El Sombra Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia presenta su décima edición con la temática ‘Metamorfosis’. El festival, cuyo cartel ha diseñado Daniel Acuña, dibujante de Los vengadores, Black panther y Capitán América, apuesta un año más por los clásicos. La clausura contará con la actuación de Los Amigos de los Animales (ex miembros de Ross, Schwarz y Second), que interpretarán en directo y con un equipo cuadrafónico la banda sonora original, compuesta especialmente para la proyección del clásico Nosferatu (F.W. Murnau, 1922). Lleva un año de aplazamiento; finalmente podremos verlo 15 meses después de cuando estaba previsto. Rock setentero, psicodelia, volumen y un equipo de sonido cuadrafónico, como en los 70, para la inmersión sónica absoluta. Y dos pases, para que nadie se lo pierda. Con Emilio Cortés y Alex Jiménez hablamos de esta experiencia sónica al límite, como un ‘light show’ psicodélico, una experiencia única, envolvente y con espacio para improvisaciones, que se presentará en dos sesiones (12 y 13 junio), ambas en la Filmoteca Regional.

Por fin, después de tanto tiempo, vais a ofrecer el concierto de rock cuadrafónico en el festival Sombra.

Emilio Cortés: Tiempo hemos tenido, porque se tuvo que aplazar justo una semana antes. Estábamos Javier, Andrés y yo tomando una cerveza pensando qué podía pasar con el tema del festival; todavía no se había declarado el estado de alarma ni nada por el estilo, pero nos llegó todo el chaparrón. Una de las cosas que ya teníamos clara era la película, y, por supuesto, el tratamiento que íbamos a hacer. Queríamos poner un poco de contrapunto. Era una película de cine mudo del expresionismo alemán.

El Nosferatu clásico de Murnau de 1922.

E. C.: En el grupo coincidíamos todos en que era de las películas que más nos había motivado en cuanto a tema vampírico. La que más nos había impactado de siempre. Y una de las cosas que teníamos clara es que, aprovechando que es una película muda, podíamos darle un contrapunto fuerte en cuanto al tema de ofrecerle una posibilidad sónica mucho más amplia, y dentro de esa posibilidad sónica de la película, entrar en temas que al público le puedan afectar o chocar un poco más, como pueda ser el sonido cuadrafónico o el volumen de realización de la interpretación. En eso estamos. No es fácil lo del tema cuadrafónico. Tenemos la suerte de que Alex (Jiménez), aparte de ser el supertécnico, es el batería de Los Amigos, y está currándose mucho todo el tema de la presentación en cuadrafónico, viendo a ver cómo podemos dar la mayor sensación de espacio en la sala, de amplitud del sonido. Es una cosa muy chula, el proyecto nos encanta porque yo no había participado en ningún tipo de proyecto parecido.

Para los más neófitos, ¿qué es el sonido cuadrafónico? La experiencia viene casi desde finales de los años 60 con Pink Floyd, de los primeros que hicieron ese sonido envolvente.

Alex Jiménez: Correcto. Esto no deja de ser una mitomanía. Teníamos ganas, podemos, y hemos dicho ‘adelante’.

Una mitomanía sí, pero no una frikada. Ya cualquier cosa es friki, con lo que estamos viviendo y padeciendo estos días.

A. J.: ‘Descarao’, pero no deja de ser un mito. Además nos da mucho coraje y nos encanta poder desarrollarlo. Todo parte de la idea de que Los Amigos de los Animales es un grupo de evolución melódica y armónica muy extensa. Hay mucho Krautrock.

Incluso a través del tiempo.

A. J.: Totalmente. La herencia musical de Los Amigos es muy amplia, y sabemos que se basa justo en todas esas épocas, desde los 60 y los 70. Tiene, aparte de muchas armonías, mucho cambio de tritono, y cantidad de sintetizadores con muchos eventos atmosféricos, que nos va a permitir jugar y hacer como una especie de circulación en la sala, que además por suerte la sala de la filmoteca es maravillosa, porque la hicieron super bien en su día, es sequísima, muy buena para el sonido. Vamos a instalar cuatro puntos; se va a manejar todo con un sistema digital donde se va a poder ir haciendo circulación con ciertos elementos. Unos se mantendrán en posiciones, de repente los estéreos pueden cambiar desde delante a atrás, o de lateral a lateral. Todo eso va crear un espectro que la gente no va a saber por dónde le vienen las hostias, hablando claro.

Vamos, que está estudiado. No es algo caprichoso.

A. J.: No, y lleva muchísimas horas de trabajo. Como tengo que estar encima de la batería tocando, que también me encanta, vamos a contar con Antonio Eriatarka, un gran amigo y compañero que además sabe también mucho de cuadrafonía y eventos de este tipo, y vamos a preparar en conjunto durante varios días, vamos a hacer un ‘stage’ muy extenso en un ensayo que tenemos en Cehegín de un gran amigo, Carlos Marín, y vamos a preparar ahí toda la sesión de grabación, vamos a grabar todos los ensayos intensos durante cuatro días, y luego con Antonio Eriatarka nos vamos a quedar un par de días preparando todas las memorias de la mesa. Es como un guión, por escenas, por actos de cada momento de la película, y hay que programarlo todo (va a llevar sus horas), y conforme vas haciendo el paso de ‘snapshots’ van cambiando las escenas ambientalmente. Vamos a intentar hacer un gran trabajo para que la gente que esté visualizando la película salga con una experiencia única.

¿Qué habéis aprovechado, por ejemplo, del disco que presentasteis en el Teatro Circo?

E. C.: De esos temas no. De Los Amigos de los Animales hay temas como para hacer una serie de 10 o 12 discos seguidos, y más después de la pandemia, porque en la pandemia ha sido una de las terapias la composición.

Queda incluso post-apocalíptico.

E. C.: Sí, es lo que tienen estas cosas. La gente tiene que hacerse un poco a la idea de que el tratamiento que hicimos en el disco es distinto a esto. Es una de nuestras características: tenemos un espectro muy amplio de actuación. Va a ser un poco más duro, más oscuro, por supuesto, como la película requiere, y bastante más denso, yo creo.

A. J.: Hemos manejado mucho las intensidades, hay pasajes muy largos pero que son solo ambientales, con una guitarra de 12 cuerdas y 20 delays, y de repente entra un sintetizador analógico monofónico, otras cuerdas por otro lado, un tema de banda superpotente que te destroza los oídos, vuelve a bajar, vuelve a subir. En cierta manera, lo hemos vuelto a evolucionar.

Que nadie se asuste. Va a ser envolvente, va a haber volumen, va a ser denso, pero no peor de lo que ya estamos viviendo.

Javier García Caballero: Dentro de la normativa, pero al límite.

En la composición, ¿os habéis inspirado en sonidos setenteros que ya están en vuestra base, en aquellos light-shows que se hacían en San Francisco donde corría el LSD? ¿Cuáles han sido vuestras fuentes documentales para esta composición?

E. C.: Ya no estamos en el LSD (risas), pero el tratamiento de los temas va en la onda esa, debido a que a nosotros principalmente nos gusta trabajar con ese tipo de instrumentos y ese tipo de toques. Yo creo que concuerda mucho con la historia el uso de sintes analógicos, de material antiguo en la interpretación en directo: nos transporta a esa historia, y el tipo de esos elementos, de los distintos instrumentos.

A. J.: El problema es que a la hora de la interpretación, llega un momento en que el transcurso del pasaje nos pedía también incorporar algún tipo de textura diferente, más moderna. No nos hemos cortado a la hora de incorporar alguna cosa así, pero siempre con mesura, porque nuestro background es el rollo más vintage.

Esos light-shows en un momento dado podríais hacerlos fuera de la película con unos buenos amigos, Schwarz, proyecto del que algún ‘amigo de los animales’ ha formado parte. Ahora están en dique seco, pero van también por esa misma línea. En el disco que publicasteis, Los Amigos de los Animales había esos interludios, espacios instrumentale -‘Hipocondrios’ los llamáis vosotros-.

E. C.: Es que una de las cosas que ha caracterizado de siempre a Los Amigos de los Animales era la improvisación, y a partir de unas notas ir desarrollando temas que durasen mucho tiempo y tuviesen distintas intensidades, centrarse en efectos y todo esto. Aquí en la película, por supuesto, entramos en esta historia también. En el disco tenían que estar representados porque es el ADN de Los Amigos de los Animales; en la película se ve también claramente, incluso más, porque estamos dando una textura relacionada completamente con el ambiente que tiene la película en ese momento, los personajes, sus características. Todo esto se transmite luego en la música y evoluciona en continuo. No vamos a hacer mucho parón; tampoco vamos a entrar metiendo brasa continuamente, pero no hay silencios largos y este tipo de cosas.

De hecho, el que sea una película silente favorece que estéis vosotros prácticamente todo el tiempo ahí.

A. J.: Hay mucho leit-motiv por personajes: este está en un mayor, pero te transmite a un menor…, y cambios de tonalidades.

E. C.: Nosotros somos muy viscerales a la hora de componer; más que fijarnos en notas, nos fijamos en sensaciones, y una de las cosas buenas que tiene el cine es que te transmite muchas sensaciones, y el ser capaz de unirlas con lo que estás desarrollando musicalmente es el rollo de poder hacer que la cosa concuerde y que llegue bien. Hemos ido en esa línea, viendo lo que nos pedía la secuencia o las imágenes en ese momento, e intentar transmitirlo por medio de la música.

¿Cómo está concebida la obra en realidad? ¿Cuánto tiene de experimental?

A. J.: Es inevitable que todo recuerde a todo hoy en día, y más con la herencia musical que tenemos, pero todo ha partido de unidades cero y se ha ido experimentando en el ensayo, ha ido evolucionando.

E. C.: Luego también hemos dejado una parte libre al momento.

A. J.: Muy free. Hay bastante parte de improvisación.

E. C.: Habrá a lo mejor un 30% de desarrollo que vamos a ver cómo sale. Tenemos unas directrices más o menos marcadas, pero van a depender mucho de cómo nos sintamos nosotros en ese momento y como estemos ahí en la Filmoteca viendo la peli ahí en grande.

A. J.: Y luego, como se dice, nos vemos en el choque de manos, en la pantalla, y confluimos. E. C.: La verdad es que te cambia mucho todo, y creo que es una historia interesante poder dejar un poco de creatividad para el momento. Cuando tocas en escenarios de este tipo, grandes, es una experiencia muy inmersiva, sobre todo si tienes algo detrás que te está arropando y envolviendo -en este caso la película-; te afecta a la hora de hacerlo en directo, parece que te incorporas y sientes mucho más toda la historia, y eso te posibilita entrar más en la peli, y eso te hace tocar de una forma no diferente, pero sí con más motivación. Eso en directo puede ser muy positivo. Dejarlo todo a la experimentación es un poco arriesgado.

Vais a hacer dos pases. También tiene que ver la limitación de aforo.

J. G. C.: La idea es de Alex. No sabemos cuánta gente va a poder entrar teniendo en cuenta los aforos. Vamos a hacer dos pases que nos aseguren una cantidad de público mínima, porque hay dos problemas, y uno es presupuestario.

A. J.: El mío personalmente era más motivacional, porque nos hemos pegado un curro que qué menos que nos vean 400 personas, por favor.

E. C.: El trabajo es mucho, y por otra parte muy gratificante para nosotros, hemos visto cómo han evolucionado los temas a unas composición bastante chulas, y hemos decidido que lo que nos interesa también es grabarlo. Vamos a hacer distintas tomas, tanto en estudio como en directo, que se grabará, y de ahí sacaremos un CD, una edición de lo que será la banda sonora de Nosferatu, que aparte de todo coincide con que el año que viene es el 100º aniversario de la película.