La Opinión de Murcia

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Entrevista

Naim Thomas: "No puedo parar de trabajar; me divierte mucho"

En octubre de 2001, se hizo popular, Operación Triunfo se convertía en su trampolín profesional, y Desde entonces no ha dejado de trabajar - Cantante y actor, actúa en Valencia en 'Es una lata el trabajar'

Naim Thomas.

A Naim Thomas, al contrario del título de la comedia musical que está representando en el Teatre Talia de Valencia, le encanta trabajar. Para él es casi una obsesión. Y es tan feliz en su profesión que siente que ha triunfado más que sus compañeros "que más han triunfado" porque él lleva veinte años haciendo lo que más le gusta y apetece.

Naim Thomas. Urban

Es obligado. ¿Es una lata el trabajar?

Lo es si no te gusta lo que haces y generalmente lo es, para qué engañarnos. Si me pagaran por estar en mi casa, en el sillón, viendo Netflix todo el día, tampoco diría que no, pero si te dedicas a aquello que te gusta y has aprendido a amar aquello que haces no es una lata, sino que es muy enriquecedor como persona.

¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?

Fíjate, pensé que sería de los que trabajaba para vivir pero si te digo que tengo siete funciones en cuatro días a la semana igual piensas que vivo para trabajar. No puedo parar de trabajar. Me divierte lo que hago y entonces deja de ser un trabajo para mí.

¿Siempre has sido así?

Para mí el trabajo es divertimento. Me lo paso bien y me río mucho. No computa igual. Mi prioridad es mi familia pero, más allá de eso, y porque tengo su ayuda y comprensión, me embarco constantemente en cosas nuevas. Ella me dice, eres el tío que más trabaja de España, y yo le digo que puede se que sí.

¿Eres culo inquieto?

Con los años sí. Siempre busco la quinta esencia y soy obsesivo para hacer las cosas mejor y además, soy perfeccionista... Siempre quiero aprender y hacer las cosas mejor.

Vuelves a trabajar con Gisela. ¿Casualidad o es porque ya formáis, digamos, un tándem?

Casualidad. Cuando me lo dijeron me pareció genial porque ya es la cuarta producción en la que coincidimos. Tenemos mucha química. Yo la oigo y ya sé lo que me va a decir; al verla, ya sé si le pasa algo, lo que piensa y hacia donde va a ir. Son muchos años.

Miras atrás y como cantaba Gardel, piensas que veinte años no es nada.

Estoy demasiado ocupado para pensar. No me preocupa el pasado, soy de los del ahora. Por suerte, tengo una memoria prodigiosa, porque soy de los que lo deja todo para la última semana.

'Es una lata el trabajar' es una comedia musical pero ¿también es una reivindicación de la figura de Luis Aguilé?

Aguilé es un gran desconocido y solo le adjudicamos canciones festeras cuando tiene un repertorio amplísimo. No solo hizo folklore. Hizo canciones muy interesantes y buenas versiones. Mucha gente viene a vernos y no sabe que esas canciones son de él. Para mí también ha sido un descubrimiento.

Luis Aguilé tenía un punto de personaje que lo cultivaba porque sabía que le funcionaba. Era un dandi, un tipo que atraía por su simpatía, carisma y cercanía

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Fue uno de los primeros músicos en cantar rock en español.

Efectivamente. Tenía un punto de personaje que lo cultivaba porque sabía que le funcionaba. Era un dandi, un tipo que atraía por su simpatía, carisma y cercanía. Gente que lo conocía me ha dicho que tenía un cerebro privilegiado y una cultura amplísima.

Pero en la función también hay canciones originales.

Es un musical superfresco, que contiene amor, risas, música... Víctor Lucas, que es el compositor, ha hecho unas canciones maravillosas. Es más, yo le hubiera metido un par de composiciones más y creo que hubiera estado más equilibrado.

Empezaste como actor, diste el salto a la canción, regresaste al teatro y en esta obra lo mezclas todo.

En 2004 hice mi primer musical y en 2020 gané el premio al Teatro Musical por ‘Taller de corazones, el latir de los sueños’ compitiendo con ‘The Chorus Line’ de Banderas. Yo me muevo por proyectos. El año pasado hice la peli ‘Papa o mamá’ con Paco León, ahora un musical, mañana te compongo una canción para otro o dirijo musicalmente otra cosa. El hecho de hacer tantas cosas me permite el poder elegir y eso a mi edad, 40 años, es más que una recompensa. Mi catálogo es amplio. Lo que he hecho es triunfar más que los que más han triunfado porque llevo veinte años haciendo lo que me gusta y me apetece. Mi premisa es que el trabajo me tiene que gustar y cuando se vuelve negocio, mal. Parte de que no continuara en la industria musical es porque yo no puedo hacer de la música un negocio, me niego.

València está en fallas y la fiesta está en la calle. ¿Cómo convencerías al público para que, en estas circunstancias, entrara en el Talia?

Que no está reñido. La fiesta tiene que empezar en algún sitio y qué mejor que en el teatro. Ya estoy viendo a la gente, a las seis de la mañana, cantando por la calle 'Es una lata el trabajar'.

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