Funambulista es pura magia. Cuando lo ves cantar tienes la sensación de asistir a algo más que a un concierto, de estar frente a uno de los mejores cantautores contemporáneos de nuestro país. Diego Cantero ha dejado atrás su etapa en una multinacional y ha montado su propio sello, Señorita Rock and Roll, para tomar las riendas de su destino artístico. Se presenta con una canción optimista, Me gusta la vida, que representa la luz al final de este túnel en el que entramos hace un año (una imagen que queda escenificada en el videoclip que acompaña al tema). Grabado entre España y Puerto Rico, es, además, un adelanto del que será su próximo trabajo, previsto para el próximo año. Llena de vitalidad y un hambre voraz de recuperar el tiempo que las circunstancias nos han robado, Me gusta la vida es una ventana abierta a la esperanza, al futuro. Seguramente en esa línea va también lo de embarcarse en una gira junto a su amigo Marwán, Tarde, pero llegamos, que les traerá a Cartagena el 13 de agosto y arrancará en Madrid el 2 de julio, con un concierto en Las Noches de Río Babel, en el Wanda Metropolitano.

A Diego Cantero, ‘hacedor de canciones’ para artistas como Malú, Raphael, Abel Pintos, y autor de bandas sonoras para películas y series, le gusta la vida.

A mí también me gusta la vida, Diego.

Y yo que me alegro, Ángel. A mí me gusta escucharte siempre.

Creaste una emotiva canción sobre el coronavirus y la situación que generó. Recogía todas esas emociones juntas; decías: «Saldremos y será distinto». No hemos salido del todo, pero casi. ¿Es distinto?

Quizá cuando escribía esa canción [A un par de metros de ti] era más idealista (creo que hablamos de la primera semana de confinamiento...). Mi conclusión, a día de hoy, es que los buenos se han hecho más buenos y los malos, infinitamente más malos, pero al menos como sociedad empezamos a salir de una situación jodida que nos ha complicado la vida a todos. Me gusta la vida nace también en esos meses de pandemia, pero precisamente con la idea y el objetivo de mirar al futuro. He estado escribiendo las canciones que me gustaría escuchar, canciones que me den ánimo, así que el siguiente disco, aun escrito en tiempos oscuros, trata de poner luces largas y mirar hacia delante.

Quédate en tu casa pasó por ser el himno de la cuarentena, y Me gusta la vida, el de la desescalada, el de volver a vivir.

Ojalá que sí. La música sirve para muchas cosas, y yo siempre trato de transmitir los sentimientos que tengo dentro, o lo que necesito contar, pero a veces también para escribir las cosas que te gustaría que ocurrieran. Tener una actitud positiva, optimista, creo que ha conseguido que, llegado este momento –esta canción se escribió hace tres o cuatro meses–, tenga todo el sentido, y me alegro mucho.

El primer verso no podría ser otro: «A mí me gusta salir a la calle». Una ventana abierta a la esperanza, al aire libre, a la libertad.

A lo que nos quitaron, que pensábamos que jamás nadie, bajo ningún concepto, podría arrancarnos. A esas cosas que, quizá por rutinarias, acabamos no viéndoles la belleza que entrañan. El reto, a partir de ahora, será poder volver a hacer lo mismo que antes, pero con la mirada nueva, sabiendo que cada gesto, cada momento de la vida, es un regalo.

Lo has dejado bien escenificado en el videoclip.

Sí. El videoclip, de hecho, arranca conmigo en una cama dentro de un túnel, e inmediatamente salgo, lo dejo atrás y empiezo a ‘vivir’, empiezan a ocurrir cosas. Sobre todo trata de mostrar una actitud personal que depende de uno, de con qué zapatos te vistes por la mañana y con qué visión afrontas la vida. Todo depende de ti y de tu manera de mirarlo. Siento ser muy Mr. Wonderful, pero creo que estamos en el momento de serlo; en el momento de disfrutar, de ser exagerados por derecho; de cuando podamos abrazarnos, abrazarnos mucho más fuerte; de cuando podamos bailar, bailar mucho más. Mucho se comenta por ahí de los locos años veinte, pues algo así creo que va a pasar en los tiempos venideros.

Uno no terminaba de creerlo, pero...

Va a pasar, va a pasar. Ostras, es que nos han quitado cosas que no pensábamos que nos iban a quitar, cosas que son inherentes al ser humano. Nos han arrancado unos cuantos motivos de la lista de cosas por las que merece la pena vivir. Ahora tiene que haber un poco de ese pecado capital que es la lujuria. Llega el momento de ser lujuriosos por derecho.

Por ley. Por cierto, la canción la has grabado entre España y Puerto Rico.

Tristemente, por las circunstancias, yo no pude ir a Puerto Rico, pero coprodujimos la canción entre Tato Latorre, mi productor habitual, y Marcos Sánchez, un productor portorriqueño que trabaja mucho el tema de la salsa, el merengue, etc. Nos la llevamos allí para grabar unos pianos más latinos, y también las percusiones y los vientos. Es la primera vez que tengo ese lujo de poder llevarme mis canciones, de poder meterles un terceto de vientos de producción tal y como lo tenía en la cabeza. Tal vez esta nueva etapa, que tiene que ver con volver a la independencia y coger el mando de todo, me lleve a tomar decisiones que me matan de ilusión. Los lujos del músico.

Has dejado atrás tu etapa en una multinacional y te has montado tu propio sello, Señorita Rock And Roll.

Después de 20 años de música, de industria, de conocer un poco cómo se hacen las cosas, y de haber podido ir conociendo y eligiendo a la gente con la que formar un equipo, ha llegado el momento. Decidí salir de Sony –pese a tener muy buena relación con ellos– para enfrentarme a la situación con mi gente, con mi empresa, con mi equipo. Yo creo que, con los meses que han venido y la historia de la pandemia, me ha dado por reflexionar sobre esas cosas que piensas y que algún día tienes que hacer, pero que normalmente vas demorando porque sí. He tomado varias decisiones sobre cuestiones que quería resolver y para las que nunca encontraba el momento.

De hecho, tú has sido autosuficiente durante mucho tiempo: produciendo, componiendo..., haciéndolo casi todo.

En realidad, de veinte años de carrera, llevo quince de independiente, con Darlalata (que es el sello de mi mánager);esta última etapa en Sony ha sido de cuatro o cinco años nada más. Y ha sido una experiencia muy bonita, muy gratificante (conocer la industria por dentro, alejar un poco los fantasmas que tenemos con el tema de las multinacionales...), pero, al final, de las grandes empresas forma parte gente normal y corriente, con corazón, y me llevo de muchos de ellos muy buenos consejos y experiencias. De hecho, esta mañana, conforme salía la canción, se la mandaba también a parte del equipo de Sony, que sé que se alegran mucho con todo lo que está ocurriendo.

Siempre positivo, como buena parte de tus canciones.

A mí me gusta la vida. Ya hay muchos motivos para que se nos crucen cables, así que la actitud, al menos, debe ser optimista.

¿Cómo salió la letra de Me gusta la vida?

Ha sido la canción más rápida que he escrito en mi vida. Me fui a la sesión de composición para un artista latino y me juntaron con otro autor, e inmediatamente me salió del tirón. Puse una grabadora con el móvil y salió casi la melodía entera de arriba abajo, y una hora y media después tenía la letra. Fue de esas veces en las que pasan cosas con las que no te sientes ni siquiera como el autor, sino más bien como un transcriptor. De hecho, te diré que de aquella primera versión no he modificado ni una coma ni una palabra. Solo he tratado de cuidarla y llevarla al máximo dentro de lo que era, porque creo que parte del secreto de esta canción está precisamente ahí, en la frescura. Muchas veces, cuando enrevesas o le dedicas demasiado tiempo a alguna frase, quizá gana en profundidad, pero pierde en efectividad. Al final, la gente la va a escuchar mientras se toma una cerveza, mientras está en su casa, mientras hace la comida, y creo que esa inocencia de la primera escritura tiene algo de frescura que no quería perder.

Me gusta la vida también ofrece un sonido algo diferente al que nos tienes acostumbrados.

Llevo unos meses escuchando mucha salsa, a los clásicos. Hay una canción que me he trillado de arriba abajo: Pedro Navaja. Y coetáneos también, ¿eh?, gente que sabe cómo hacerlo. De todas maneras, Ángel, son las canciones que más me han entrado en este momento; quiero decir:no es que yo me haya puesto ahora a hacer música latina conscientemente. Es precisamente el desprejuicio que tengo hacia el estilo lo que me permite atreverme, y pensar que, como siempre, yo soy un sastre que hago trajes a las canciones, y les pongo el que mejor les queda. Es el divertimento de jugar con la música y con los estilos, y no condenarme a ser un artista de equis estilo o equis movida.

Volviendo al cambio, a llevar tus propias riendas, la verdad es que la industria musical no es la que conocimos, y se ofrecen nuevos retos.

En la industria musical hay actualmente una evidencia: la música urbana. Ha llegado y lo ha arrasado todo, y no como ocurría antes (que llegaba un nuevo estilo y se imponía al resto), sino que ha cambiado por completo el concepto de la industria, del consumo de música... La urgencia, la caducidad de las obras..., hay un montón de factores que sentía que se alejaban mucho de mí. La industria va muy rápida, las canciones se hacen y se crean para ser consumidas en muy breve espacio de tiempo, y yo, que tengo ese ego inevitable del que quiere de alguna manera ‘trascender’ –o, al menos, no arrepentirse mucho al escucharse después de unos años–, me siento bastante ajeno a esta corriente.

Tú aparte has colaborado con otros artistas, has compuesto para otros. ¿Qué es lo último que has hecho?

Pues acaba de salir una canción con Abel Pintos (con el que ya había trabajado en sus anteriores discos) y algunas campañas de publicidad. También hace poco salía un dueto de Roi y Cepeda, La misma dirección, que está en el número uno de alguna radio por ahí y tuve la suerte de escribir. Y, no sé, echándole un cable con la producción a algunos amigos que me flipa cómo hacen canciones. En fin, en la música, entre cables, auriculares, guitarras. Ese es mi sitio.

Y haciendo videoclips muy divertidos, como los que anuncian la gira con Marwán.

Haciendo el loco con Marwán.

Loco no; te has mostrado como un gran actor, con una vis cómica desconocida hasta la fecha.

Eso es cierto. Imagínate (lo de la gira con Marwan) nos conocemos desde hace más de 15 años, de tocar en bares, en salas... ¿Cuántas veces, después de un concierto, a puerta cerrada y con tres cervezas encima, habremos hablado de hacer una gira juntos? Ahora ya solo dependía de nosotros, así que dijimos: «Vamos a hacerla», y vamos a hacerla a lo grande, además. De hecho, el día 2 de Julio arranca la gira en el Wanda Metropolitano. Así que feliz con todo. Iba a decir que es «cumplir un sueños», pero, Ángel, tú sabes que mis héroes, mis ídolos, tocaban en teatros y en salas pequeñas... Yo nunca imaginé esto, con lo cual hace mucho tiempo que lo llevo disfrutando como un regalo, más que como una meta o un logro.

Ya solo te falta ser del Atleti, y que Sabina vaya allí a aplaudirte.

Joder, sería la bomba. El otro día hicimos la rueda de prensa y nos enseñaron el estadio, y, joder, yo no soy de fútbol, pero pensaba: «Cualquier otra persona que estuviera en mi cuerpo ahora mismo estaría disfrutando de la hostia». Le decía a la que nos llevaba: «Me puedes entrevistar por ser el que menos sabe de fútbol del mundo» [Risas]. Pero eso no quita que me haga una ilusión tremenda tocar en un estadio.

El 13 de agosto venís a Cartagena.

Así es. Es un show superdivertido. Estamos en el escenario todo el rato, compartimos canciones, él canta canciones mías y yo canto algunas de las suyas; una orgia musical con media banda suya y media banda mía. La gente va a ver esa magia de dos amigos que se conocen desde hace mucho y que consiguen hacer algo inimaginable.

Como aquella gira de Serrat y Sabina, Dos pájaros y un destino. Del concierto que diste en el Wizink Center ha salido un disco titulado Origen.

Es un disco que sacamos en formato de vinilo y que me ha propiciado una gira en solitario. Fue un volver a mirarnos por dentro, un volver al origen (sobre todo ahora que saltamos en otra dirección). Era el mes de septiembre, estábamos en lo más duro, se vivieron cosas increíbles...

Y en 2022, nuevo disco de Funambulista. Ahora los planes los haces tú.

Así es. Voy a ir adelantando canciones. A partir de septiembre iremos lanzando singles cada pocas semanas para que, por el nuevo modelo de consumo en plataformas, tengan su momento de protagonismo cada una.