La prensa internacional más exigente se ha rendido a su talento musical y ante el novedoso concepto de Matthieu Saglio y su violonchelo. El virtuoso músico aterriza mañana por la noche en el Festival de Jazz de San Javier para llevar al público del Parque Almansa los temas de su último trabajo discográfico, El camino de los vientos, que beben de diversas influencias o sabores: desde el jazz, pasando por la música árabe, africana, clásico o incluso el flamenco. Su actuación en San Javier contará con invitados de lujo y será grabado por La 2 para que el momento quede inmortalizado.

Este disco tiene para usted algo de toma de perspectiva con respecto a su propia trayectoria. ¿Qué ha encontrado al mirar atrás?

El título del disco (El camino de los vientos) hace referencia a un camino influenciado por los vientos de la creatividad y de los encuentros… son impredecibles y enriquecedores. En realidad, nunca he planeado de antemano los proyectos musicales en los cuales me he involucrado. Han ido surgiendo gracias a la conexión humana y artística con otros músicos. Sin embargo, cuando uno mira atrás, es muy bonito ver que todo parece tener una lógica, como un camino lleno de recuerdos, amistades, aventuras compartidas.

¿Cómo se consigue que un álbum no quede disperso cuando se trata de una especie de retrospectiva y usted ha formado parte de proyectos tan diferentes entre sí?

El hilo director de este disco es el violonchelo. Creo que el instrumento es el que unifica todo, a pesar de la variedad de invitados y estilos.

El disco ha sido catalogado como ‘Arabic jazz’. A pesar de que seguramente sea muchas más cosas que eso, ¿qué le interesa de la música árabe?

Esta etiqueta se queda bastante reducida con el contenido del disco…. aquí hay influencias o sabores de muchas cosas: jazz, música árabe, música africana, clásico, flamenco… Por eso me gusta mucho más cuando me dicen ‘el violonchelista de los mil acentos’. Con la música árabe, no sé por qué, siempre he tenido una conexión casi natural…. los fraseos, los cuartos de tono son cosas que siempre me han emocionado. Yo no soy ningún experto, pero me gusta incorporar elementos de la cultura musical árabe en mi música.

En El camino de los vientos está rodeado por un elenco de nombres relevantes del jazz. ¿Cómo se gestó el grupo?

Cuando estaba preparando el repertorio de este disco, estuve componiendo cada tema pensando en un invitado especial. A veces eran amigos y compañeros de otros proyectos y a veces eran artistas de renombre que venía escuchando desde hacía 20 años. Me lo tomaba como un sueño, pensando que si al final no podía ser ya buscaría otra solución. Cuando empezaron a confirmar su participación todos fue una felicidad inmensa. Estoy muy agradecido, realmente… y por eso creo que hay que creer en sus sueños e intentar que se hagan realidad. No siempre puede ser. pero muchas veces sí.

En uno de los temas del álbum rinde homenaje a su abuelo...

El tema El abrazo es una composición que hice hace unos años con motivo del último abrazo que le dí a mi abuelo. Tuve la suerte de poder verlo en el hospital y tocar el cello en su habitación. Fue un momento muy emocionante, una especie de conexión muy profunda. Cuando se murió, a la semana siguiente, no pude ir a su entierro (tenía un concierto este día) y grabé este tema para mi familia, para ponerlo durante la ceremonia. Para este disco, lo volví a grabar, con un arreglo de violines de Léo Ullmann muy bonito. Cuando salió el disco, en pleno confinamiento y con mucha gente que no se pudo despedir de sus seres queridos, El abrazo tuvo una resonancia muy particular.

Uno de los grandes atributos de su música es la mezcla continua de diferentes tradiciones musicales. ¿Es el jazz el mejor vehículo para este continuo transitar?

No soy un especialista del jazz, pero me gusta utilizar este lenguaje y la libertad para improvisar. Creo que el jazz siempre se inspiró de otras músicas y melodías tradicionales…. por eso me parece natural considerar el jazz como un género muy abierto a otras músicas e influencias y en constante movimiento.

En este sentido, ¿cuál es su relación con lo académico? Se suele presuponer que el jazz nace de un lugar muy distinto a un conservatorio...

Yo estudié el violonchelo clásico en el conservatorio. Es una formación muy sólida y suelen salir de las carreras de clásico unos músicos de altísimo nivel técnico. Lo que pasa es que muchas veces los conservatorios se olvidan de la libertad de improvisación. A menudo los músicos de clásico envidian la capacidad de improvisación de los músicos de jazz o de música popular. De igual modo, muchos músicos de la tradición popular sienten cierto complejo por no saber leer partituras y sin embargo tocan con una libertad y un nivel técnico asombroso. Creo que la formación académica tiene que ser una herramienta, una baza más en la formación del músico… no un fin.