sentir bien al que la escucha y al que la canta?

Más que eso, es la emoción que la canción transmite, porque siempre trato que mis letras sean honestas y verdaderas. Hay canciones que, si la escuchas, te pones a llorar pero es que llorar también es una forma de liberar, aceptar y transitar. Con mi música tengo la intención de hacer sentir y, para que eso le ocurra a la gente, primero me tiene que ocurrir a mí. Cuando escribo una canción la escucho desde el punto de vista fan y digo, me gusta, no me gusta.

¿Le da vértigo el haber alcanzado tan rápido el éxito?

Hay momentos en los que uno siente muchas cosas. He llegado a sentir inseguridad y miedo a que se me escape, adrenalina... He sentido todo lo que se te pueda ocurrir con mi carrera, pero ahora estoy tranquilo, en un momento de mucha paz y emocionado con lo que sigue, pero no ansioso por lograr y lograr, si no por hacer cosas con las que disfrute y que sean proyectos que sumen. Yo las cosas, o las hago al cien por cien, o no las hago.

¿Es ambicioso?

Sí, pero hasta un punto sano. El tema de la plata (dinero) o el amontonar fortuna no es algo que me llame mucho la atención y me vuelva loco, aunque todos, obviamente, queremos tener millones de euros, pero no me obsesiona.

No me refería al dinero, sino que, si por ejemplo, ambiciona tener un disco de uranio con canciones como Pareja del año o Tacones rojos, que ya han sido doble disco de platino.

Sí que me pongo metas con las canciones. Para competir en este nivel tienes que amar la competencia. Hay canciones que llegan más lejos que otras pero eso también depende del amor, esfuerzo y energía que uno le meta para que pegue. Siento que, hoy en día, una canción es como un tenista que va a un Grand Slam que tiene que jugar partidos con todos los rivales hasta llegar a la final, porque si no las cosas se quedan a medio camino. Por eso lanzo muchas cosas y voy eligiendo a qué le quiero meter la ficha.

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