La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Entrevista
Danza Coreógrafo

José Carlos Martínez: "Respeto la tradición, pero para avanzar desde ahí hacia la modernidad"

El creador cartagenero regresa esta semana a la Región para presentar en Murcia su último trabajo, una adaptación de ‘El corsario’ que llevarán a escena en el Villegas los bailarines del Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia

El cartagenero José Carlos Martínez L.O.

José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), vuelve a la Región de Murcia en su actual faceta como renombrado coreógrafo para presentar su última creación, una versión de El corsario que se encuentra presentando junto al Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia. Con solo dos paradas en nuestro país, esta nueva adaptación del clásico –inspirado en un poema de piratas de Lord Byron– subirá a las tablas del Auditorio Víctor Villegas de Murcia este miércoles y el jueves (a las 20.30 horas en ambos casos).

¿Cómo está, José Carlos? ¿Dónde se encuentra?

Pues estoy en Granada, trabajando con los alumnos del Conservatorio de aquí. Ya mañana [por el pasado jueves] comenzaremos a preparar sobre el terreno la representación de El corsario de este sábado [anteayer] en Los Jardines del Generalife. Así estoy muy bien, muy contento de empezar ya esta gira que me hace tanta ilusión.

Supongo que también estará presente durante las representaciones del próximo miércoles y jueves en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia.

Por supuesto. Primero porque es en Murcia y me hace mucha ilusión que El corsario llegue a mi tierra. Estoy deseando que mi gente lo pueda ver... Y segundo, porque, al ser la primera vez que sale de gira, prefería acompañar a la compañía. Piensa que las dimensiones del escenario del Villegas son muy diferentes a las del que tiene el teatro en el que hemos estado trabajando en Liubliana [donde se encuentra la base de operaciones de la formación eslovena], con lo que tenemos que hacer prácticamente una adaptación. Bueno, y sin el ‘prácticamente’... Tenemos que adaptarnos a este nuevo espacio y, en este tipo de situaciones, cuando hay que hacer cambios sobre el ballet original, es común que el coreógrafo o su asistente se sumen a la expedición. Así que me lo tomo como una oportunidad para unir lo útil con lo agradable, ya que también es una excusa perfecta para poder estar unos días en casa, con mi familia.

Y más, cuando lleva tiempo fuera de la Región.

Claro. Porque yo viví aquí solo hasta cumplir los 12 años; el resto de mi vida la he pasado fuera. Por eso cada vez que vengo es especial. Y esta vez más todavía, ya que no vengo solo, sino con una producción extranjera que todavía no ha podido verse en España. Que Murcia vaya a ser una de las primeras ciudades en disfrutar de El Corsario me hace muy feliz.

Supongo que en el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia estarán encantados de que les esté acompañando en estas primeras fechas fuera. Porque lo decía antes: esta vez no ejerce de director, sino solo de coreógrafo, y estos no siempre están en el día a día.

Normalmente no, es cierto. Pero bueno, yo iba a estar por aquí de todas maneras, así que... Además está el tema este que te comentaba de adaptar la obra a según qué espacios. Que lo podrían hacer sin mí, pero bueno, de este modo también podemos seguir trabajando con los bailarines, lo cual siempre es bueno para la representación.

¿Cómo está viendo a las bailarinas y bailarines del Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia? Hablamos de un elenco de nivel.

Muy bien. Es una compañía muy dinámica, con unos bailarines geniales y con una energía increíble: son incansables y muy trabajadores. Además, desde que empecé a trabajar con ellos, en 2020, creo que el grupo ha evolucionado un montón. En este tiempo ha llegado gente nueva y otros se han ido, pero hemos logrado formar un equipo de nivel que puede interpretar los ballets clásicos de manera excepcional. Y ellos hasta hace no tanto tiempo no tenían costumbre de hacer piezas de este tipo, ¿sabes? Estaban más acostumbrados a hacer cosas más neoclásicas, con lo que no ha sido fácil para ellos. Pero bueno, es una compañía que tiene tradición, que hace años sí trabajaban material clásico y, por fortuna, tienen grandes maestros que han ayudado muchísimo para que el espectáculo salga adelante y lo haga a un gran nivel.

Dos momentos del montaje de ‘El corsario’ a cargo del Ballet de la Ópera de Eslovenia. Darja Stravs Tisu

En Murcia, por cierto, tendrán algo de apoyo local; en concreto, con un buen grupo de estudiantes del Conservatorio de Danza. ¿Cómo surge esta colaboración?

Mayormente del Conservatorio, sí, pero también de otras escuelas. Esto es algo que se hace a menudo con los ballets clásicos: suelen tener gente que hace figuración, extras de refuerzo, y a mí me parece que una manera fantástica de colaborar a nivel local con la industria de la danza. Ofrecerle a los chavales una experiencia profesional creo que es algo que puede resultar muy positivo en lo referente a su formación. Van a conocer desde dentro cómo funciona un espectáculo como este y van a recibir una ‘masterclass’ exprés de lo que es la danza a este nivel, ya que van a tener que adaptarse en muy poco tiempo a lo que demande el director. Además, en este caso, no es una presencia meramente testimonial: van a tener que bailar un poco, con lo que forman parte de la acción. Van a tener que aprenderse una coreografía y no van a conocer a los bailarines de la compañía hasta el último momento, con lo que va a ser una especie de prueba de fuego para ellos. Espero que aprendan mucho y que lo disfruten.

No sé si ha podido hablar o trabajar ya con ellos...

No, todavía no les conozco. Iré a verles justo después del estreno en Granada, el domingo [ayer], y en esos tres días que tenemos hasta el estreno trataremos de dar el máximo para que todo esté listo de cara a la puesta en escena. Creo que merecerá la pena, porque, cuando te estás formando, todo lo que te acerque a la vida profesional de un bailarín es de muchísima utilidad. Además, lograr experiencias profesionales cuando estás empezando es lo más difícil... Bueno, y, luego, quién sabe, igual el director de la compañía se queda con alguno de ellos y le ofrece un contrato para la temporada que viene...

Esta obra se estrenó en Roma hace un par de años, pero no fue hasta el pasado mes de septiembre cuando esta compañía la puso por primera vez en escena. ¿Qué tal está siendo la recepción por parte de público y crítica?

Fantástica. Lo de Roma fue como tres días antes de que se cerrara el país por culpa de la pandemia, y, claro, creo que no hubo ni prensa en el estreno (estábamos todos ya hablando de otras cosas...). Pero bueno, lo presentamos en Liubliana y el pasado mes de mayo volvimos a Italia, de donde salimos con críticas buenísimas. Pero, sobre todo, creo que es un ballet que el público aprecia particularmente: es dinámico, contagia su energía... Así que estoy muy contento por ese lado. Además, reconozco que la crisis sanitaria nos ha dado más tiempo para trabajar la obra y ahora llega a los escenarios mucho más hecha, mucho más asumida por los bailarines. 

El Auditorio Víctor Villegas acogerá dos actuaciones de El Corsario. Darja Stravs Tisu

¿Y por qué decidió revisar El corsario? ¿Qué le llevó a darle una vuelta de tuerca a este ballet que, si bien igual no es lo de los más conocidos para el gran público, tiene muchísima historia en el mundo de la danza?

No es de los más conocidos, no. No es Giselle, El lago de los cisnes o La bella durmiente. Pero yo lo vi con el Mariinski cuando era joven. Recuerdo que se bailaba mucho y que había partes muy bonitas, pero que era muy largo y un poco..., no aburrido, pero sí repetitivo. Y, sobre todo, no muy comprensible. 

Lo cual es un problema...

Claro. Mira, yo he hecho una versión de Giselle y solo trabajé la coreografía; sin embargo, para hacer El corsario he tenido que meterme con la música, el argumento... Había que transformarlo casi por completo. Sobre todo en lo referente a la trama, que creo que en el ballet original de Joseph Mazilier para la Ópera de París era demasiado compleja. Nosotros la hemos simplificado: hemos centrado la atención en los dos papeles principales (los de Conrad y Medora) y, aunque añadimos alguna otra historia –como la traición de Bibranto–, no vamos mucho más allá.

Ha eliminado a un personaje importante.

Sí, a Alí. Simplemente para que la narración fuera más fluida, más clara. Alí es un esclavo que sigue a Conrad allá donde va, y lo que hace uno lo hace el otro; hasta el punto de que, como tenían que repartirse las partes bailadas entre ambos, Conrad no se lucía demasiado. Nosotros, en cambio, hemos querido darle todo el protagonismo.

¿Cómo se relacionan la danza y la dramaturgia en un ballet como El corsario?

Pues es complicado, porque no se pueden dar detalles, ya que no tenemos texto. Es decir, los personajes no hablan, no se pueden expresar con las palabras, solo con el cuerpo. Entonces es muy importante tener la historia clara, y lo que ocurría en El corsario es que había demasiados matices que podían pasar desapercibidos. Por eso nosotros hemos apostado por una versión más corta, pero más dinámica; relativamente sencilla, pero fácilmente comprensible y disfrutable. Porque, aunque no haya un guión como el que puede haber en una obra de teatro, hay emociones –como el amor, el odio o la venganza– que el ballet es capaz de traducir por medio de las coreografías y la música.

¿Cuál cree que es la clave o claves de su versión? ¿En qué incidió?

A ver, yo lo que he hecho es quedarme con los momentos más icónicos del original y, en base las partes coreografiadas por Marius Petipa para la versión que se hizo en Rusia unos años después de su creación, he construido toda mi historia. A mí me gusta ser siempre respetuoso con la tradición, pero para avanzar desde allí hacia la modernidad. 

Además de con el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia, creo que está trabajando con el de la Ópera Nacional de Estonia. Y que la Ópera de Zagred estrenó hace poco su Giselle. ¿Tiene algo más en danza, José Carlos? ¿Algún proyecto pendiente?

¡Sí! Vamos a hacer El corsario en Estonia el próximo otoño con el Ballet de Tallin; después, en enero, el Ballet de Eslovenia presentará en Liubliana mi Giselle, y también estoy trabajando con el Ballet de Burdeos, que va a recuperar mi Don Quijote ahora que se han terminado los derechos de exclusividad con la Compañía Nacional de Danza. Eso será para julio de 2023. Bueno, y en octubre El corsario llegará a Suecia con nuevo vestuario y decorados. Con estas cosas estaré ocupado hasta 2024. Y me gustaría desarrollar alguna idea que tengo para nuevas creaciones, pero es que no he tenido tiempo... Como ves, tengo una agenda bastante apretada.

Compartir el artículo

stats