La primavera parecía haberse adelantado estos días para permitir a Margarita Lozano contemplar por última vez desde su ventana el mar de almendros en flor. El sol que la despedía en su último suspiro con sus rayos imponentes dejaba paso este martes a un cielo que parecía querer llorar de un momento a otro su pérdida. El último adiós antes de la marcha hacia la eternidad llevaba a sus más íntimos a susurrarle al oído lo mucho que echarán de menos su risa, que lo llenaba todo.

Con semblante triste se mostraba el ‘guardián’ de la salud de la actriz. Bien temprano se levantaba este martes el enfermero Pedro Belchí para buscar las flores más bonitas de almendro para que acompañaran a su amiga en su largo viaje. “Recuerdo que un día me dijo que le gustaban mucho. Al día siguiente le traje un ramo que le encantó. Desde entonces, cuando florecían los almendros procuraba llenarle su habitación. Cuando me he despedido de ella, le he dejado flores de almendro para que no esté sola”, relataba emocionado.

 Y triste se mostraba Encarna Moreno. Triste porque ‘Marga’ no pudiera ver por última vez el patio de su ‘Casa Azul’. “Le gustaba que acercara la cama a la ventana para ver y sentir el aroma de un galán que le planté”. Dos actrices, Inma Guillén García y María José González Iza, se acercaban al féretro para despedirse. “Hemos venido a darle su último aplauso”. Y así lo hicieron cuando Margarita ocupaba la tumba que hace años compró para descansar lo más cerca posible del mar y junto a su tía ‘Afriquita’.

Despiden a Margarita Lozano en una ceremonia íntima en Calnegre EFE/Marcial Guillén

Ausente, con la mirada perdida se mostraba Antonio Carmona Sánchez, el hombre de confianza de Margarita durante más de treinta años. Reconocía que le había costado “asimilar que se iba, que ya no estará”. Recordaba a Sandro, marido de la actriz, del que era muy amigo. Algunos aseguran que Antonio era el verdadero confidente, confesor, de Margarita. “Era única. Una mujer de carácter, pero si no, no hubiera sido Marga”.

En siete días Margarita hubiera cumplido 91 años. Y lo habrían celebrado con uno de los arroces de Encarna. “Me decía que eran los mejores del mundo. Ay, cuánto la voy a echar de menos”, aseguraba mientras se enjugaba las lágrimas. Quien tampoco podía reprimirlas era el exdirector de la Filmoteca Regional, Joaquín Cánovas. “Era una amiga, un referente, alguien a quien admiraba mucho profesionalmente y a quien le tenía un gran cariño”.

Joaquín fue uno de los pocos que pudo despedirse de ‘Marga’. “El domingo estuve con ella. Tuve la suerte y el placer de verla por última vez en vida”. Quien también ha compartido los últimos días de la artista ha sido su gran amigo Simón Ángel Ros Perán. Solícito atendía a Paco el hijo de Margarita Lozano, pero también a todos los que llegaban. Relataba anécdotas vividas con la diva que pocos días antes de marcharse para siempre aún era capaz de recitar textos completos de obras de teatro y guiones de cine.

             El féretro de la artista aparecía cubierto por un centro de margaritas con una dedicatoria: ‘Miguel Magno’. El nieto de Margarita Lozano, de cinco años, estaba de esta manera muy presente en el adiós a su abuela. La despedida se celebró en la capilla de Puntas de Calnegre que aparecía abarrotada de familiares y amigos. Muchos de ellos, tuvieron que seguir la ceremonia desde la calle. Entre ellos, los vecinos que han compartido los últimos años con Margarita. “Era una más. Una mujer sencilla, humilde… encantadora. He comido muchas veces con ellos. Ella tenía muy claro que quería descansar aquí, que la enterrasen en Ramonete donde ha sido tan feliz”, señalaba Francisco Marcos Vallejo.

Mientras bajaba el telón de su vida en el cementerio de Ramonete muchos no pudieron evitar las lágrimas, pero como a la diva que fue, que era y que será, la despidieron con un largo aplauso que parecía no tener fin. Y, como a ella le hubiera gustado algunas de sus flores fueron llevadas a la gruta de la Virgen de Lourdes, junto a la iglesia y el colegio de San Francisco. Precisamente, en este último lugar fue donde, verdaderamente, debutó la actriz cuando todavía era una niña.