Los murcianos 91 Suite lideran la convocatoria nacional del Rock Imperium, que se celebrará en Cartagena el 24 y 25 de junio. De hecho, iban a ser ellos –junto a los alicantinos Lándevir– quienes el pasado domingo protagonizaran la fiesta de presentación del festival cartagenero en Garaje Beat Club. Sin embargo, la covid obligó a la cancelación del concierto. Iba a ser su primer bolo pospandemia –o, lo que es lo mismo, en más de dos años–, con lo que su cantante, Jesús Espín, se muestra particularmente dolido... Eso sí, están con ganas y deseosos de presentar en directo sus nuevos temas, los que conformarán su tercera referencia (primer largo tras Times they change, de 2005). El álbum, adelanta el dotado vocalista, está al caer. Los 91 Suite están ‘de vuelta en el juego’.

 

Lo primero de todo: ¿Cómo están? ¿Ya recuperados?

Sí, sí. Tristes por no haber podido tocar, pero, por lo demás, bien.

Me lo imagino...

La verdad es que ya uno no sabe ni qué pensar... Llevamos ya dos años largos de pandemia y parecía que nos habíamos escapado, pero justo hemos tenido que caer –Paco [Cerezo, guitarra] y yo– cuando por fin íbamos a volver a tocar. Con las ganas que teníamos...  

¿Hay previsión de recuperar el concierto en otra fecha?

El problema es que, después de dos años de aplazamientos, ahora las salas están hasta arriba. Cuando pierdes una fecha, o se alinean los planetas –yo qué sé, que justo alguien cancele su actuación y piensen en ti– o ya no hay manera de meter cabeza. No te voy a engañar: lo normal es que no vayamos a poder tocar en Murcia capital hasta el año que viene. Por suerte, tenemos alguna otra fecha por aquí cerca (en Totana, en el Rock Imperium...).

Supongo que estarán deseosos de volver a subirse al escenario.

¡Claro! Ganas no nos faltan, te lo aseguro. De hecho, este concierto lo habíamos preparado a conciencia; queríamos que fuera algo especial. Es cierto que no estábamos solos, que tocábamos con Lándevir, pero bueno..., para cuando llegara nuestro turno, teníamos muchas cosas pensadas. Nos quedamos con esa espinita clavada. Además, son muchas horas las que invertimos en este bolo: piensa que llevábamos dos años sin dar un concierto... En fin, no quiero ni pensarlo [Risas].

Hablemos, pues, de música. En 2019 lanzaron un EP titulado Starting all over, cuyo título era bastante ilustrativo del momento en el que se encontraba el grupo: tras regresar a los escenarios un par de años antes (y después de doce de parón), aquellas seis canciones dejaban muy a las claras que el grupo estaba vivo.

Sí. Esa era la idea, de hecho. Después del reencuentro, cuando decidimos retomar la ‘rutina musical’ pensamos que la mejor manera de darle sentido y significado a todo esto era escribiendo nuevas canciones. Además, la gente tenía ganas. Es cierto que nos movemos en un circuito muy reducido –si el del rock, en general, es bastante estrecho, imagínate el del rock melódico...–, pero quienes nos seguían desde antes del parón nos pedían algo nuevo. También es que la ‘salida’ del grupo fue un poco frustrante: como de la noche a la mañana y sin dar demasiadas explicaciones. Se quedaron (ellos y nosotros) con la miel en los labios porque justo llegó en un momento en el que parecía que podíamos despegar.

Llegaron a girar internacionalmente.

Sí. Y teníamos algún otro proyecto importante que no llegó a cuajar... Pero bueno, son cosas que pasan. Luego, en cuanto asentamos nuestras respectivas vidas a nivel personal, nos volvimos a juntar en lo musical (porque nunca perdimos el contacto). Y lo bueno es que nos lo pasamos muy bien haciendo lo que hacemos. Te iba a decir que no necesitamos un apoyo masivo para seguir adelante, pero es que ni siquiera necesitamos uno minoritario. Somos un grupo de amigos de la infancia que hacemos lo que nos gusta y lo que nos ha movido siempre, que es el rock melódico. Y enseguida que volvimos a emprender la marcha, nos surgió este EP, con el que quedamos muy contentos. Creo que hay un salto importante a nivel compositivo frente a los primeros discos.

Creo haber leído que aquellas canciones iban a funcionar como un adelanto del que iba a ser su tercer disco. Incluso, tengo por aquí apuntado que a esas seis se unirían otras siete y que con eso tendríamos su tercer largo, esperado inicialmente para 2020. ¿Ese plan sigue en pie?

Sí, sí. Lo único que varía es que al final serán 14 canciones y, por supuesto, la fecha de lanzamiento, que se ha visto retrasada por culpa de la pandemia. Realmente el disco está grabado ya, ¿eh? Pero queremos sacarlo cuando vayamos a poder defenderlo en directo. Quizá haya mucha gente que no lo entienda, pero para nosotros –que, en este caso, nos hemos autoproducido– es un trabajo de muchísimas horas, y queremos sacarlo en el mejor momento posible.

Que será... ¿cuándo?

Pues la idea es sacarlo pronto. No sabemos si en junio, antes del Rock Imperium, o ya después del verano, pero... vamos, que este año.

¿Y cómo han sido estos dos años? Me refiero a cómo es eso de tener prácticamente listo un disco tan esperado y verse obligado a guardarlo en un cajón hasta que pase la tormenta.

[Suspira] ‘Frustración’ es igual el término que mejor lo define. Es que la pandemia nos pilló justo en el momento: teníamos un tirón de conciertos importantes, el disco hecho y, de la noche a la mañana, se cierra todo. Como todos, pensábamos que iba a ser cosas de unos días, semanas a lo sumo. Y luego fueron meses, años... Pero no hemos estado parados. Hemos seguido trabajando, aprovechando el tiempo. Y no solo con ‘91’, también a nivel individual con alguna colaboración e, incluso, proyectos alternativos. Es que hay que ser capaces de reconocer la situación: esto de la música tiene tres partes que hay que encajar como piezas de un rompecabezas: la composición, el ensayo y la presentación de las canciones en directo, y es cierto que no teníamos esta última, pero había otras dos en las que podíamos centrarnos. Y eso hicimos.

De hecho, en plena pandemia lanzaron una versión de There’s nothing I wouldn’t do for you con Robin Beck y un single, Sunrise of your love. Y, desde hace apenas unas semanas, ya está en la calle también el sencillo Back in the game, de nuevo, toda una declaración de intenciones. Ahora sí que sí están de vuelta con todo.

Sí. Nos ha costado [Risas], pero parece que sí. Y no solo por la pandemia. Fíjate: recuerdo una entrevista a Bruce Springsteen –al que venero y admiro– en la que decía que, cuando vuelve a la música después de un tiempo fuera, no sabe ni por donde empezar. Eso él, que lleva décadas en esto y trabajando con los mejores. Pues imagínate cómo fue para nosotros después de 12 años fuera... Todo había cambiado: nuevas formas de comercializar tus obras, nuevas tendencias, sonidos... Nos dijimos: «¿Qué hacemos? ¿Por dónde tiramos?». Al final, hemos intentado hacer algo que estuviera a medio camino entre lo que hemos hecho siempre y algo más moderno; actualizarnos, en definitiva, pero sin perder nuestra esencia. Y creo que en el EP ya se nota.

"Nosotros hemos apostado siempre por hacer lo que nos sale del corazón; y no por egoísmo, sino porque creemos que es lo mejor que podemos ofrecer

Por cierto, salga antes o después, ¿estarán en condiciones de presentar los nuevos temas en el Rock Imperium?

Sí, claro. De hecho, el set que estamos preparando está centrado en este último disco. Pero porque también estamos cansados de tocar siempre los mismos temas. Te lo digo como lo siento. Pero no porque creamos que es lo mejor que hemos hecho, como se suele decir –yo no creo en eso–, sino porque, como te he dicho antes, son canciones que nos han llevado mucho trabajo. Y seguramente haya gente que vaya a preferir lo que hicimos en los dos primeros (por eso también incluiremos algunos temas viejos en los conciertos), pero queremos ser honestos con nosotros mismos. Y estas nuevas canciones son una forma de decir: «Aquí estamos».

Por cierto, el concierto junto a Lándevir iba a servir también para celebrar su vigésimo aniversario (ya vigésimo primero). No ha sido fácil llegar hasta aquí, ¿no? Aguantar dos décadas haciendo rock melódico...

Pero es que siempre hemos hecho lo que hemos querido y nunca nos ha importado demasiado lo que la gente pudiera pensar. Evidentemente, no nos gusta defraudar a nadie, pero entendemos que en la música lo emocional prima sobre lo irracional. Así que nosotros hemos apostado por hacer lo que nos sale del corazón; y no por egoísmo, sino porque creemos que es lo mejor que podemos ofrecer.

De todas formas, siempre han contando con el beneplácito de la crítica y de los entendidos. El Rock Imperium, sin ir más lejos, les anunció como los mejores de España en lo suyo y, literalmente, dijeron de 91 Suite que si hubiesen nacido en Estados Unidos posiblemente os estarían llenando pabellones. ¿Tienen esa sensación?

Igual hace unos años sí, pero ya no pienso mucho en eso. Uno tiene que ser feliz con lo que hace y lo que tiene. Que sí, que quizá en otro país y en otro momento..., pero es que eso solo son suposiciones vagas. Yo estoy feliz con lo que hago y contento cada vez que me subo a un escenario, haya más o menos gente.

¿Qué tal es eso de verse en el cartel del Rock Imperium junto a tantas leyendas?

Un sueño. Yo soy el primero que tiene a todas esas banda idealizadas [Risas]. Y supongo que nosotros tocaremos a horas intempestivas y que allí cada uno estará en su sitio, pero compartir una jornada con gente que llevaba en el walkman de pequeño es algo que nunca me hubiera podido imaginar.

Entre otros, se reencontrarán con Eric Martin, que fue quien les hizo volver...

[Ríe] Cuando se anunció nuestra vuelta para tocar con él en 2017 ya teníamos pensado regresar a los escenarios, pero desde luego fue la excusa ideal. Pero, claro, nos hace una ilusión tremenda, porque es un tío majísimo y porque... para mí es una de las mejores voces a nivel mundial. Si antes te decía que nunca me hubiera imaginado compartiendo cartel con gente de este nivel, ¡imagínate hacerlo dos veces!