La 40 edición de la Semana de Teatro de Caravaca baja hoy el telón con la obra Se infiel y no miras con quién. Se trata de un gran éxito de los años 70 que regresa a los escenarios. Luis (encarnado por Josema Yuste) es propietario de una editorial de libros para niños en horas bajas. Su socio y amigo Álvaro, con el que comparte oficina, le pide que le preste su apartamento por la noche para ‘entretener’ a su última conquista.

Nos encontramos ante una comedia de enredo en la que, ante una sencilla petición, todo se va complicando.

Es una comedia de enredo que se van madejando como una bola de nieve que va cayendo por la pendiente, y poco a poco se va haciendo más grande y más liosa. Es una comedia fundamentalmente para no pensar, distraerse, evadirse y divertirse. Esas son las claves de esta comedia. Y más en estos tiempos.

Comparte escenario con Teté Delgado y con un nutrido grupo de actores. ¿Cómo fue la selección y qué tal está siendo el trabajo?

Son nueve personajes, un número que, hoy en día, en una compañía privada como es esta, realmente es una locura. Pero nos hemos atrevido a montarlo igual que era originalmente, con nueve personajes, porque el texto lo pedía. Hemos querido darle al público lo mejor y con una buena presentación. En las comedias de enredo necesitan varios personajes para crear varias tramas, dentro de una misma historia. Sobre la selección, siempre trato de elegir a los mejores que hay en el mundo del teatro, son actores muy experimentados todos con mucha experiencia en la comedia, creo que formamos un equipo, primero bien avenido, que es muy importante a la hora de trabajar que tengamos un buen ambiente para que al final la comedia luzca y brille. Estoy muy contento con la comedia y con mis compañeros.

Se trata de un texto original de los británicos John Chapman y Ray Cooney. Además, ha querido que la coordinación recaiga en Jaime Azpilicueta, que también fue director de la obra y que consiguió un gran éxito. ¿Qué impronta has querido darle a esta nueva versión?

Hemos hecho una versión actualizada y, de alguna forma, modernizada para adaptarla a los tiempos actuales. Han pasado 44 años desde su estreno en España. Evidentemente, los vodeviles o comedias de enredo de los 70 no tienen nada que ver con el teatro que se hace ahora de comedia. Le he dado más agilidad, he creado personajes mucho más extremos de lo que eran antes, todos está más enloquecido. La mayoría de los gag son absolutamente originales, del texto queda lo sustancial, la columbra vertebral, lo que es la historia en sí mismo de las infidelidades de tres parejas en una sola noche y en una sola casa, pero el resto es actual y nuevo.

La crítica coincide en que las carcajadas están aseguradas. Fundamental, en estos momentos tan complicados, que por un tiempo la gente olvide todos sus problemas.

Tenemos que volver a la vida, aunque el virus nos lo está poniendo difícil, tenemos que volver a vivir. Tenemos que seguir para adelante, y con medidas de protección como las que tenemos en el teatro, se puede conseguir. En el teatro el público no socializa, están sentados al aire libre, así que peligro ninguno. Únicamente hay diversión.

Viene a una edición muy especial de este evento, la número 40, pero ya estuvo en la 30 edición. En aquella ocasión con La cena de los idiotas.

Tengo un gran recuerdo de aquella noche en la plaza de toros de Caravaca. Estoy convencido que esta noche será inolvidable. El entorno es magnífico, un lugar muy hermoso para hacer teatro.

Desde Marte y trece han pasado muchos años. ¿Qué se sigue sintiendo cuando uno toma aire, pisa las tablas y se sube el telón?

Siento que está es mi profesión, que he nacido para esto y que estoy perfectamente ubicado. Ese conjunto de sensaciones me hace inmensamente feliz. Me siento muy realizado, muy agradecido a la vida y por supuesto al público.

¿Cómo ha cambiado el espectador a lo largo de estos años?

El público ahora está acostumbrado a mucho más ritmo en las cosas, a más velocidad en la información, en las experiencias. La vida es más rápida ahora que hace cuarenta años, todo tiene más inmediatez. Uno recibe un montón de información cada día, y le hace ser más exigente y más inmediato. Tienes que ir con los tiempos porque si no te quedas atrás, y en el arte del teatro también.

¿Qué tal está siendo el regreso a los escenarios?

Está siendo muy seguro, pero lento. Y lo entiendo. Me gustaría matizar que si hay un lugar donde uno puede sentirse seguro es en un teatro.