El Festival de Teatro de Molina de Segura nunca ha pretendido ser simplemente una variada muestra de dramaturgia. Más de medio siglo de vida avala a esta cita, y a semejante edad –52 ediciones con la que hoy comienza– no se llega sin una fuerte personalidad. Porque sí, las grandes giras nacionales van a pasar de una u otra formas por el Villa o algún escenario cercano, pero las dos semanas de funciones que arrancan esta tarde son una oportunidad de oro para mostrar cosas diferentes. Y sí, también habrá grandes montajes como La batalla de los ausentes (sábado 25) o Espejismo (viernes 1 de octubre), pero quizá la gran virtud de este programa reside en esos proyectos quizá menos conocidos pero que realmente ‘tocan’ al espectador.

Este último es, sin duda, el caso de La chica que soñaba, de The Cross Border Project, que a las 20.00 horas abre esta edición en el Villa. Lucía Miranda, su directora, lo define como un espectáculo de «teatro foro. Es decir, participativo, arriesgado. Es un montaje que creamos entre todos, en el que el público se convierte en ‘espect-actor’, donde entra y juega con nosotros, soñando una realidad que nos guste más que la que vivimos», apunta la fundadora de la compañía, Premio ‘El Ojo Crítico’ en 2018.

«Nuestra chica –continúa Miranda– sueña con robots y con ecuaciones de Maxwell. Pero podría haber soñado con dirigir una empresa. O con conducir coches de carreras. O con ser disc jockey en grandes festivales. ¿Cómo elegimos nuestra profesión? ¿Cuánto influye el género en esta elección? ¿Y la maternidad una vez que estamos trabajando?», se pregunta. «Nuestra chica pierde la capacidad de soñar, y ahí nos preguntamos, público y elenco qué podemos hacer los demás por ella», explica la dramaturga, que cuenta con un reparto formado por Anahí Beholi, Belén de Santiago y Ángel Perabá.

La obra, por cierto, surge a propuesta de la Universidad Carlos III de Madrid, que hace unos años contactó con The Cross Border Project para impulsar la creación de un ‘teatro foro’ que hable de la problemática de las mujeres en carreras tecnológicas. Así, durante el otoño de 2018, Lucía Miranda entrevistó a profesoras e ingenieras de la citada institución, creando una primera versión de La chica que soñaba que se ampliaría en 2019 después de ampliar su muestra con el testimonio de otras mujeres que ejercen carreras históricamente masculinizadas tanto en la capital como en Ponferrada (CEO, conductora de rally, soldadora, disc-jockey, policía...). La pieza que hoy llega a Molina es, por tanto, «una ficción construida en base a dichas entrevistas».