La decimosexta edición del B-Side da comienzo esta noche de la mano de los madrileños Sidecars y el murciano Carlos Vudú, que será el encargado de abrir la noche junto con El Clan Jukebox. Será la primera de tres grandes citas en el Auditorio Tomás Fernández Gil, en el Parque de la Compañía de Molina de Segura, que ya está listo para el festival y para acoger, inmediatamente después, el comienzo de las fiestas patronales de la localidad. Porque la ciudad tiene ganas de celebrar después de que durante el pasado año la covid se llevara por delante cualquier evento de este tipo. Así que, con todas las garantías sanitarias –y sin olvidar que esto todavía no ha acabado–, mañana será el turno de Depedro y Muerdo;el sábado, de Natalia Lacunza y Suu, además de K!ngdom, Wave, Las Wonder y Don Fluor, que actuarán en horario de mañana en la Plaza de España (‘B-Side Tapas’), y el domingo –en ese mismo escenario–, de La La Love You y Ruto Neón. También habrá un concierto para los más pequeños de la casa de la mano del ‘Baby B-Side’:Los Lagartos en Familia, el sábado a las 12.30 horas. 

Pero hoy toca Sidecars y Ruido de fondo (2020), y conviene avisar de que Juancho, Ruly y Gerbass vienen con ganas. Porque el veterano trío de Alameda de Osuna lleva mucho tiempo esperando este momento. Decidieron que sacar su último disco en plena pandemia era lo más honesto que podía hacer y se negaron a aplazar el lanzamiento, pero eso les ha obligado a esperar muchos meses hasta poder presentar sus nuevas canciones en condiciones. Primero, en teatros y auditorios con aforos reducidos, y ahora, por fin, en grandes escenarios como el que les espera en Molina. Por eso tienen tantas ganas de tocar y por eso regresan a la Región con su la gira «más grande» que han hecho nunca.

¿Cómo está siendo la vuelta a los escenarios?

Mágica. Porque significa que nos reencontramos con nuestra verdadera vocación e identidad, que ha estado un poco chafada durante los últimos meses por la pandemia... Además, tenemos un disco que decidimos no retrasarlo y salió en septiembre de 2020. Queríamos darle recorrido, y a pesar de que al principio tuvimos que hacerlo en teatros, ahora ya volvemos a los escenarios. Después de esperar lo peor, por fin vemos la luz al final del túnel.

¿Qué puede esperar el público que venga a veros?

Un gran show de dos horas con bastantes temas del nuevo disco, pero sin olvidarnos de nuestros clásicos porque sabemos que la gente los está esperando. Esta es la gira más grande que hemos hecho nunca. El equipo ha crecido y nos gusta llevar una gran escenografía.

El retorno a los conciertos supone que muchos técnicos y músicos vuelvan a tener trabajo.

Claro. Nosotros siempre hemos sido una familia y hemos estado rodeados de amigos que también son músicos y técnicos. No queríamos dejarles abandonados y decidimos ofrecerles la posibilidad de unirse a nuestro proyecto. Así hemos conseguido que el show sea tan grande. Hemos cambiado el hastío que sentíamos todos por la alegría de tener un equipo tan grande.

¿La música es un sector precario?

Creo que esto en nuestro país es una obviedad. A los que nos dedicamos a esta profesión muchas veces se nos tacha de titiriteros o ‘artistillas’, como si esto tuviera que ser un hobby... No se dan cuenta de que esto es un trabajo igual de loable que el de un arquitecto o un abogado. Por ello es necesaria una educación que valore de verdad la música y se promuevan medidas laborales que tengan en cuenta la intermitencia de la profesión para que, si vuelve a haber una situación como esta, no se queden la mitad por el camino. Muchos amigos nuestros no han conseguido salir adelante y han tenido que meterse en otros trabajos.

¿Hay que seguir repitiendo que la cultura es segura?

Hay que hacerlo cuando realmente sea segura. Nosotros siempre hemos sido conscientes del peligro que conllevan este tipo de eventos ahora. Por eso, seguimos todas las medidas necesarias para poder actuar sin ningún problema. Tenemos más cuidado que nunca porque sabemos lo que nos jugamos. Mira:hace unas semanas teníamos un concierto en Cádiz, pero uno del equipo había estado en contacto con un positivo. A pesar de que dio negativo varias veces, decidimos que lo mejor era evitarlo y no correr ningún riesgo.

Como ha dicho, la publicación del disco coincidió con la pandemia. ¿Tuvieron la tentación de cambiarlo en algún momento?

En ese aspecto tuvimos suerte porque la grabación fue previa al confinamiento, así que no hubo problemas. Al final del proceso empezaban a llegar noticias sobre lo que estaba pasando en China, pero no le prestamos mucha atención (como todo el mundo). Teníamos claro que iba a salir porque a nosotros la música nos ha salvado y creíamos que lo correcto era sacar las canciones para que nuestros seguidores las pudieran disfrutar. El resultado fue que nos metimos en el número uno de ventas por encima de los artistas de reguetón, que ahora mismo son imbatibles.

¿Hacen música pensando en el directo?

 A nosotros nos gusta decir que hacemos canciones. Cuando es buena, aguanta cualquier tipo de formato. No hacemos los temas pensando en los conciertos. Como mucho, las preparamos para que funcionen en el directo.

¿Tiene sentido sacar un disco en una época basada en los singles?

Nosotros somos unos románticos y llevamos quince años haciendo música. Todos nuestros referentes siempre han sido de sacar discos. Consideramos que el trabajo perfecto es un disco entero. Un single es el tráiler de la película, y nosotros queremos enseñar la película completa. Es nuestra forma de trabajar y siempre nos ha funcionado.

También varía en función del tipo de música que haces.

Exacto. Entiendo que las músicas más actuales como el reguetón o la música urbana tengan otra forma de proceder porque al final ellos se han inventado una nueva forma de trabajar en un tiempo en el que hay una sobreinformación enorme y todo es muy inmediato. Cada circuito tiene sus características y nosotros seguimos haciendo las cosas como sabemos. Esa también es una de las riquezas de la música, que cada uno puede hacerla como quiera.