Las castañeras de Murcia has instalado luces led en sus tenderetes de otoño. Me parece una aportación fashion-artística y una dinamización del comercio popular. Mi amiga Araceli Gómez me ha regalado unas malum granatum, hermosos frutos de granos rojos, recogidos en racimos de varias piezas que también se convierten en elementos ornamentales. El árbol de la granada se extendió por el Mediterráneo gracias a los fenicios. El escritor peruano Miguel Gutiérrez dijo: «Se requiere una cierta perspectiva y una peculiar disposición del espíritu para contemplar la belleza». Hace días asistí a un original y arriesgado evento donde se unía arte y gastronomía. Fue una iniciativa organizada por la empresa Lalumier, con el apoyo de la Consejería de Educación y Cultura, denominada ‘Comer por los ojos, con Alfonso X’, que consistía en elaborar seis emplatados en directo y colocar la comida dentro de marcos de cuadros pictóricos. Fue obra de los chefs Pablo González-Conejero, María Gómez y Juan Guillamón.

‘Picasso y Valdés’, Centro Cultural Las Claras

La Fundación Cajamurcia y la Fundación Bancaja presentan en el Centro Cultural Las Claras de Murcia una muestra que supone un acierto aplaudible por haber conseguido establecer paralelismos entre dos monstruos del arte como son el malagueño Pablo Picasso y el valenciano Manolo Valdés. Entre ellos existen grandes concomitancias y tienen intereses artísticos similares. Un malagueño universal y un valenciano reconocido. Por fechas es más lógico que Valdés se haya empapado de la obra de Picasso. Estoy convencido de que Valdés siempre aspiró el oxígeno de Picasso. Los textos cuentan que cuando Valdés fue a París, a los 17 años de edad, siendo estudiante, regresó a España embobado por la creatividad de Picasso y, desde entonces, el malagueño ha sido un «ángel guardián» en la producción del valenciano. Los dos artistas descartaron las enseñanzas de las academias de bellas artes para aprender estudiando a los grandes maestros que visualizaban en las salas de los museos. Tanto uno como otro, reinterpretaron constantemente cuadros de sus referentes preferidos. Para Valdés, Picasso es el summun del arte. Las Meninas, de Velázquez, entusiasmó a ambos autores por igual. Entra dentro de la lógica. Y los dos coincidieron en detenerse en Las mujeres de Ángel, de Delacroix, aunque antes lo hizo Picasso. La exposición figura exquisitamente concebida para que nos asalte el diálogo entre Picasso y Valdés. La propia muestra ya resulta una obra de arte. El comisario, Javier Molins, la ha configurado con la máxima información. «Comer las cosas para mantenerlas vivas», afirmaba Picasso. La escritora y conservadora del Louvre Marie-Laure Bernadac, propuso el posible título Picasso Cannival porque «devoramos imágenes que nos gustan, unas veces las vomitamos, otras las transformamos en nutrientes, y otras las defecamos». La recopilación de piezas que se muestra aquí proviene de los fondos artísticos de las fundaciones Cajamurcia y Bancaja, junto a obras de coleccionistas privados de Murcia y Valencia. La exposición puede visitarse hasta el 28 de noviembre. 

‘In-somnio-crónico’, Mariantonietta

El pintor autodidacta Juan Manuel Centeno Relaño (Jaén, 1963) realizó estudios de Magisterio y de Dirección y Proyectos de Obras. Desde el año 2000 vive en Murcia y ha llevado a cabo nueve exposiciones individuales entre Granada y la Región de Murcia. Su último proyecto lo ha llamado In-somnio-crónico y lo componen una veintena de obras realizadas en acrílico sobre lienzo y madera. Como perfecto insomne, sus ideas le surgen y, en ocasiones, se materializan en esas largas noches de desvelo e insomnio. Siempre le atrajo la fuerte personalidad que transmiten en sus cuadros los pintores Tamara Lempicka y Salvador Dalí. El estilo pictórico de Relaño es una singular fusión de hiperrealismo, conceptualismo, expresionismo, surrealismo y abstracción. La exposición estará colgada en Mariantonietta Café hasta el 4 de noviembre.