La Opinión de Murcia

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Música
Álvaro Benito Cantante de Pignoise

Álvaro Benito: "En el fútbol, con el cerebro fresco; en concierto, con la energía a tope"

"Pignoise tuvimos seis o siete años de mucho trabajo y, en esa vorágine, nos acabamos cansando. Creo que necesitaba esa pausa. Ahora me he dado cuenta de que lo echaba mucho de menos"

Álvaro Benito, en el centro, junto a sus compañeros de Pignoise.

Tiene claro, defiende Álvaro Benito, que a la gente no se le puede engañar. El líder de Pignoise, el grupo que actuará mañana en el Auditorio Murcia Parque, dice que siempre ha tratado de ser «respetuoso y honesto». Él lo fue como jugador del Real Madrid –carrera que se truncó por una lesión– y lo es ahora como comentarista, donde, desde una visión muy analítica, sabe ganarse el respeto del espectador y el oyente. Pero, más allá del fútbol, lo que entusiasma a Álvaro Benito es subirse al escenario con su banda y defender las canciones de su último álbum, Diversión, que salió al mercado en diciembre del año pasado tras siete años de silencio.

‘Diversión’. ¿Ese es el concepto sobre el que gira tu vida?

No, no diría tanto. Ese es el motivo del regreso a la música y, seguramente, el origen, porque, sobre todo, la música nos divierte. Teníamos ganas de tocar, de hacer nueva música, de salir a la carretera, de subir a un escenario... ¡Mi vida no es tan divertida como parece! Soy un privilegiado porque me dedico a lo que me gusta, pero trabajo un montón y, detrás de las cámaras, hay mucho sacrificio. Aunque lo parezca, no todo es diversión...

Pero el que está satisfecho con lo que hace, de alguna manera, se divierte.

Sí, pero tampoco es oro todo lo que reluce. En cualquier caso, soy consciente de lo afortunado que soy por haberme podido dedicar a mis pasiones y estoy satisfecho de los pasos que he ido dando. Yo sigo intentando hacer las cosas de la mejor manera posible, poniéndole pasión, horas, ganas e invirtiendo en perseguir mis sueños.

¿Qué es lo que te hace más feliz?

Es una pregunta complicada... Digamos que mi pasión numero uno era jugar al fútbol, pero como eso no dura eternamente y en mi caso fue más breve de lo deseado, lo que más feliz me hace es subirme a un escenario; esa es ahora mi pasión. Después te diría que entrenar y, por último, comentar el fútbol, que es algo que me gusta, pero no es una pasión.

¿Un futbolista nunca deja de sentirse futbolista y un cantante nunca deja de sentirse cantante?

[Suspira] A veces sueño que juego al fútbol, pero hace mucho tiempo que no me siento futbolista. Entiendo que hay una parte del fútbol que nunca muere porque yo veo un balón y me vuelvo loco, pero... Ahora, en mis ratos libres, estoy todo el día con la guitarra a cuestas, componiendo, estudiando o formándome. Eso sí creo que es algo que me perseguirá, o acompañará, hasta el fin de mis días.

Futbolista, entrenador, comentarista, músico... ¿Qué te genera más adrenalina?

Jugar la fútbol. Son actividades que no tienen parangón. El fútbol es una competición y lo otro son actividades lúdicas. El fútbol tiene tanto sacrificio detrás y tantas patadas en el lomo que cuando llegan las satisfacciones estas se multiplican por un millón y llegas volando a casa. Cuando das un concierto chulo te da un subidón, pero no tiene ese componente de sufrimiento que te hace valorar las cosas más. Son actividades muy bonitas de poder disfrutar y vivir.

¿Futbolistas y cantantes llegan a ser yonquis del público?

Mis trabajos siempre han sido de cara al público, pero eso es algo que nunca me ha llamado especialmente la atención. A pesar de haberlo vivido, el tema de la fama es algo a lo que no le encuentro demasiado sentido. Nunca he ejercido ni he potenciado mi faceta de personaje público, pero entiendo que es una consecuencia de los trabajos que tengo.

¿Tus trabajos se complementan?

No. Volví a la música cuando dejé de entrenar porque antes me era imposible compatibilizarlo todo, ya que me dedicaba al fútbol 24/7 porque estaba focalizado en que progresara mi carrera como entrenador. Como comentarista, y aunque voy bastante liado, tengo más espacio. Intento compaginarlo porque la música realmente me hace muy feliz y lo echaba mucho de menos. Al final, el ser humano se acaba cansando de casi todo. Nosotros [Pignoise] tuvimos seis o siete años con mucho trabajo y, en esa vorágine, nos acabamos cansando. Creo que necesitaba esa pausa. Ahora me he dado cuenta de que lo echaba mucho de menos.

¿Una faceta se ha beneficiado de otra y a la inversa?

No, en absoluto. Es más, creo que el haber sido futbolista ha sido un obstáculo que nos costó mucho tiempo superar.

Imagina: tienes programado un concierto y a la misma hora se juega un Real Madrid-Barça. ¿Qué haces?

No se solapan. Programamos los conciertos jueves, viernes y en verano. No queda otra. Saco la energía de donde puedo, pero hay que hacerlo.

Lo tuyo es una constante reinvención.

Pero no me veo como un ejemplo de nada. La vida nos pone pruebas y obstáculos y cada uno lo vive de una manera. A mí me tocó un camino que no pensaba que iba a recorrer. No pensé que iba a tener que dejar tan pronto el fútbol y que iba a hacer esta faceta tan diferente, pero es lo que me ha tocado recorrer. La gente se cree que es fácil llegar a ser futbolista del Real Madrid, tener un grupo de éxito y estar comentando partidos en un lugar privilegiado, pero el proceso para conseguirlo ha sido muy complicado. Ha sido un camino de mucho sacrificio, persistencia y de formación, pero entiendo que, de puertas para afuera, parezca otra cosa. Cada uno recorre un camino y esquiva los baches lo mejor que puede.

Dame la clave para hacer tantas cosas y hacerlas todas bien.

Unas mejor que otras... Yo nací para jugar al fútbol y eso se veía desde pequeño porque tenía cualidades para ello. Con 14 años entré en la cantera del Real Madrid y se veía un horizonte para que el sueño fuera tangible. En la música fue diferente. Ahí no tenía ese don natural, pero he ido trabajando para mejorar como músico, compositor, instrumentista y cantante. Creo que he tenido una gran evolución y me apasiona formarme. Al principio no conocíamos a nadie que nos llevara por el sendero correcto y fuimos aprendiendo a base de equivocaciones y pasos mal dados, pero, veinte años después, estamos muy satisfechos. Y seguimos. En nuestra vuelta hemos saltado una generación y nos ha parecido algo increíble. El grupo está muy vivo y es algo que nos hace muy felices.

A pesar de ser madridista, te has ganado el respeto de todos los oyentes como comentaristas. ¿Cómo lo haces?

Me preparé para ser entrenador y al comentar lo hago con ese ojo analítico. Intento hacer llegar al espectador, o al oyente, los entresijos del juego. Creo que a la gente no la puedes engañar y con tu honestidad y preparación te ganas su respeto. Ser comentarista tiene una carga de responsabilidad enorme porque hay mucha filiación, pasión y sentimiento hacia los equipos. Si te ganas el respeto es porque haces bien el trabajo. No hay dobleces en esto.

Se parecen en algo las sensaciones de tocar en una sala llena a jugar en un campo de fútbol?

Quizás en los momentos previos hay algo de similitud. La sensación en el fútbol es de mucha más tensión porque es una competición en la que tienes que ganar y en el concierto es difícil que no ganes, pero sí hay un sentimiento de responsabilidad. En el fútbol, la tensión se apodera de ti. Yo, cuando el balón empezaba a rodar, lograba concentrarme y aislarme del ambiente, y en el concierto intento generar esa sinergia entre nosotros y la gente de abajo y que ellos perciban que nosotros estamos disfrutando para que ellos disfruten. Yo estoy muy pendiente de esa energía que se crea entre el artista y el público

¿Acabas reventado o tu forma física juega a tu favor?

No, en absoluto. Antes saltábamos más, pero ahora somos unos preabuelos y nos movemos menos [Risas].

El fútbol te exigía una vida muy disciplinada. Parece que la vida de los músicos es todo lo contrario...

Ahora me muevo con libertad. Lo importante es ser muy exhaustivo con tu trabajo. En el fútbol trabajo con mi cerebro y tengo que llegar con el cerebro fresco para encontrar las claves y las palabras correctas para analizar los partidos, mientras al concierto tengo que llegar con la energía a tope y la voz en un buen estado.

Vamos, que lo importante es ser profesional en cualquier ámbito.

Claro. y más cuando trabajas de cara al público, porque a la gente no la puedes engañar.

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