La Morente pura, la que encandila con su arte a los flamencólogos, pero también la de tangos y boleros, capaz de ‘llevarse de calle’ a los roqueros, se paseó anoche por el escenario del antiguo convento de La Merced. Con señorío, con tronío, como las grandes damas del flamenco y la copla… Inundó de arte el lugar que parecía hecho para una fiesta flamenca de esas en las que cuando se juntan los Morente y los Carbonell, se lía.

Le gustó a la hija de Enrique Morente y de Aurora Carbonell, cantaor y bailaora, el entrañable rincón. “Es como un belén”, dijo del barrio de San Juan que tenía frente a sí, y que mostraba los mismos colores que destila la subida del Darro y el barrio del Albaicín en las noches -en que el calor se va perdiendo y la brisa del otoño va llegando- de su Granada natal.

Piropeó al barrio de San Juan del que dijo que era “como un belén”

En el escenario oscuro, negro, las palmas de Ángel Gabarre y Antonio Carbonell, parecían presagiar lo que estaba por llegar. El ‘Popo’ percusionaba, mientras ‘Montoyita’ y el ‘Monti’ rasgaban las cuerdas de su guitarra. Y se hizo la luz. Y el escenario, casi vacío hasta entonces, se llenó de arte.

Estrella de la Aurora Morente Carbonell apareció como cual diva de la escena. De negro, cubierta por uno de sus inseparables mantones bordado, con ondas al agua, peinetas de plata y pendientes de coral. Ahí se dejó sentir la Estrella más flamenca. Con guiños a Granada, con cambios en las letras para incorporar a Lorca, a la que reconoció “llevo en el corazón”.

Besó el escenario antes de marcharse mientras anunciaba que ya quería volver

Poco habló. A la granadina no le gusta hacer altos en el camino cuando canta. Solo se permitió una licencia y fue para hablar del Castillo. “Es lo primero que he hecho cuando he llegado a Lorca. Recorrerlo para cargarme de energía positiva. Esta ciudad es una maravilla, un sitio mágico”. Y recordó sus actuaciones en la Alcazaba y el teatro mientras admiraba el enclave de La Merced.

Fanática de ‘La Niña de los peines’, Camarón y Marchena, tuvo recurdos para ‘La Faraona’. Lola Flores formó parte de un popurrí en el que interpretó ‘La Zarzamora’. De Antonio Flores cantó ‘No dudaría’; y ‘Volver’, la banda sonora de la película de Pedro Almodóvar, fue tarareada por muchos. Cantes más puros, con guiños al Festival Internacional de las Minas de La Unión, y un fin de fiesta en el que bailó como solo ella sabe hacerlo mientras los que la acompañan la animaban con palmas. No se quería ir. Le costó. Pero antes de hacerlo besó el escenario y mirando al cielo prometió volver a Lorca.