La Opinión de Murcia

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Música

Ismael Serrano: "A veces la realidad tiene mucho de profecía autocumplida"

El cantautor ha regresado a los escenarios para presentar ‘Seremos’, un disco escrito en plena pandemia y que, durante su puesta en escena, se convierte en una suerte de musical que sirve a su creador para repasar lo que han sido estos 25 años de carrera musical que le avalan.

Ismael Serrano

El cantautor vallecano Ismael Serrano ha vuelto a los escenarios, justo cuando cumple 25 años de carrera. Lo hace con Seremos, un espectáculo distinto que va más allá del concierto convencional: contiene teatro y, por supuesto, canciones de su último disco (combinadas con clásicos de su repertorio). Hoy su gira llega al Teatro Romea de Murcia, donde habrá humor, poesía y muchísima emoción.

Sobre el escenario, Ismael Serrano acude a un programa de televisión para ser entrevistado, y su diálogo, con el micro abierto o fuera de antena, aborda el paso del tiempo, el éxito, el fracaso, el amor... Pues Seremos (2021), el álbum que da pie a este show, es un viaje de autodescubrimiento que mira al futuro y que habla de los sueños cumplidos e incumplidos

Parece que Seremos tenía vocación de musical casi desde su creación.

Algunas canciones, sí. Yo creo que esto del musical es una vocación frustrada, y que por eso convierto mis conciertos en una suerte de obra de teatro. Porque a mí lo que me gusta es contar historias, y me gusta contarlas no solamente interpretando mis canciones, sino también cuando las presento, cuando busco un argumento que me sirva para enlazarlas.

¿Cómo es el espectáculo que ahora presentas?

Vamos con un formato acústico íntimo. Voy yo con mis guitarras, Jacob Sureda se pone al piano e Irene Rouco al violoncello. Tiene una puesta en escena que pretende simular una entrevista, con una voz en off que permite desarrollar un diálogo con el que enhebrar un poco las canciones y con el que contar el relato de estos 25 años de carrera. Tiene que ver con las promesas que uno se hizo, con los sueños cumplidos y los incumplidos, y sobre todo con la necesidad de seguir peleando, de seguir levantando la mirada cuando todo parece torcerse, que creo que fundamentalmente es de lo que habla el disco.

Supongo que en el repertorio mezclas canciones de ese último trabajo con clásicos tuyos.

Sí. Trato de ser equilibrado entre la presentación de nuevas canciones y hacer repaso de mi anterior discografía, pero cada vez es más difícil elegir... Hay canciones que no canto, pero que me apetece rescatar, pero también hay otras que inevitablemente tienen que estar porque forman parte de la memoria compartida con el público que me ha acompañado durante tanto tiempo. En cualquier caso, la mayoría de estas se cantan desde otro lugar. Yo empecé cantando Papá cuéntame otra vez como un reproche que le hacía un hijo a su padre, y ahora la canto como un padre que trata de encontrar un relato que contar a sus hijos.

Hay una especie de escepticismo en el vídeo de presentación de la gira, donde dices: «Yo quería cambiar el mundo. Nunca tuve la certeza de que fuéramos a conseguirlo, pero la esperanza le daba sentido a todo». ¿Cómo de esperanzado te encuentras?

Yo es que… Es una cuestión de carácter.

¿Optimismo antropológico?

Sí, tal cual. No sé si es una cuestión cultural, de educación, o que vengo así de fábrica, pero tengo fe en el ser humano. Eso no quiere decir que viva happy o que no sea consciente de lo dura que es la realidad. De hecho, mis canciones la retratan también con sus aristas, sus imperfecciones y su dureza, porque creo que es necesario, pero a pesar de los pesares, yo creo en el ser humano. En los momentos más difíciles a veces aparece lo peor, pero también lo mejor. Hemos asistido en este tiempo de pandemia a gestas heroicas en lo cotidiano que te reconcilian con el mundo.

¿Cuál sería el hilo conductor de Seremos y por qué hablas en futuro?

Porque está compuesto precisamente en un contesto en el que se el futuro era algo bastante difícil de imaginar. Eran tiempos de confinamiento, y era muy complicado plantearse cuándo íbamos a poder reencontrarnos, cuándo íbamos a poder completar todos esos planes que habían quedado congelados en el tiempo, aplazados sine die. A mí me apetecía escribir canciones que nos conectaran con esos planes, que nos conectaran con esa vida que había quedado congelada y que recuperaríamos más pronto que tarde, y por eso esa mirada al futuro, esa vocación de futuro, el ‘seremos’. Preguntábamos: «¿Seremos mejores? ¿Seremos peores?». Bueno, seremos. Seguiremos mirando hacia delante; seguiremos, a pesar de los pesares, tratando de hacer planes y de reconstruir nuestras vidas, y de eso habla también este disco, de la necesidad de levantar la mirada aún cuando la realidad parece torcerse.

En el disco empiezas diciendo: «No soy el cantautor que vino a ordenarte la vida». Intuyo que reivindica la figura del cantautor más allá del estereotipo.

Hay una deconstrucción del tópico del cantautor solemne y circunspecto que se toma todo a la tremenda, que se cree poseedor de una cierta superioridad moral que le permite decirte cómo tienes que vivir tu vida. Hay una revisión de todo eso. Hay una canción que se llama Cállate y baila donde directamente una chica le dice al cantautor que se calle de una vez y que baile, que disfrute. Y ese ejercicio de reírme un poco de mí mismo o de cierto tópico, aparece. Pero yo creo que lo hago fundamentalmente también para reivindicarlo. Me río, deconstruyo, para luego reivindicar el género de la canción de autor, que tiende a la palabra, a la poesía, que se compromete con la realidad, que habla de los sueños colectivos, compartidos...

¿Es Seremos un viaje de autodescubrimiento?

Algo de eso hay. Quizá porque el confinamiento nos obligaba a hacer un cierto ejercicio de introspección (entre otras cosas, porque no nos quedaba otra). Te detenías en el tiempo y te preguntabas qué era de tu vida, que estabas haciendo con ella y hacia dónde querías ir. De repente cobraban importancia cosas que no la tenían, y se relativizaban ciertos problemas que habían sido el centro de todo hasta hacía poco. Todo eso te llevaba a mirarte al espejo y a descubrir un poco quién eras o qué querías ser. Pero aclaro que esto de romantizar los encierros como si hubieran sido maravillosos porque nos han permitido descubrirnos a nosotros mismos me parece horrible. Yo este viaje de descubrimiento me lo podría haber ahorrado tan ricamente.

Hablas de sueños incumplidos y de lo difícil que resulta mirar hacia delante. Pero... ¿vendrán tiempos mejores?

Creo sí, en tanto en cuanto nosotros creamos en ello. Yo creo que a veces la realidad tiene mucho de profecía autocumplida. Si nosotros estamos permanentemente pensando que esto no tiene solución, que poco podemos hacer para cambiar las cosas, abandonamos nuestro empeño, nos dejamos llevar y nos convertimos en personas cínicas e individualistas. Yo creo que también es un mecanismo del propio sistema, por así decirlo. El inocularnos ese descreimiento es un mecanismo para desactivar la posibilidad de cambiar las cosas. Pensar que somos capaces de generar las complicidades necesarias entre unos y otros yo creo que puede ayudar precisamente a que las cosas cambien.

¿Cuándo? Hoy, 20.00 horas

¿Dónde? Teatro Romea, Murcia

¿Precio? 20/25/28 Euros


En su momento, Luis Pastor puso de manifiesto la posición del «cantautor comprometido». Creo que tú no le temes a ese calificativo –aunque algunos lo tilden de anacrónico–, pero en tus canciones también hay angustia y melancolía, amor, esperanza...

Es verdad que la figura del cantautor comprometido es una figura de la que algunos huyen, y otros intentan hacernos ver como un anacronismo... Pero no ya la del cantautor comprometido; también la del actor comprometido, el director comprometido… Hay una reacción que trata de ridiculizar el hecho de que los artistas puedan expresarse políticamente como cualquier otro ser humano. El cantautor es comprometido como lo puede ser el panadero, el maestro… Lo malo es cuando se organiza y cuando se expresa, tiene la posibilidad de ser altavoz para según qué temas, y eso incomoda y no sienta bien. Pero es verdad también que, como hijos del hiperindividualismo, hay cierto sector de la música que decide no ya solo practicar el escapismo y no hablar del nosotros, de lo colectivo, y no comprometerse, sino que además no ve con buenos que otros artistas se comprometan, que eluden y les incomoda de alguna manera el que alguien se pueda expresar políticamente.

«Aún no hemos perdido la partida», dices en este disco. ¿La propuesta artística de Ismael Serrano también es un acto de rebeldía? ¿Seremos muestra ese espíritu de no resignarse, de quererse?

Sí, hay algo de eso. Seguir haciendo lo que creo, siendo consecuente, fiel a mí mismo. Es la mejor manera de corresponder a la fidelidad del público. Y eso no quiere decir que debamos permanecer inmóviles. Puedes crecer, evolucionar musicalmente en cuanto a tu talante, tu mirada..., pero siendo fiel a ciertos principios que tienen que ver con el compromiso, con tu arte. Yo hago lo que me exige el alma; a mí las concesiones a terceros y a segundos…

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