Pascual ‘Pask’ Cantero, más conocido por el nombre artístico de Muerdo, es un cantante, compositor y poeta molinense que, tras triunfar dando vueltas por el mundo, se ha instalado de nuevo en su tierra. Esta noche toca en la segunda jornada de la decimosexta edición del B-Side Festival de su localidad natal, compartiendo cartel con otro trotamundos de la industria musical como es Depedro.

Diez años después de su primer álbum, Flores entre el acero (2011), Muerdo presentó el pasado mes de marzo su quinto disco: La sangre del mundo (2021), grabado durante el confinamiento en Argentina, país que el cantante molinense ha visitado en diferentes ocasiones, así como Chile y México. Lo que iba a ser un viaje estimulante, aunque usual, en la vida del músico –que ya desde hace algunos años se mueve constantemente a uno y otro lado del charco– se convirtió a raíz de la crisis de la covid-19 en una situación completamente extraordinaria: un viaje a través de la música entre el sur de Europa y el sur de América, con canciones de ida y vuelta entre el folclore y las músicas actuales, cuyo contenido poético y social sobre sonidos latinos y mediterráneos lo aliñan colaboraciones de Lido Pimienta, Perotá Chingó, Chancha Vía Circuito y el Niño de Elche. En este tiempo, Muerdo ha pasado del circuito de salas pequeñas a colgar el cartel de ‘sold out’ en grandes recintos, pasando por escenarios de festivales como el Viña Rock, el Arenal Sound, el San San Festival o el Río Babel. Sin embargo, tocar en casa –confiesa– le añade un plus de emoción a su concierto de esta noche (al que acude con la banda al completo). Además, nos anuncia también su primera gira por Estados Unidos.

¿Cómo te ha ido el verano, Pask?

¡Me niego a darlo por terminado! Nos quedan los mágicos estertores de septiembre, pero, pase lo que pase , ya puedo decir que ha sido uno de los veranos más mágicos y bonitos de mi carrera. Hasta el momento hemos hecho más de veinte conciertos entre festivales con la banda al completo y pequeños shows acústicos.

Has actuado en grandes festivales como el Cruilla, pero se te echó de menos en el cartel de La Mar de Músicas. ¿No tenías fechas?

Así es. Estuvimos en el Cruilla, en Sonrías Baixas, ahora en el Red Pier Festival... Y nos vamos enseguida a Estados Unidos y América Latina. Pero se nos quedó la espinita de que ese ansiado encuentro en nuestra tierra no pudo hacerse... La Mar de Músicas es un festival que nos encanta, pero no han tenido un hueco para nosotros este año.

Ahora tocas en casa dentro de la programación del B-Side. Parece que se ha solucionado el ‘olvido’ de hace unos meses. ¿Alguna responsabilidad especial?

Bueno, sigo cuestionando fuertemente el funcionamiento de las programaciones culturales de mi ayuntamiento, Molina (y el de muchos otros consistorios). Creo que hay cosas que revisar en cuanto a cómo funcionan las contrataciones... Pero, en este caso, agradezco la rápida intervención de Toni Peña, que además le vino de perlas a la corporación. Y, desde luego, me hace muy feliz tocar en casa. Creo que tras un año como 2020, las instituciones tienen que apoyar más que nunca la cultura local.

Vas a compartir cartel con Depedro. ¿Hay colaboración prevista?

Pues en principio no, pero todo puede pasar. En alguna ocasión he podido compartir con Jairo y siempre ha sido un deleite. Me encanta su propuesta, y casa bien con la mía.

¿Sufres mucho de los nervios antes de actuar?

La verdad es que no, en absoluto. Excepto en alguna ocasión que sea muy especial (ya sea por el aforo, el formato o porque lo que sea que se salga de lo habitual) suelo estar bastante ‘tranquilo’. Por lo general, soy una persona que maneja bien lo de los nervios: los templo con un vasito de ron, y para adelante.

Para los artistas que llenabais espacios grandes, ¿se hace más difícil dar conciertos ahora, con las reducciones de aforo?

En el punto en el que estamos, volver a tocar ya es una bendición. Nosotros tenemos un show que es fácilmente adaptable al pequeño formato, así que este verano hemos hecho de todo: conciertos más grandes, más chicos, con o sin distancia, en formato banda y acústicos... Y lo cierto es que los disfrutamos todos.

¿Te consideras más un artista de discos que de singles? ¿Cuál es la razón?

¡Sin duda! Me gusta hacer una propuesta que tenga un sentido amplio; presentar canciones que se puedan leer interconectadas con otras. Proponer un viaje con distintas paradas. Pero, vamos, no me cierro a sacar singles si lo considero oportuno.

En abril del año pasado compartiste en redes sociales un mensaje de ánimo bastante emotivo desde Buenos Aires en el que prometías hacer «el mejor disco, testimonio de estos tiempos raros». ¿Consideras que has cumplido ese objetivo?

Creo que sí. Con más o menos intencionalidad, cada álbum es una foto fija de una época; es inevitable. No obstante, el tiempo nos dirá si es un testimonio fiel y perdurable. Creo que habría que analizarlo con más perspectiva.

Este año, Flores entre el acero (2011) cumplirá diez años. ¿Lo celebrarás de alguna manera? ¿Cómo dirías que has evolucionado como músico? ¿Y qué le dirías a tu yo de hace una década?

Pues algo estamos tratando de armar para celebrar la efeméride..., pero más bien para el año próximo. Y, bueno, ha sido un camino estimulante y lleno de sorpresas y regalos. A mi yo de hace diez años le diría, simplemente: «Relájate y disfruta».

Tengo entendido que has hecho de productor últimamente. ¿Qué has descubierto en esta nueva faceta?

Pues está siendo una nueva faceta muy estimulante. Hemos hecho un EP increíble con músicos como Samuel Vidal, Álvaro Gandul, Martín Bruhn... El resultado ha sido más que satisfactorio, y el proceso, apasionante. El artista se llama Sebastián Pisinis, y pronto podréis escuchar el resultado. Ya estoy con dos producciones más en cola.

En este disco hay estilos con los que no habías trabajado hasta ahora, como son el hip-hop y la música electrónica. ¿Esto ha cambiado mucho tus directos? ¿Cuál es el planteamiento musical de estos nuevos directos?

El directo integra esa parte más electrónica, y también reversionamos los temas más antiguos adaptándolos al nuevo sonido. Todo ha quedado integrado de manera muy natural, de modo que no hay una gran distancia con los directos de etapas anteriores, pero si hay más clima y sonidos ambientales.

¿Crees que valoramos menos el folclore propio que los ajenos, que tenemos prejuicios de nuestros sonidos?

Por supuesto. Creemos además que el folclore ibérico es el flamenco, cuando hay toda una serie de ritmos y sonidos desconocidos que hay que poner en valor, desde la jota a la muñeira, pasando por los trovos. En América se viene haciendo desde hace décadas eso de rescatar, poner en valor y actualizar y mezclar todo ese acerbo cultural con sonidos actuales.

Hoy por hoy, ¿cuál es ‘la sangre del mundo’?

La sangre del mundo somos todos nosotros y nosotras. Los que ponemos las calles, servimos la comida, hacemos las canciones... El motor humano de todo lo que existe.

Te ha quedado un disco optimista a pesar de las circunstancias. Da la sensación de que has emprendido un viaje que, como las músicas y los cantos que lo inspiran, es de ida y vuelta.

Soy optimista por naturaleza, y no sabes cuánto agradezco esa virtud en mi día a día, y cuánto me agradece la gente que esta actitud se vea impregnada en mi música. No me canso de decirlo: necesitamos mensajes que nos hagan vibrar alto.

¿Qué canciones son las más celebradas por el público en los conciertos?

Clásicos como Semillas, Lejos de la ciudad o Llegué hasta ti, y nuevas como A volar, Mensajero o Yo pisaré las calles nuevamente.

Ese optimismo y alegría vital y constructiva que derrochas con tu música... ¿es una constante en tu vida diaria?

Así es, y eso es lo mejor de todo. Para los que somos así (alegres, positivos), la vida es más fácil y llevadera. Agradezco poder ser así sin ningún esfuerzo.

En este disco cantas a tu trayectoria y defiendes que los sueños se cumplen. ¿Los tuyos se han cumplido?

Sí. Muchos de ellos sí. Y sigo fabricando nuevos sueños que cumplir. Casarme. Ser papá. Conquistar nuevos territorios. Siempre hay cosas con las que soñar.

Por lo que comprobamos en las redes, gente de cualquier generación escucha a Muerdo. ¿Por qué crees que tu música cala tan bien entre todas las edades?

Creo que cala más en quien tiene más experiencia de vida, independientemente de la edad. Pero sí hago música bastante transversal, y mi público es muy heterogéneo.

Si pudieras hacer que una de tus canciones trascendiera en el tiempo y fuera escuchada dentro de tres o cuatro generaciones, ¿cuál sería?

Lejos de la ciudad o Sendero de paso lento.

Háblame de tus próximos proyectos. ¿Tienes más fechas cerradas después? ¿No vas a parar? ¿Para cuándo nuevo disco?

En septiembre saco un videoclip y empiezo a publicar singles de un EP que estamos terminando de grabar con colaboraciones y vídeos. También me voy a abrir los conciertos de Kany García en Washington y Nueva York. Y a finales de año y comienzos de 2022, a presentar el disco por Latinoamérica.

¿Con qué formato te vas a presentar en el B-Side?

Con la banda al completo. Lo vamos a gozar.

VIERNES

DEPEDRO + MUERDO

¿Hora? 21.00 horas

¿Dónde? Auditorio Tomás Fernández Gil, molina de segura

¿Precio? 25 euros


SÁBADO

NATALIA LACUNZA + SUU

¿Hora?  21.00 horas

¿Dónde? Auditorio Tomás Fernández Gil, molina de segura

¿Precio? ENTRADAS AGOTADAS