La Opinión de Murcia

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Música

"Sin prejuicios y con los oídos bien abiertos" para celebrar la Fiesta de la Música

Murcia se une los días 20 y 21 a este festejo global con dos rutas de conciertos gratuitos que pasarán por seis barrios de la ciudad

Crudo Pimento será el plato fuerte

Hace ahora cuarenta años que nació en Francia la ‘Fiesta de la Música’, un evento «festivo, popular y espontáneo» dirigido a todos los públicos y que pretende «poner en valor y promocionar la música amateur». A grandes rasgos, es una suerte de reventón artístico que pretende inundar la ciudad para celebrar este arte y el talento local, a menudo escondido, opacado o directamente sepultado. Y como no son muchos los que rechazan una buena fiesta, hoy esta cita -que se celebra cada 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano; o, lo que es lo mismo, con el día más largo del año- ya está presente en más de 120 países, entre ellos, el nuestro. Aunque, eso sí, quizá no con la intensidad que debiera...

Según la web de la Fête de la Musique, en España solo hay dos comunidades que se han adherido oficialmente a la cita: País Vasco y..., sí, Murcia. En Cartagena es costumbre animar a los vecinos a mostrar sus dotes artísticas en puntos previamente establecidos, mientras que en la capital del Segura se han venido haciendo conciertos para celebrar este día en el marco del ciclo River Sounds, pero, este año, La Lanzadera -la asociación al cargo- ha querido hacer algo grande. Aprovechando ese cuarenta aniversario -‘XL’, en número romanos-, han querido dar forma a un programa extra large con dos días de conciertos en las calles: lunes y martes de la próxima semana. En total serán diez actuaciones, repartidas en siete espacios de seis barrios diferentes de la ciudad y organizadas construyendo rutas para que «todo el mundo pueda disfrutar, según su grado de melomanía, del mayor número posible de actuaciones dispuestas. De hecho, solo hay un solapamiento y se debe a las condiciones particulares de uno de los espectáculos», aclara Miguel Tébar, crítico musical y principal responsable de esta Fiesta de la Música a la murciana.

Crudo Pimento, Parade y Álex Juárez son algunas de la propuestas, aunque prima lo más alternativo

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La propuesta es similar a la del Big Up!: cinco actuaciones por día, en espacios urbanos y en intervalos de una hora. Así, por ejemplo, el lunes la música comenzará a sonar a las 19.00 horas en la contrafachada del Palacio del Almudí con la ayuda de los violines del dúo Komorebi. Una hora más tarde será el turno de Parade en la Muralla de Verónicas, mientras que a partir de las nueve de la noche será Álex Juárez quien tome el protagonismo en el templete del Cuartel de Artillería. A partir de ahí, la ruta se pondrá algo más experimental: a las 22.00 horas se subirán a ese mismo escenario Sofía Bartomeu y las integrantes del trío circense Mainama, para cerrar este primera jornada desde las 23.05 horas en el jardín exterior del Museo de la Ciudad con un show de improvisación musical con el saxofonista abaranero José Joaquín Aroca y el profesor Juan Jesús Yelo.

«Efectivamente, es casi imposible hacer un proyecto como este sin incluir géneros ‘populares’ como la canción de autor de Álex Juárez -aunque sea tratada desde el ruidismo-, el pop de Komorebi -por mucho que linde con la música clásica- o el rock -por indescriptible que sea- de Crudo Pimento [que cerrarán la sesión del martes], pero también queríamos centrar el foco sobre otras músicas», aclara Tébar, que invita a quienes estén interesados en este ciclo a que acudan a las actuaciones «sin prejuicios y con los oídos bien abiertos». «En general, es una máxima que aplico a todos los proyectos en los que he trabajado, pero, en este caso, más si cabe. Porque, al final -explica-, el objetivo de esta selección de artistas no es otro que enfatizar esos principios que presidieron la creación de la Fiesta de la Música: un evento popular, aparentemente espontáneo y dirigido a todos los públicos, pero que también sirva para promocionar prácticas musicales alternativas».

Sofía Bartomeu, aunque acogida bajo los preceptos de la música electrónica, es una ‘artista sonora’ -que en este caso acompañará sus composiciones con las acrobacias y malabares de Mainama-, y lo de ‘Aroca & Yelo’ es más una cuestión de manipulación y procesamiento de los sonidos de instrumentos concretos. Pero sus actuaciones -si las seguimos desde la óptica de lo diferente, de lo verdaderamente alternativo- tendrán su continuidad durante la primera parte de la ruta del martes, que comenzará a las 19.00 horas en la Plaza de los Derechos de la Infancia del Jardín de la Seda con el colectivo Tecné, formado por ocho profesores del Conservatorio. Presentarán un espectáculo con «música actual de inspiración minimalista» que han llamado Resonancias y que sacará a la calle instrumentos de sala como un piano de cola o una marimba. A ellos les seguirá, a las 20.00 horas en el anfiteatro de La Seda, el trío Harar, un polipoeta, un guitarrista y un músico de electrónica que ofrecerán un producto en el que prima el spoken word. Y desde las ocho y hasta la medianoche, en los Molinos del Río, una producción propia: la «opereta jam» de White Coco. «Es la propuesta más arriesgada del programa», reconoce Tébar, que desvela que han confiado «a ojos cerrados» en Gonzalo Artaza, A.K.A. ‘Guapo Diablo’, para liderar a un colectivo «imprevisible» que va a fusionar la música urbana con el jazz, los ritmos latinos y la improvisación. «Son gente muy joven, y nos esperamos cualquier cosa de ellos», señala, entre risas, su principal valedor.

Aunque el programa del martes no termina ahí. Como ya se ha señalado, Crudo Pimento serán los encargados de la clausura en la Plaza de los Patos de Vistabella desde las 22.30 horas, pero antes -a partir de las 21.15 horas- habrá espacio para que Los Malinches desplieguen su psicodelia pop en ese mismo espacio; por cierto, uno de los más especiales para los organizadores. «Es un sitio encantador y que guarda un vínculo concreto con ambas bandas: al menos el 50% de los integrantes de uno y otro grupo viven o han vivido allí», aclara Tébar, para quien los ‘escenarios’ son otro de los grandes atractivos de este proyecto. «Es que no solo queríamos sacar la música a la calle, sino también alejarlo de los rincones que habitualmente han sido utilizados para este tipo de conciertos al aire libre». Así, por ejemplo, el organizador asegura no tener constancia de que en la calle de la contrafachada del Almudí se haya celebrado nunca ningún concierto, mientras que considera que hay espacios como el templete del Cuartel de Artillería que están «infrautilizados». «Esta también es una forma de reivindicar esos espacios», sentencia.

Huelga decir que el disfrute de estas actuaciones es totalmente gratuito y que, por supuesto, desde La Lanzadera esperan que esta Fiesta de la Música se establezca como una cita anual ineludible en la agenda cultural de la ciudad. «Parece que en España nos está costando sumarnos a esta celebración, así que estar implicados en este evento ya es de por sí un paso; un paso que espero que nunca sea hacia atrás, sino hacia delante, que crezca en días y espacios en años posteriores», señala Tébar, que ha contado con el apoyo y la financiación de la Concejalía de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Murcia. Eso sí, a corto plazo, solo espera que los aficionados se animen a acercarse a los conciertos, forzarles a «salir de la sobresaturación de música en vivo de los fines de semana» para disfrutar también de actuaciones en días laborales aprovechando el buen tiempo. Y que descubran, disfruten y celebren esta fiesta.

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