La escritora japonesa más leída, Hiromi Kawakami (Tokio, 1958), ha publicado De pronto oigo la voz del agua, y el periodista colombiano Héctor Abad dice de esta novela que «las cosas sencillas son melancólicas. Bellamente melancólicas, como el sol derrite la nieve, sin dejar huella en ella». Es una obra magnética, como lo sería El cielo es azul. Kawakami fue profesora de Biología hasta 1994, que se dedica plenamente a la escritura. Otra japonesa, dedicada a la pintura, escultura, collage, instalación y performance, Yayoi Kusama, de 92 años, desde hace unos meses ha inundado la Tate Modern de Londres con sus Infinity Mirror Rooms (Habitaciones infinitas), para sumergirnos en realidades paralelas y caóticas, debido a las alucinaciones que padeció a lo largo de su vida. A la autora de estos ‘microuniversos’ se le considera una de las artistas más influyentes del mundo. Ayer anoté una frase de Eduardo Punset, que me leía la escritora murciana Marisa López Soria: «La vida puede seguir sin amarguras, aunque nos hayamos equivocado» ¿Quién no nos hemos equivocado… y muchas veces? Angélica Liddell (Figueras, 1966), que renunció a recibir el Premio Nacional de Cultura, ha presentado con gran éxito en el Teatre Grec de Barcelona su Liebestod, una mezcla de teatro/performance, ya que ella es escritora, directora de escena y actriz. Su actividad teatral la enfoca hacia el dolor y ello es fruto de una búsqueda personal de la verdad humana y sus «aspectos más oscuros y velados». Para ella, el actor «es el cuerpo del texto». También ha sido coautora del libro El sacrificio como acto poético.

‘Un tiempo de...’. Galería Bambara de Cartagena

La pintora y escultora María José Contador (Cartagena, 1961) presenta una exposición retrospectiva en la galería Bambara de Cartagena, que desde 1998 dirige con acierto Luis Artés. La muestra se ha bautizado como Un tiempo de pinturas y sueños, e incluye siete pinturas y dos esculturas… y muchísimos sueños, obras que recuperan la nostalgia artística que transmite María José Contador en sus creaciones. Las nueve piezas resumen el itinerario laboral llevado a cabo desde el 2000 al 2021. «En los cuadros -dice la artista- quiero insinuar lo que ha ocurrido hace un instante, la presencia o energía que deja en un espacio quien acaba de salir. En una evocación a esa nostalgia de los espacios vacíos». En las obras expuestas en esta ocasión, pero también en anteriores exposiciones, siempre revolotea sobre las obras el dictado de un oráculo espiritual de gozo y éxtasis. Parajes y galaxias añoradas, donde alguna vez todos hemos sido atrevidamente felices. La exposición podrá visitarse hasta el 3 de septiembre.

‘Lluvia roja’. Sala la Capilla

En el edificio de la Convalecencia, convertido ahora en el Rectorado de la Universidad de Murcia, existe una minicapilla convertida en sala de arte, La Capilla. Y hasta el 30 de septiembre podremos contemplar la instalación artística Lluvia roja, cuya autora es Concha Martínez Montalvo (Madrid, 1962), aunque lleva más de treinta años afincada en Murcia. Concha estudió Bellas Artes en la UMU y es técnico superior en Artes Plásticas y Diseño. Su labor de escultora y ceramista la ha alternado con su ocupación como docente en la Escuela de Arte y en la UMU. Desde 2015 sus enseñanzas están enfocadas hacia el diseño de joyas. Reflejo de su compromiso con cuestiones de género y con la visibilidad del lugar que debe ocupar la mujer, ha nacido en 2020 Lluvia roja, instalación construida con aros de aluminio, hilos de seda, algodón y nylon, copas vaginales realizadas en porcelana tintada de rojo… y semillas de trigo conceptualizan la pieza, porque, según explica Concha, «las mujeres se reúnen y se agrupan para proteger las semillas del planeta. En África, en Asia, en Sudamérica… las mujeres hacen trueques para que prevalezcan las simientes más auténticas y de mayor calidad». Estas mujeres participan del ecofeminismo, vocablo acuñado por Françoise D´Eaubonne en los años setenta para definir la integración del ecosistema con la mujer y sus acciones protectoras.