Con tantos años cumplidos voy soportando mucho menos el tórrido calor de la ciudad de Murcia. Pero, como soy pobre, debo aceptar y soportar estas altas temperaturas. No solo es al gran artista Antonio López a quien no reconocen en la vía pública; un servidor, con mascarilla exclusiva diseñada por la firma De la Cierva & Nicolás, gafas italianas de sol y tocado por un auténtico sombrero Panamá, regalo de Cristóbal Pérez García, también suele pasar desapercibido, lo cual me reconforta. A Buñuel le hubiese gustado grabar (sin guión) esta estúpida escena sucedida hace unos días: La Policía de Madrid paran increpa y reclama la documentación al pintor y escultor Antonio López cuando se disponía a continuar realizando un cuadro hiperrealista que comenzó a pintar en 2010, siendo esa actividad un atractivo turístico para la capital de España. Antonio López siempre ha querido realizar ese cuadro a una hora determinada: de siete a ocho y media de la tarde. Esos policías, de perfil extraño, debieron confundir al artista con un inconsciente jovenzuelo que iba a iniciar un botellón de media tarde. 

‘Pintores murcianos en… ’. Palacio Almudí

Escribe Santiago Delgado en el catálogo de esta exposición, La pintura se ve y se piensa, una hermosa verdad. Es una publicación diseñada con criterio y pulcritud por el Estudio La Cholepa de Mula, con fotografías de Joaquín Zamora, y organizada la muestra por el Ayuntamiento de Murcia y dirigida por Álvaro Peña. La Sala de las Columnas del Palacio Almudí la ocupan una colección de cuadros muy significativos, bajo el título Pintores murcianos en el Museo del Prado, proyecto correctamente comisariado por Darío Vigueras, descendiente de los dueños del memorable y exquisito comercio Almacenes Vigueras, del que mis queridas abuelas, tías y madre eran asiduas clientas y adquirían productos delicados para hacer regalos de boda a familia y amigos. Yo recuerdo ir con ellas a comprar delicadas cristalerías y reales vajillas. Debemos de acercarnos (con abanico, gorra y agua) a ver la magna exposición, ya que terminaba el 25 de julio y la han prorrogado, por el éxito obtenido, hasta el 31 de agosto, en horario de mañanas. Aprovecho, ya que me lo preguntan insistentemente, para informar de que no voy a escribir sobre la exposición de Pedro Flores en el MUBAM (la desmontan el lunes 26 de julio) y no lo hago por respeto y dignidad ajena, porque no voy a mentir. Mi documentación y opinión, supuestamente, levantaría ampollas y, supuestamente, podría darse alguna denuncia. Lo dejamos así. Que se instruya la ciudadanía y sus competentes gobernantes.    

‘Cartel taurino de Blanca’. MUBAM

Este oficio mío tiene graves desventajas pero aporta grandiosas experiencias. Ayer, viernes, a las doce, se presentó en el MUBAM el cartel que el pintor Luis J. Fernández ha realizado para anunciar los festejos taurinos de Blanca, que se celebran del 13 al 16 de agosto en honor de su patrón, San Roque. Quien suscribe ha estado en el estudio de Luis J. Fernández, y sin querer queriendo, he podido ver en primicia la soberbia pintura que compone el soporte anunciador, un cuadro repleto de mensajes e información. La obra mide 133 por 100 centímetros y está hecha con técnica mixta sobre papel de gran gramaje, el título se lo pongo yo, con permiso del pintor, porque a esta hora que escribo aún no ha cumplido su promesa, que era enviarme el título por un mensaje de móvil. La llamaremos: El toro de la ganadería de Garcigrande. La obra sorprenderá a entendidos y profanos. Desde estas líneas, aprovecho para decirle a Vicente que me debería de regalar dos entradas para el festejo que tendrá lugar el día 13 de agosto.