Equipos Marvel. Marvel Team-Up 2: Fantasmagoría. Varios autores - PANINI

Tal vez una de las colecciones más interesantes y con mayor capacidad de sorpresa sea la de Marvel Team-Up, una cabecera que reunía a un par de personajes de la Casa de las Ideas en una aventura conjunta contra algún villano o amenaza puntual. Si en un principio el título iba a ser una suerte de historias donde Spiderman y La Antorcha Humana se dieran de tortas con los malos mientras lidiaban con las asperezas de sus jóvenes y dispares caracteres, pronto la línea editorial se decantó por convertir al Hombre Araña en propietario casi perpetuo. De tarde en tarde, al menos al principio, la Antorcha también hizo alguna otra entrada con colega puntual, pero el interés general lo diluyó en el olvido. Una de las características más interesantes de este volumen es la íntegra recopilación de la serie paralela de mayor paginación y editada trimestralmente: los Giant Size. Era una forma de dar más material de una serie para contentar al lector. Y, por primera vez, al menos guardando la calidad adecuada, se publica el team-up con Doc Savage, un personaje aventurero, proveniente del pulp o novelitas baratas editadas a principios del siglo XX, sobre los que Marvel había perdido los derechos. Nostalgia, diversión, buenas historias y muchos personajes es lo que nos trae este nuevo volumen de una serie que, además, porta todo un elenco de estrellas del cómic que hicieron época como Ross Andru, Gil Kane, Sal Buscema, Jim Mooney o Al Milgrom. El mejor regalo para esta era audiovisual del universo Marvel.

Game over. Kill or be killed 4. Ed Brubaker y Sean Phillips - PANINI

Y  llega a su fin esta serie de género negro tan bien traída por el señor Brubaker, uno de los mejores creadores de historias del momento. Lo cierto es que realizar y conducir una historia, segmentada en episodios, tiene su dificultad a la hora de no perder el interés del lector y que el germen inicial no se corrompa por ganar dicho interés. Pero, aun más difícil es cerrar una larga historia para que guste a todos o, al menos, que sea coherente y marque un punto de sorpresa dejando ese buen sabor visual que nos llevará a una recomendación positiva en toda regla. Nuestro personaje, el justiciero de la capucha roja, motivado por un aparente demonio sanguinario, está recluido en un manicomio y, allí, comienzan sus dudas entre la realidad o la fantasía de su misión. Las trazas de género fantástico y terrorífico y drama psicológico mezclados en esta trama policial nos llevan, como lectores, a dudar de lo real o irreal de lo que va aconteciendo. La zona final del relato, de la cual no voy a hacer spoiler como está mandado, sorprende sin lugar a dudas por los giros argumentales que es capaz de ofrecer el bueno de Brubaker hasta llevarnos a su huerto de crimen y rosas. Y, cómo no, por milésima vez su colaboración con Sean Phillips, un dibujante todo terreno, que ha sabido compenetrarse con el guionista de manera loable, es parte indivisible de que todo quede bien cerrado pero con ciertas dudas sugeridas en sus títulos de crédito. 

FUTURO POST MORTEM. Cold War. Christopher Sebela y Hayden Sherman - PLANETA Cómic

La producción de comics se ha disparado en América en los últimos tiempos con la entrada de nuevas empresas que pretenden hacerles sombra a las grandes industrias llenas de cansados héroes en mallas. Aftershock es una potente empresa de la que Planeta ha editado un buen número de títulos de interés y, ahora, nos presenta esta otra colección de tan solo cinco números que se recogen unitariamente. Estamos en un nuevo futuro en el que son despertados, tras 800 años en hibernación, grupos de humanos que habían pagado por el servicio con la idea de encontrar un mundo mejor. Lo que hallan es un escenario bélico y todos son alistados, incluso ancianos y niños, para batallar en una guerra de la que se desconocen los datos, los enemigos y el fin. Equipados con material y armas sofisticadas son dejados en un terreno hostil enfrentándose a seres mecánicos o androides que parecen igual de informados. Christopher Sebela al que conocemos por esa compleja obra a medio camino entre el género negro y el drama psicológico, High crimes, nos trae otra historia alocada donde lo que menos importa son los porqué y, sí la historia de los personajes actuantes. Para que la complejidad sea aún más dura, el trazo de Sherman, un tanto feísta, cargado de líneas rectas y formas poco perfiladas, con acabado de colores fríos, crea el marco idóneo para que el lector juegue en el mismo campo de los personajes: la incredulidad y el desasosiego. Reconozcamos que, el futuro, siempre da miedo pero, este, aún más.