Malcom Arnold integró una célebre marcha militar en la banda sonora de la película El puente sobre el río Kwai, dirigida por David Lean en 1957. Los soldados británicos, reducidos a la condición de trabajadores forzados, silbaban todavía marcialmente antes de entrar al campo de concentración donde habían de trabajar hasta la extenuación levantando un puente para el ejército japonés. El comandante del campo es el brutal Saito, cuya misión consiste en construir dicho puente usando a los esclavos británicos como mano de obra y carne de cañón. Pronto el coronel Nicholson, al mando de los prisioneros, acaba obsesionado también con su construcción. Con la mente trastornada piensa en el puente como un medio de redención y emancipación frente a los carceleros japoneses, hasta que demasiado tarde despierta de su alucinación y comprende que ha estado construyendo un monumento al despotismo y a la expansión militarista, pero la célebre marcha del puente sobre el río Kwai resuena todavía como una marcha alegre, con la que se pone a mal tiempo buena cara, para que todos caminen ciegos y felices, como uno solo hombre, con paso firme y veloz, hacia el infierno de la esclavitud y la muerte.