Hoy es 24 de octubre, y como tal, es día de celebrar la larga vida de unas de las instituciones más antiguas que ha creado el hombre. Porque desde 1997, cada año se celebra en esta fecha el Día de las Bibliotecas. Y lo cierto es que a la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil no pudo elegir una jornada más significativa, ya que fue un 24 de octubre (de 1992) cuando las bombas arrasaron la Biblioteca de Sarajevo, destruyendo así uno de los grandes templos del saber y la palabra escrita del viejo continente. Por suerte, en 2014, veintidós años después de verse sumido en las llamas, el centro volvió a abrir sus puertas demostrando que hace falta mucho más que una guerra para acabar con estos espacios.

Y eso es lo que hoy debemos celebrar. Que, más cerca o más lejos de casa, todos disponemos de un espacio en el que aprender, investigar o viajar por mundos o historias nunca antes imaginadas. Pero no solo para leer, también para escuchar y ver; en definitiva, para sentir. Porque hace mucho que las bibliotecas son mucho más que almacenes de libros y salas de estudio... Hoy son centros culturales «en el sentido más amplio de la palabra», con espacio para el teatro, la música, el cine, charlas, conferencias... O así lo entiende al menos Juan José Lara (Cartagena, 1975), director de la Biblioteca Regional de Murcia.

Técnico de la Consejería de Cultura desde hace años, el cartagenero (doctor en Filosofía por la Universidad de Murcia y profesor de Secundaria) asumió el pasado mes de agosto la dirección de una institución de referencia en la comunidad, y lo hizo en un momento delicado de su historia: con la covid impidiendo que fuera el centro de reunión que él había visualizado. Sin embargo, casi tres meses después -y tras una semana de celebraciones presenciales con motivo de este 24 de octubre- hablamos con él para conocer la ‘nueva normalidad’ de la Biblioteca Regional y sus diferentes servicios y planes. 

Dos meses, casi tres, desde que asumió el cargo de director de la Biblioteca Regional de Murcia. ¿Cómo va la aventura?

Sin descanso. Tras un año y medio en modo digital, la Biblioteca tenía que avanzar progresivamente hacia la normalidad. Y lo hemos hecho dándole un nuevo impulso. Por mencionar algunas de las actuaciones desde este verano: se han realizado actividades en agosto; hemos diseñado y puesto en marcha una ambiciosa campaña de eventos presenciales; se ha abierto el acceso de los usuarios a las colecciones; se ha recuperado el horario ininterrumpido y el de los sábados por la mañana; se ha implementado una nueva política de préstamo, gracias a la que se amplían la cantidad y el tipo de documentos que el usuario se puede llevar a casa; se han retomado las actividades infantiles... Creo que, gracias a la ilusión y el compromiso de los trabajadores, estamos consiguiendo que la Biblioteca no solo retome la normalidad, sino que lo haga con mucho más pulso. 

Usted no era ni muchísimo menos ajeno al mundo de las letras, con unas cuantas referencias bibliográficas y multitud de artículos en diferentes cabeceras (además, estoy seguro, de ser un gran lector), pero supongo que el salto es grande, ¿o no ha cambiado mucho tu vida al pasar de técnico de la Consejería a director de la Biblioteca Regional?

Llevaba ya unos años como técnico en la Consejería, pero, efectivamente, mi perfil académico y personal muestra que el mundo de las letras es, por decirlo así, mi ámbito natural. De ahí que la consejera, Mabel Campuzano, pensara en mí para pilotar esta nueva etapa en la Biblioteca Regional. Como técnico ya me ocupaba de ciertas cuestiones de la Biblioteca, pero ahora la dedicación es exclusiva y la vida, claro, cambia en la medida en que cambia la labor profesional y se asume una responsabilidad como esta. 

Me decía cuando hablamos en agosto que el principal reto, o al menos el inicial, era volver a la presencialidad. ¿Se ha recuperado ya la plena normalidad?

La normalidad es plena, sí, aunque manteniendo la obligatoriedad de la mascarilla, el uso de material higiénico-sanitario y la reducción de aforo. Aún así, nos quedan algunas cuestiones, como reemprender actividades en la Bebeteca. 

Más allá de cuestiones pandémicas, puramente coyunturales, el eje en torno al que se organiza la actividad de la biblioteca sigue siendo el mismo: el fomento de la lectura. Esto es algo que ni cambia ni puede cambiar, ¿no?

El objetivo primordial de la institución bibliotecaria es ese, pero los instrumentos son cada vez más variados y, pretendemos, innovadores, transgresores incluso. Nosotros hemos priorizado la campaña de actividades, y especialmente de actividades presenciales, porque pocas cosas incitan más a leer que escuchar en vivo a los autores, asistir a una teatralización de textos o participar en un club de lectura. Aunque, por supuesto, no tendría sentido fomentar la lectura si no se ofrece un catálogo atractivo para el usuario, y la Biblioteca Regional dispone de un fondo de más de 500.000 ejemplares. El sistema de desideratas es también sumamente ágil: cuando un usuario pide un libro, se adquiere de manera prácticamente inmediata. 

A este respecto, le he leído decir que una de sus obsesiones es que la Biblioteca no sea simplemente un lugar al que ir a estudiar o a sacar libros, sino un espacio cultural en un sentido amplio.

A veces recibimos alguna queja de quienes vienen a la Biblioteca a estudiar. «He ido en busca de silencio y había mucho jaleo», nos dicen. El personal de la Biblioteca lleva años haciendo pedagogía en este sentido, intentando que quienes hacen uso de las salas de estudio entiendan que ese es solo uno de los servicios que prestamos, pero la Biblioteca es un centro cultural en el sentido más amplio imaginable. Por tanto, aquí tendremos todo tipo de actividades: conciertos, teatro, charlas, proyecciones cinematográficas, jornadas gastronómicas... A veces cuesta cambiar la concepción de la biblioteca como un lugar donde impera un silencio sepulcral y la gente acude exclusivamente a leer, consultar e investigar, pero poco a poco se va consiguiendo. 

Por otro lado, en los últimos años se ha potenciado mucho la actividad de la Biblioteca a nivel virtual con eBiblio y eFilm, que son dos servicios con una potencialidad tremenda y que, imagino, habrán tenido mucho peso en la actividad del centro hasta que la gente ha empezado a volver. ¿Qué planes hay para ellos? 

Pues mira, somos la tercera comunidad de España con más prestamos bibliotecarios por habitante en eBiblio. Y estamos a la cabeza nacional en oferta de títulos en esta plataforma (y seguiremos trabajando en esta línea). Además, este verano hemos estrenado PressReader, una plataforma de prensa que permite no solo leer, sino incluso descargar a coste cero ejemplares de siete mil periódicos y revistas, LA OPINIÓN entre ellos. El formato digital, tanto en lo referente a la lectura como en las actividades, ha venido para quedarse y convivirá con el formato en papel y con las actividades presenciales. Y creo que la convivencia será armoniosa y con muchos más beneficios que desventajas. 

¿Ha podido contribuir la pandemia a que más gente conozca estas plataformas y se anime a hacerse usuario?

Los datos no dejan lugar a dudas en este sentido: hubo un incremento exponencial de usuarios a raíz de la pandemia. El préstamo y consulta de contenidos digitales se ha más que triplicado desde el confinamiento hasta hoy. Aun así, tengamos presente que los lectores continúan prefiriendo el papel al formato digital. 

Los espacios de la Red Municipal de Murcia salen a la calle

La Red Municipal de Bibliotecas de Murcia (RMBM) se une este año a la celebración del Día de las Bibliotecas con un amplio programa de actividades. Así, en la Gran Vía se instalará hoy un expositor con una importante selección de literatura infantil y adulta. También habrá bookcrossing en el centro ‘Río Segura’; rastrillos de libros en El Palmar, Espinardo, Javalí Nuevo, La Alberca, Puente Tocinos y San Basilio; obsequios y ‘merchandising’ para los usuarios de los diferentes espacios, y actividades de diversa índole en el resto de sedes de la Red Municipal.

De hecho, le confieso que uno de los espacios que más me gustan de la Biblioteca Regional es mucho más tangible y, además, esta temporada ha pegado un pequeño estirón: la Cómicteca, que si no estoy mal informado es una de las más potentes del país...

Es una de las mejor nutridas de España, sí, y ahora te gustará más, porque hemos llevado a cabo una ampliación considerable, extendiéndola por un espacio de cerca de 600 metros cuadrados, con un escenario propio, gradas, nuevo mobiliario, decoración y plantas naturales. Es, desde luego, el espacio protagonista de la primera planta del centro. Esta semana hemos reinaugurado sus actividades presenciales con la visita de alguien tan mediático como Santiago Segura, que, aunque muchos de sus seguidores desconocen esta faceta, comenzó su andadura artística en el mundo del cómic y el fanzine. 

Por cierto, en el ratito aquel en que estuvimos conversando en agosto me dijo otra cosa que me llamó mucho la atención: que quería que la Biblioteca no fuera solo un espacio para lectores, sino también para creadores. ¿Cómo puede ayudar la Bibliteca Regional a los escritores murcianos, por ejemplo?

La mejor manera, desde luego, es poner su obra a disposición de todo el público. Además, todo autor de la tierra tiene la Biblioteca a su disposición para las presentaciones de sus obras. Por supuesto, contamos con muchos autores de la Región en nuestros ciclos. A lo largo de esta campaña pasarán por aquí gente como Rosa Belmonte, Manuel Moyano, Marta Zafrilla o Miguel Ángel Hernández. Ya en nuestras actividades de agosto contamos con Paco López Mengual y Pablo de Aguilar. Esta semana, con el motivo del Día de las Escritoras, tuvimos a tres de las autoras de Murcia a vista de haiku, un libro publicado por una de las editoriales de la Región, y hemos editado otra publicación de tres poetisas murcianas. Ponemos todo nuestro empeño en apoyar y promocionar a los autores de la tierra. 

Además, hablamos de una Región con una nada desdeñable actividad editorial (usted como autor lo sabe). ¿Cómo valora el panorama literario en la Región?

Más dinámico, imposible. En la Región de Murcia se lee mucho, como lo muestran los datos de préstamos bibliotecarios; se escribe mucho (suelo decir en broma que aquí todos tenemos un amigo o familiar escritor, y si no lo tienes, es que eres tú), y se publica mucho, con un grupo numeroso de editoriales. 

¿Hay algo que mejorar o pulir en este aspecto?

Bueno, se ha alcanzado un altísimo nivel literario y de edición en la comunidad, pero siempre hay margen de mejora. En mi opinión, se debe avanzar en la descentralización cultural, revitalizando la vida de municipios y pedanías. La Biblioteca Regional, como cabeza de la red de bibliotecas, dispone de un servicio como el de los bibliobuses, que llevan los libros a esas partes de la Región más recónditas, que no disponen de una biblioteca cerca. Es nuestra humilde manera de atajar el despoblamiento de esas zonas y de llevar la cultura a todos los ciudadanos. 

¿Y en la Biblioteca? ¿Hay alguna cosa a la que te gustaría meterle mano o potenciar en los próximos meses, algún servicio?

Por mencionar un proyecto, te diría que el de hacer un uso más intensivo de todos los espacios. La actividad infantil de los sábados la estamos realizando en la zona ajardinada de fuera, una zona a la que nunca se le había dado uso. El siguiente paso es abrirla para el público en general. Y tenemos unas terrazas fantásticas que también me gustaría poner a disposición de los usuarios. También se debe repensar la Mediateca, que ha quedado un tanto relegada, dado que el formato de DVD va quedando obsoleto y cada vez más gente tiene acceso a plataformas de streaming. 

Por último, ¿algún deseo para este Día de las Bibliotecas?

Que las bibliotecas, que se cuentan entre las instituciones más antiguas de las que ha creado el ser humano a lo largo de su historia, con cuatro o cinco milenios de existencia a sus espaldas, sigan existiendo durante, al menos, otros tantos milenios.