El Cartagena Jazz Festival entró ayer en su recta final. Fue anoche en Mr. Witt Café, que acogió el último de los tres conciertos programados por la organización con músicos de la ciudad portuaria al frente. Tras Pedro Núñez y José Luis Inglés, el turno le llegó al baterista Hermes Alcaraz, que, como sus predecesores, ha desarrollado sus estudios y carrera fuera de nuestro país. Y como el cartagenero dejó patente desde que se subió a las tablas del emblemático establecimiento, si una palabra tiene que describir la música de Alcaraz esa es ‘eclecticísmo’. Cada uno de sus temas tiene su propia cosmovisión y significado debido a las influencias que he tenido a lo largo de su experiencia musical, cuyos cimientos se asentaron en el conservatorio superior de jazz de Maastricht, en Holanda, y en la Academia Nacional de Música en Dinamarca. Su estilo es muy colorido y sutil; sus composiciones, frescas, llenas de color y gran sentido rítmico. Llegan desde la reflexión y lo abstracto hasta la emoción folk. Y todo ello, con grandes dosis de improvisación, aspecto fundamental de su proyecto.