Justo cuando Kracauer parecía despegar, llegó la pandemia. Apadrinados por Viva Suecia –acompañaron a sus colegas en varios de los conciertos que los ‘suecos’ dieron durante aquel raro 2020–, el impacto de Diferencia y repetición, su segundo álbum, invitaba a pensar en ellos como la nueva gran banda murciana, pero, menos de un mes después de su publicación, la covid lo tiró todo por la borda, y la progresión del grupo se vio interrumpida por un confinamiento histórico. La suerte no les acompañó. Pero de aquella decepción surgió algo nuevo. Jesús Cobarro, vocalista y líder de Noise Box, se unió a la banda como bajista, mientras que Juanfra Cerdá, alma mater del proyecto, emprendía una nueva posición vital que ha marcado sus últimas composiciones, tanto musical como líricamente:«Aquí ya no hay armario, ni el sufrimiento que viene con eso», explica en esta entrevista. La situación invitaba a romper con todo, a empezar de cero con un nuevo enfoque (mucho más luminoso que el que abanderaba Kracauer). El resultado es Pieles Sebastian, un proyecto que en los últimos meses ha cebado a sus fans con un par de sencillos y una esperanzadora presentación en el Lemon Pop que este viernes desembocan en la publicación de Chico conoce chico (2022), primera referencia –bajo el nuevo nombre– de una banda que, otra vez, apunta alto. Y la música les debe una.

 

La primera pregunta es obvia (imagino): ¿Qué ha pasado en los últimos meses? Y no me refiero a la covid..., sino al volantazo que ha supuesto el adiós a Kracauer y la bienvenida a Pieles Sebastian.

Pues sacamos el último disco de Kracauer y a las tres semanas nos confinaron. Marzo de 2020, te acordarás seguro... Luego se nos fue a León nuestro bajista, Daniel, por un tema curro. Y, en medio de la pandemia, nos vamos de Subterfuge y fichamos por una discográfica todavía más cojonuda [33producciones]. Y ya con Cobarro en la banda [a las cuatro cuerdas], nos dimos cuenta de que un montón de cosas habían cambiado (a nivel de música, letras…) y decidimos pasar a llamarnos Pieles Sebastian. Dudamos un poco, pero ahora ya está clarísimo que teníamos que hacerlo. Esto ya es otra cosa..., y más que lo va a ser, ya veréis.

Supongo que, efectivamente, la pandemia lo jodió todo, pero Diferencia y repetición (2020) parecía ser un billete de ida –sin vuelta– a la primera división, al panorama nacional (fichaje por Subterfuge incluido)... ¿Lo sentían así?

Sí, la pandemia nos jodió conciertos e incluso algunas fechas en festivales... Está claro que con Diferencia y repetición crecimos mucho, pero eso a nivel interno ahí queda; de hecho, de ahí hemos podido dar el salto a Pieles Sebastian. Ha sido todo un proceso. 

Entonces... ¿Pieles Sebastian es un volver a empezar de cero, desde abajo, o algo queda de los tres, cuatro años que duró la aventura de Kracauer?

Queríamos poner el contador de oyentes de Spotify a cero, con todas sus consecuencias. Y poder empezar de nuevo con el enfoque que necesitábamos para seguir adelante. Pero claro que quedan cosas de Kracauer. El vínculo de grupo entre Marcelino, mi hermano Pablo y yo se creó ahí, y algunas de las canciones de Diferencia y repetición van a estar en el ‘setlist’ de Pieles Sebastian. Creemos que tiene sentido. De alguna manera, Pieles Sebastian es una evolución de Kracauer. Pero, por otro lado, es algo totalmente nuevo. A veces las cosas son así. Una cosa y lo contrario. A la vez.

De momento, solo hemos podido escuchar dos temas nuevos, Cicatriz y Si te vas. Musicalmente es un proyecto (corrígeme si me equivoco) continuista, aunque hay matices... Los sintes siguen muy presentes, pero habéis optado por un sonido más pulido, más limpio. No sé si eso ha sido cosa de Carlos Hernández o era buscado.

A nivel sonido puede parecer continuista aunque, como dices, hay matices. Es un sonido más limpio, más despejado, más enfocado en la melodía, más pop… También hay una luz en las canciones que no estaba en las anteriores, e igual ocurre con las letras. Aquí ya no hay armario, ni el sufrimiento que viene con eso. En ese sentido, no es para nada continuista. Pero sí, hablamos con Carlos sobre estos matices más luminosos que queríamos buscar, y él se encargó de ajustar distorsiones, replantear la importancia de la voz y los teclados (que ahora quedan encima de las guitarras), etc. Ya veréis que la evolución va a ir a más.

A nivel temático, ya el título del EP (Chico conoce chico) suena a declaración de itenciones... ¿Cuál es la intrahistoria de este disco? ¿Qué pretende mostrar?

Bueno, después de un cambio brusco en mi sexualidad, el título del EP refleja la mecánica básica de lo que son estas canciones a nivel letra: a grandes rasgos, mi aterrizaje en el mundo de los tíos y el jaleo emocional que eso ha supuesto. Jaleo divertido, por cierto. Y también se trataba de darle un poco la vuelta al boy meets girl, por eso de aportar un poco de diversidad al asunto... Aparte de que, musicalmente, nuestra idea también es aportar una mínima diversidad a nuestro pequeño espacio dentro de la música nacional.

Decir que todo apunta a que son las letras más ‘personales’ de su carrera como compositor sería pecar de no haberle prestado mucha atención a los dos discos de Kracauer, pero supongo que sí que estamos ante una manera distinta de abrirse el pecho. ¿Cómo ha sido escribir estas cinco historias en comparación con sus trabajos anteriores? 

Pues me han resultado muchísimo más divertidas de escribir. Para empezar, he aprovechado para poner a tres o cuatro en su sitio. Y luego, a día de hoy, ya no me sale centrarme en la angustia. Veo más interesante compartir un montón de emociones que tienen que ver con cómo nos relacionamos les unes con les otres [utiliza lenguaje inclusivo]. Porque en estas canciones, al margen de tu género o sexualidad, puedes encontrar cosas que te lleguen dentro.

¿Se siente más expuesto o este disco es una liberación?

Las dos cosas. Expuesto en el mejor sentido, porque aquí no hay nada que esconder, y ya veréis que Pieles Sebastian está aquí para enseñar cómo somos musicalmente, pero también a otros niveles. Y a la vez es totalmente liberador: después de haber tenido un proyecto como Kracauer en el que las letras iban básicamente de lo jodido que es el armario, poder escribir cosas que hablen de lo bien que me siento ahora –con más o menos dramas– es genial.

¿Le da miedo que les puedan encasillar al ser un debut tan marcado desde el título (por mucho que en el fondo las canciones hablen «del amor, el sexo, el caos, las dudas, el placer y el dolor», algo que no solo es cotidiano, sino universal)?

De hecho es que esa sería la equivocación, encasillarnos. Porque pensar que los sentimientos que pueda tener un hombre bisexual no puedan conectar potentemente con muchas personas, de distintas sensibilidades, sería como pensar que lo que escribe un hombre hetero no le puede interesar a mucha otra gente. No tiene mucho sentido. Y efectivamente, de la cotidianidad más individual e intransferible salen muchas veces los mensajes con más alcance y más potentes. Pero vamos, el que tenga curiosidad no tiene más que escuchar las canciones.

Antes le decía que, de momento, solo se han escuchado dos de los cinco cortes de este EP, pero eso no es del todo cierto... Hace unos meses, Pieles Sebastian hizo su puesta de largo en el Lemon Pop. ¿Qué tal la presentación en casa?

Pues la única putada fue que, con el aforo reducido, hubo un montón de gente que quería venir a vernos y se quedo con las ganas. Eso es lo peor que existe... Pero el concierto fue la hostia. Vino la discográfica, desde Madrid, solo para vernos debutar. Un detallazo. Y luego la gente estuvo espectacular. Algunos incluso conocían los temas. Y luego estuvimos cerveceando y sintiéndonos princesas por una noche. No se puede pedir mucho más. 

Para aquel pequeño concierto ya contaron con Cobarro (Noise Box), la única novedad del grupo a nivel ‘formación’ con respecto a vuestra anterior etapa. ¿Qué supone su incorporación como miembro de pleno derecho?

Lo importante que es Cobarro en Pieles Sebastian se va a notar cada vez más y más. Es un musicazo, tiene una visión cojonuda, un control del sonido brutal, años de experiencia dándolo todo por la música... Es un músico puro. Loco. Como pocos. Yo sé lo que va a pasar con Cobarro. Y en las canciones que vendrán después de Chico conoce Chico va a dar un paso adelante que vais a flipar. Estamos muy ilusionados con él, con todo lo que está pasando, y con lo que viene. 

Y, lo siento, pero para finalizar tengo otra pregunta igual de obvia que la primera (pero necesaria): ¿de dónde viene eso de ‘Pieles Sebastian’ (sin tilde)?

¡Ah! Muy fácil. Pablo encontró el nombre en un capítulo de Maniac, una serie de HBO. Y cuando decidimos cambiar el proyecto, fue la opción a la que fuimos porque nos encantaba cómo sonaba, como quedaba… Pero es que luego a partir de ahí empezaron las coincidencias. Y tardamos en darnos cuenta, ¿eh? Pablo casi no se acordaba de que nuestro padre tuvo una tienda de cazadoras de piel, brevemente, hace muchísimo. Y todavía después, no sé en qué estaba pensando, caí en que la comunidad LGBTQ+ lleva apropiándose de San Sebastián como mártir gay históricamente, por los huevos que tuvo este hombre de luchar por sus creencias (cosa que, ahora que lo pienso, me recuerda mucho también a nuestro padre). Estaba claro que tenía que ser nuestro nombre.