Copiar. Esa fue la propuesta de Alfredo Sanzol y Elia Barceló. Copiar los premios Mandarache y Hache; replicarlos en otras ciudades españolas. Porque el certamen cartagenero es, según los autores galardonados en esta edición 2022, un «modelo de éxito» en lo que al fomento de la lectura entre los jóvenes se refiere. Pocas cosas mejores se pueden decir de una iniciativa como esta..., pero es que, tanto el dramaturgo madrileño como la poeta alicantina se mostraron ayer tremendamente «sorprendidos» al comprobar el conocimiento que los jóvenes que ayer abarrotaron El Batel –y que ejercían como representantes de un jurado popular de casi 5.000 estudiantes– tenían sobre sus respectivas obras, La valentía y El efecto Frankenstein.

Ambos regresaron este viernes a la ciudad portuaria para protagonizar la gala de clausura de esta edición del popular certamen literario, que serviría para hacerles entrega a ambos de sus respectivos galardones como ganadores de los citados premios en las categorías juvenil e infantil, respectivamente. Pero, además, se sometieron al interrogatorio de ese público tan particular que llenaba las butacas del auditorio y que cuestionó a los autores sobre temas como «la ilustración, el feminismo, la libertad o las consecuentas de nuestros actos», señaló Barceló. «Me han parecido unos lectores enormemente maduros», añadió la veterana escritora, natural de Elda. En la misma línea se expresó Sanzol, que subrayó lo interesante de las preguntan que recibieron de los jóvenes: «Son buenísimas». De hecho, el reputado autor teatral aseguró que, tanto a él como a su compañera galardonada, este enorme jurado popular les había «hecho pensar».

Los ganadores de esta edición estuvieron acompañados por un nutrido grupo de representantes municipales, encabezado por la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, que no dudó en calificar al Mandarache y Hache como «uno de los proyectos de educación lectora y promoción de la cultura del libro más destacados del panorama nacional e internacional». Y si esto es así es porque, «desde sus inicios -añadió la regidora-, lo que más caracteriza a este certamen y lo diferencia de otras iniciativas similares es que es se dirige a jóvenes pero sin limitarse a literatura juvenil ni de ficción; se huye del paternalismo y se confía y apela a la madurez del público juvenil interesado en la literatura».

Y así lo sienten los participantes, autores y mimbros del jurado. Es el caso, por ejemplo, de Sofía, Wisal, Noelia e Isabel, alumnas del instituto Pedro Peñalver que este viernes acudieron a la gala «encantadas» de haber participados en estos premios, que les han servido para «aprender a elegir». Y es que estas cuatro amigas, que siempre han sido «muy lectoras», se enfrentaban al problema de no encontrar títulos que les gustaran, especialmente de escritores hispanohablantes, y se encontraban un poco desencantadas, pero su entrada en el Proyecto Mandarache y Hache les ha descubierto un catálogo de autores que responde a sus expectativas en lo que respecta a sus gustos literarios, muy distintos entre ellas y que abarcan desde el terror y el romance al misterio, la poesía y la fantasía.

Finalistas 2023

Como es costumbre, durante la gala de entrega de premios, se han anunciado las obras finalistas de la edición de 2023: para el Mandarache, Derecho de admisión, de Yeison F. García; Desencajada, de la escritora de origen ucraniano Margaryta Yakovenko, y Doña Rosita, anotada, de Pablo Remón, y para el Hache, cuyo jurado está compuesto por casi 2.000 adolescentes de entre 12 y 14 años, Héroes, de Pedro Ramos; Departamento de asuntos mágicos, de Daniel Hernández Chambers, y El cofre de nadie, de Chiki Fabregat.

Los seis autores seleccionados visitarán Cartagena durante el curso escolar 2022/23 y participarán en los encuentros telemáticos organizados durante todo el año y en la grabación de los diferentes programas de Radio Mandarache, la red de archivos de audio de este proyecto.