En muy poco tiempo, Claudio Cerdán (Yecla, 1981) se convirtió en uno de los mejores representantes de la prolífica comunidad noir de la Región. Desde que debutara en 2012 con El país de los ciegos, no ha parado de facturar novelas de gran calado entre la crítica y el público como Cien años de perdón (2014) o La última palabra de Juan Elías (2017), continuación de la exitosa serie de televisión Sé quién eres (Mediaset, HBO). Sin embargo, el yeclano no es dado al acomodo y, para su último trabajo, ha querido dar un volantazo. Lector de cómics desde que tiene uso de razón, asegura que era cuestión de tiempo que una de sus historias acabara convertida en un guión, y el caso de Ray -con «elementos visuales muy fuertes»- parecía idóneo para derribar (también) esa puerta. Así, escudado por el dibujante argentino Sergio Carrera (Image Cómics, IDWPublishing, DC Comics) y un buen puñado de mecenas, Cerdán ha dado vida a su primera novela gráfica, Toxic detective (Wild Lemon Books, 2021). Hablamos con él para conocer mejor este proyecto y sus intenciones dentro del mundo del cómic. 

Cuénteme, Claudio, ¿qué es eso de la ‘Sensibilidad Química Múltiple’?

Consiste en una reacción extrema a los tóxicos de los ambientes. Es una enfermedad tan nueva que apenas se conoce. Países como Dinamarca o Japón la están tratando, pero la OMS está dividida al respecto...

¿Por qué le ha interesado hasta el punto de incluirla como un elemento central dentro de uno de sus trabajos?

Descubrí que aquellos que la padecen viven recluidos en sus casas, sin pisar la calle (porque, de hacerlo, enferman durante largos periodos). Ese punto de partida me pareció increíble para crear una ficción criminal. Imaginé a alguien que iría debilitándose según pasaran las páginas porque la propia ciudad quiere matarlo, es un enemigo más. Y de ahí surgió Toxic detective.

Por cierto, si no me equivoco, este no es un trabajo más dentro de su intensa producción (centrada en el noir)..., se trata de su primera novela gráfica. ¿Es lector habitual de cómics?

Sí. Llevo leyendo cómics toda mi vida. Siempre dicen que mis novelas negras son muy visuales, así que saltar al guión era cuestión de tiempo... Para mí es un lujo poder haber sacado adelante esta obra y que la comparen con algunas de Brubaker o Miller. Una de las influencias más grandes que he tenido como novelista fue el personaje de Punisher...

Desde luego, y más allá de ese telón de fondo que dibuja la Sensibilidad Química Múltiple, la de Ray (su protagonista) es una historia muy de cómic. ¿Pero por qué ha decidido abrir ahora esta puerta? ¿Escribió esta historia para convertirla en una novela gráfica o fue el propio relato el que le fue dando pistas de que este podía ser el mejor formato para publicarlo?

La historia contenía elementos visuales muy fuertes que se habrían diluido en una novela. Pensé que el formato cómic era el que mejor le vendría, y creo que no me he equivocado. Solo hay que ver el increíble trabajo que ha hecho Sergio Carrera con las ilustraciones del álbum.

El libro acaba de llegar a las librerías de la mano de Wild Lemon Books y, en parte, gracias a un crowdfunding iniciado hace ya casi un año y que fue todo un éxito, logrando recaudar casi 9.000 euros. ¿Qué tal la experiencia?

Sergio y yo decidimos hacerlo así para no perder control sobre nuestra obra y poder hacerla como quisiéramos. Fue un riesgo, pero estamos muy contentos con la implicación de tantos amigos y lectores. Si la hubiéramos sacado en una editorial tradicional el resultado habría sido distinto...

¿Hasta qué punto ha influido la pandemia en la construcción del entorno en el que se desenvuelve Ray, un tipo que por culpa de la Sensibilidad Química Múltiple vive confinado y, cuando sale, puntualmente, lo hace con mascarilla y guantes?

El guion llevaba escrito casi cinco años; la covid nos ha plagiado esa parte. El aspecto de Ray hubiera sido más chocante si no existiera la pandemia, pero ahora lo tenemos bastante normalizado... Por el contrario, también somos más empáticos con la situación del protagonista porque todos hemos vivido un confinamiento similar, así que, en ese sentido, podemos saber perfectamente cómo se sienten los enfermos de Sensibilidad Química Múltiple.

De hecho, viendo la apariencia del protagonista en la portada, podríamos llegar a pensar que se trata de un cómic de corte postapocalíptico, y realmente el mundo en el que se desenvuelve es mucho más parecido al nuestro..., lo cual da hasta más ‘miedo’...

Hay discusión sobre la Sensibilidad Química Múltiple, pero lo que está claro es que esas personas existen. Los pacientes lo viven así, ellos son reales, es una parte de nuestra sociedad que apenas tiene visibilidad. En ese aspecto, Toxic detective es una obra 100% realista. El mundo cambia más deprisa de lo que creemos, y no todos reaccionan igual...

Por supuesto, no puedo dejar de preguntarle por Sergio Carrera, el encargado de dar vida a su guión. ¿Está satisfecho con el resultado? ¿Ha logrado plasmar en imágenes lo que usted tenía en la cabeza?

Sergio es el mejor compañero de viaje que podría imaginar, y ya no por su estilo oscuro, que tan bien funciona en el género negro, sino porque ha mejorado muchas partes de la historia con sus propuestas y hallazgos. Quienes se acerquen al cómic van a quedar maravillados ante la belleza de sus páginas. Y el mérito es todo suyo: Sergio tiene un talento impresionante.

Y, después de esta experiencia -que, aunque aún es pronto, parece que marcha por buen camino-, ¿se plantea volver al cómic en un futuro?

Sí. De hecho, Sergio y yo ya estamos planeando nuevos crímenes... Toxic detective acaba de salir, y estamos volcados en la promoción, pero pronto volveremos a contar una nueva historia en este formato.