La Opinión de Murcia

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Teatro
Alfredo Zamora Dramaturgo

"La función abre heridas, que es lo que tiene que hacer el teatro: crear emociones"

'Hay que deshacer la casa', obra del dramaturgo, será representada esta tarde, a partir de las 19 horas, en el Auditorio municipal de Calasparra

Alfredo Zamora.

Tras la muerte de su madre, Ana y Laura se reúnen en la casa de sus padres. Repartir recuerdos, dividir nostalgias...

Así es la trama argumental de la función de Sebastián Junyent. Es una obra sobre el amor fraterno, sobre el amor de dos hermanas, pero habla de muchas cosas más como la dependencia. La obra cuenta la historia de dos hermanas, una se va a estudiar fuera y la otra se ha quedado en el pueblo. Cuando vienen ha deshacer la casa aparecen los recuerdos de ayer, del cariño y la alegría, pero también los fantasmas del recuerdo, así como la figura omnipresente de un padre muy estricto con la sombra de unos malos tratos. Son temas que se ponen sobre la mesa con emoción y también con algunas dosis de humor, porque siempre el humor es el vasito de agua que nos hace pasar la pastilla.

Es un espectáculo sobre el universo femenino y sobre la formación de la mujer en España durante muchos años.

En la función se lanzan preguntas como qué hubiera pasado si las dos hermanas hubieran sido hombres, o si una hubiera sido un hombre y la otra una mujer, porque educacionalmente había una presión muy grande. Había una educación muy restrictiva que se pone encima de la mesa. 

Mucha gente se sentirá identificada.

A veces cuando termina la función vienen señoras que nos dicen que estamos contando su niñez. Además de muchas personas que han vivido la tragedia de la dependencia y los problemas que han generado entre hermanos. La función abre ciertas heridas que es lo que tiene que hacer el teatro: crear emociones. Pone de manifiesto esas cicatrices para que la gente hable y discuta sobre el tema.

Inmaculada Rufete y Eva Torres son las protagonistas.

Ese es el principal activo de la función, aparte de un texto maravilloso de la Sebastián Junyent. Son dos actrices fantásticas que han entrado en la piel, que además se quieren como hermanas fuera del escenario. Lo cual hace que luego sea mucho más creíble lo que está pasando encima del escenario. Son de una profesionalidad que es de otra naturaleza. Es recurrente mi trabajo con ellas encerrarme con las dos a trabajar en una sala de ensayo.

 ¿En qué coinciden con Rocío y con Susi, protagonistas de otra obra de su compañía, Despedida de Casada?

La idea es trabajar con actrices que se tienen tanto cariño y que despliegan esa bonhomía que hace que, por encima del personaje, salga la calidad de la persona. Todo eso suma. En el caso de Despedida de casada, la función va creciendo a pasos agigantados desde que se estrenó, incluso pasamos por Calasparra en su momento.

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