Una obra llena de sentimientos, música, colores y, por encima de todo, verdad. Así es Vierdingo, la pieza que se ha convertido en la ganadora del I Premio Joven del Festival de Teatro de Molina de Segura con una propuesta que refleja la realidad actual de unos jóvenes que se enfrentan a «una sociedad enferma» que necesita una cura, señala su actor protagonista, Esteban Garrido. «La poca educación emocional que tuvieron nuestros padres y madres, por la época de represión que les tocó vivir, nos ha llevado a una generación en la que nuestra libertad de expresión está cargada de dolor y sufrimiento. Un ejemplo de ello es que vemos cómo hoy día se agrede e incluso se mata a jóvenes solo por su condición sexual. Estamos creando una sociedad enferma, y es responsabilidad de todos arreglarlo», reclama el intérprete sevillano, de 39 años.

Para reivindicar que «todos los seres humanos deberíamos tener ayuda psicológica, da igual si estamos bien o mal», Garrido escribió una pieza de microteatro en la que puso mucho de él mismo: «En Vierdingo cuento muchas cosas mías personales, ficcionadas, pero también hablo de lo que veo en mi entorno. Compartir esa profundidad hace que el público conecte muchísimo con la obra», asegura. Esa primera pieza, de 15 minutos, pasó por muchos puntos del país y funcionó tan bien que dio lugar a la propuesta teatral que hoy tienen en marcha Garrido y el director de la misma, Antonio Hernández: «La escribimos juntos. Él también aplicó su personalidad al texto y, sin él, Vierdingo no sería como es», agradece el intérprete.

¿Y cómo es Vierdingo? «Es un espectáculo fantástico que ha salido de juntar pocos recursos con mucha inteligencia y profesionalidad», remarca Iñaki Díez, distribuidor de esta obra que, en apenas un año y medio de vida, ya ha logrado el I Premio de Teatro Joven de Molina y un galardón en el Festival Cultura con Orgullo de Sevilla, en 2020. Díez considera que la clave de la propuesta es que «habla de temas complejos, pero tratados desde la comedia, eso hace que lleguen al público de otra manera, le hace reflexionar».

Y es que Vierdingo trata conflictos universales: quién eres y qué quieres, a través de la historia de un joven que sale de fiesta para no hacerle frente a sus problemas, hasta que un día decide ir a terapia. Con ella, Garrido lanza un claro mensaje: «Creo que sería una sociedad mucho mejor y más sana si todo el mundo fuese a terapia para saber quién es, qué le pasa y de dónde viene lo que le pasa. De eso va la obra», explica su gran protagonista. Y es que en Vierdingo, Esteban Garrido se sube al escenario solo; él es el técnico de sonido, el de iluminación, el actor y el productor. «La monté para que en el centro estuviera la interpretación». Con pocos recursos y pocos medios, su obra tiene mucho que ofrecer. «Al final, lo importante es la historia; cómo se cuenta y por qué la cuentas», relata el intérprete, quien lamenta la falta de apoyo institucional para la Cultura en España: «Vierdingo no tiene ningún tipo de subvención o ayuda. Y sin apoyo institucional es inviable hacer una obra con varios actores y con técnicos. Nosotros queremos vivir de nuestra profesión, pero la Cultura en España está muy maltratada desde hace muchos años».