Tal vez a alguno le sorprenda, pero quizá la compañía más internacional de las artes escénicas murcianas viaja con un carromato cargado de marionetas y está formada por apenas dos personas: Paca García y Aniceto Roca. Ellos son Teatro Los Claveles, y desde principios de los noventa –aunque, para entonces, sus responsables ya tenían una dilatada carrera como titiriteros– van de escenario en escenario conquistando los corazones de los más pequeños con clásicos versionados o historias propias que han presentado por toda Europa, América e incluso en festivales en Asia. Por suerte, es fácil encontrarles por la Región y, mañana (sin ir más lejos) estarán en el Teatro Guerra de Lorca presentando uno de sus montajes más recientes: Los mundos de Hermosinda, una obra para niños a partir de un año que es toda una oda a la imaginación. Con la excusa de esta función –prevista para las 18.30 horas de este miércoles– hablamos con Aniceto Roca para conocerle un poco mejor. «Divertirse con los niños es la mejor manera de acercarnos y entender su mundo», asegura.

 

El teatro enfocado a este tipo de público (infantil o familiar) siempre busca dejar un mensaje, ¿no?

Claro. Pero no solo pensando en los niños. Tú mismo lo has dicho: «público familiar», y eso engloba a todos, a los niños, pero también a los padres o a los abuelos que les acompañan al teatro. Nuestro objetivo es que, una vez termine la función, puedan seguir disfrutando recordando lo que acaban de ver y comentando cada una de las enseñanzas que planteamos en nuestra obra. 

Cuando afrontan la creación de un nuevo montaje, ¿qué surge primero: el títere o el guion?

En el caso de Hermosinda, por ejemplo, fue una madeja que se fue desliando: empezamos con el personaje central –que es Paca García, que encarna a la protagonista– y después los personajes fueron naciendo un poco de la experiencia que nosotros hemos tenido con nuestros hijos, con la familia o con el público, que también te va ayudando a ver cuál es el tipo de historia que les gusta, que quieren o que necesitan en función de lo que ocurre en el día a día. Pero bueno, normalmente, primero solemos crear una historia y sobre esa historia se van desarrollando los personajes, aunque sí es cierto que, una vez que el títere se ha creado, va adquiriendo su propia personalidad y es él o ella quien te va dictando la pauta tanto en la voz como en el movimiento o, incluso, en la propia historia.

El suyo se trata, por tanto, de un teatro muy vivo que se va adaptando a cada situación.

Y sobre todo en estos momentos raros que estamos viviendo ahora. Hablamos de un teatro que se puede hacer al aire libre, que es directo... Es un teatro que ha sobrevivido con los juglares a lo largo de la historia. Es un teatro que no tiene demasiadas necesidades técnicas y que se puede montar en cualquier lado. De hecho, antiguamente, las compañías de títeres eran las que iban por los pueblos dando las noticias; podríamos decir que eran como los periódicos de aquella época. Y, por supuesto, estamos ante una forma de hacer teatro que es casi íntegramente con muñecos, lo cual es mucho más sencillo de manejar que un gran elenco de actores:con los veinte títeres que entran en una maleta puedes montarte una obra. Lo único que necesitamos es un público al que le apetezca escuchar una historia, y, si tienes eso, cualquier rincón es bueno. Porque a todos nos han leído alguna vez un cuento antes de dormir, ¿no? Pues, a partir de ahí, cualquier cosa es teatro.

Con esa filosofía han recorrido medio mundo...

Sí. La verdad es que hemos tenido la enorme suerte de poder disfrutar de lo que nos gusta y que al final se convierta encima en nuestro oficio. Todo empezó casi por casualidad en el ‘82 [ese año, Paca y Aniceto entran a formar parte de la compañía La Bicicleta], y lo único que hemos hecho es dejarnos llevar por lo que nos gusta;porque hemos tenido la oportunidad de hacer otras cosas, pero al final siempre vuelves [a los títeres] porque es lo que te emociona y te motiva a seguir hacia delante. Evidentemente, y como cualquier otro trabajo, tiene su parte buena y su parte menos buena, pero está claro que esa parte que comentabas, la posibilidad de viajar por medio mundo, está entre las mejores de nuestra profesión. Hemos llevamos espectáculos a los sitios más impensables: México, China, Tailandia... Y luego, de todos esos viajes sacas experiencias que luego son útiles a la hora de enfocar tus espectáculos.

Se dice que éste es un teatro [el de títeres] al que siempre vuelves: vas cuando eres niño, regresas cuando eres padre con tus hijos y vuelves de nuevo cuando eres abuelo con tus nietos.

A nosotros nos pasa que vienen a nuestros espectáculos padres que nos vieron de pequeños y que ahora regresan con sus hijos;alguno incluso recordando aquella función con la que conoció a Teatro Los Claveles. Porque el actor envejece, pero el títere siempre está disponible, tan solo necesita una pequeña capa de pintura de vez en cuando para volver a su plenitud. Esa posibilidad que tiene el títere nosotros de momento no la tenemos [Ríe].

A nivel mundial existen muchos encuentros y festivales de este tipo de teatro, pero aquí en la Región tenemos la suerte de contar con uno de mucho nivel: el Titeremurcia.

Sí. Y nosotros estamos encantados de que se haya podido mantener. El Titeremurcia es un proyecto que nació a finales del siglo pasado a raíz de una programación que hacíamos las compañías murcianas de títeres y que se llamaba ‘Los viernes títeres’. Cuando acabó, decidimos que teníamos que seguir haciendo algo, y se generó este festival, que, como todos, ha sufrido los achaques propios de esta pandemia pero que, como ha demostrado, tiene muchas ganas de seguir celebrando nuevas ediciones: la del año pasado finalmente pudo celebrarse y la de este año acaba de finalizar. Si me permites, creo que este tipo de eventos se tendrían que multiplicar, porque el público los agradece y están muy al pie de calle.

Por cierto, ¿qué tal está siendo para ustedes, Teatro Los Claveles, la vuelta a los escenarios?

Pues está siendo magnífica, porque las risas de los niños para nosotros son salud. Es verdad que la cosa ha ido muy lenta y poco a poco hasta ahora, pero en el momento en el que estamos las cosas tenemos que hacerlas con mucho cuidado. Así que, sea como sea, encantados de poder funcionar y de volver otra vez a los escenarios.

Fecha: Mañana, 18.30 horas.

Lugar: Teatro Guerra, Lorca.

Precio: 5 euros.