De vez en cuando en el cine surge una carrera que parte con una celeridad inaudita y recibe el título de ‘promesa’. Es el caso de la murciana Milena Smit, una joven actriz que ayer pisó su primera alfombra roja internacional, la de la prestigiosa Mostra de Venecia, de la mano de Pedro Almodóvar: «Ha sido un viaje increíble», sostenía horas antes de su puesta de largo.

«Es una gran responsabilidad, pero lo estoy viviendo con muchísima emoción desde el primer día», reconocía en el salón del lujoso hotel veneciano en el que se hospeda, con los ojos pintados de azul, rodeada de asistentes y con una sonrisa indeleble en el rostro. Y es que a sus 24 años Smit –que nació en Elche pero se crió en la Región– es toda una estrella en el Festival de Venecia, donde ha cautivado con su papel de coprotagonista en Madres Paralelas, la cinta con la que Pedro Almodóvar aspira a ganar el León de Oro el próximo 11 de septiembre.

Hace dos años la joven murciana –de madre manchega y padre holandés– trabajaba como recepcionista en un hotel. Luego llegó su participación en No matarás (2020) junto a Mario Casas, una sorprendente nominación al Goya y un misterioso proceso de casting. Smit hacía las pruebas para Madres paralelas mientras presentaba su primer largo en el festival de Sitges, pero sus representantes decidieron no desvelarle siquiera para qué película eran: «Intentaron hacerme la vida más fácil», apunta entre risas. Revelaron las cartas en la cuarta prueba: «Me caí de culo. Me lo contaron el día de mi cumpleaños y fue el mejor regalo que recibí», rememora.

El siguiente paso fue acudir a las oficinas de la productora del director manchego, la primera prueba con él y con su compañera en la cinta, Penélope Cruz: «Fue mágico porque no tenía ni idea de lo que iba a suceder ahí dentro, pero tenía claro que pasara lo que pasase después quería disfrutar aunque fuera durante esa hora que tenía con ellos».

Y vaya si lo hizo, ya que no solo consiguió el papel, sino que en los meses en los que ha estado trabajando con Madres paralelas ha entablado una intensa amistad con su oscarizada compañera; relación, por cierto, que les valió el apodo de ‘Pili y Mili’ y que dejaba entrever incluso cierta «telepatía» entre ellas. «Ha sido un flechazo. Creo que hemos conectado de una forma maravillosa. Además nos pasan cosas... Estamos tan conectadas que el día que vi la película por primera vez, nada más salir del cine, tenía un mensaje de ella preguntándome qué tal», sostiene. Y agrega: «Las dos muy lloronas. Nos hemos tirado muchos momentos de emoción y de intensidad llorando juntas y abrazándonos, y disfrutando de las escenas que estábamos haciendo como nada en el mundo. Y ha sido fantástico tenerla de compañera».

En la cinta las dos son la cara y la cruz de una misma moneda: Milena es Ana y Penélope, Janis, y sus vidas quedan entrelazadas para siempre en el paritorio, al quedarse embarazadas al mismo tiempo, en una historia arropada por el contexto de la memoria histórica. «Creo que este es el mayor máster que he hecho en mi vida», apunta la joven actriz, que desde que terminó No matarás se ha formado en un seminario en Cristina Rota y ha realizado un curso de Bernard Hiller. Desde entonces, empezó a encarrilar proyectos, lo que le impidió seguir formándose... Aunque eso poco importaba (al menos) ayer cuando pisaba la alfombra roja de Venecia, el festival de cine internacional más antiguo del planeta.

Además, Smit observa el futuro con optimismo y por el momento se prepara para aparecer en dos nuevas películas: Libélulas, que surgió después de que se descartara una «especie» de capítulo piloto para una serie, y la ópera prima de Rubin Stein, Tin&Tina, con el otro gran actor murciano del momento, Jaime Lorente.

‘Madres paralelas’: el filme más político y comprometido del manchego

Pedro Almodóvar inauguró ayer la 78 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia con la que posiblemente sea su película más política, Madres paralelas, que entrecruza cuestiones como la maternidad y la sororidad femenina con las fosas comunes de la Guerra Civil. «La memoria histórica es un tema pendiente en la sociedad española. Tenemos una deuda moral enorme con las familias de los desaparecidos, con todas esas personas enterradas en fosas y cunetas y lugares indignos», declaró el cineasta en una rueda de prensa celebrada por la mañana en el Palacio del Lido, donde fue recibido con aplausos.

Almodóvar considera «incompleta» la Ley de Memoria Histórica de 2007 impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y criticó que las exhumaciones siempre hayan sido iniciativas privadas, tal y como refleja en su película. El manchego reconoció abiertamente que quiere «darle visibilidad al tema» porque «en España hasta que no se pague la deuda con los desaparecidos no podremos dar carpetazo a lo ocurrido en la Guerra Civil».

La trama principal de Madres paralelas gira en torno a la relación entre dos mujeres, una más madura (Janis, Penélope Cruz) y otra joven (Ana, Milena Smit), que coinciden dando a luz a sus hijos en el hospital. Además Janis, fotógrafa profesional criada por su abuela, está empeñada en cumplir la última voluntad de esta y encontrar los restos del bisabuelo fusilado. Preguntado por una posible «reacción de la ultraderecha», comentó que prefiere no darse por aludido. «España está muy crispada, sobre todo la clase política, reflejo de que hay un partido que dice cosas que nunca se han dicho, cosas que caen en la ilegalidad y en lo anticonstitucional y han convertido el Congreso en un lugar donde nunca habíamos visto tantos profesionales de la política comportarse con tanta vulgaridad», señaló.