¿Quién somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Se lo preguntó Gauguin e finales del siglo XIX y, algún tiempo después, Julián Hernández como portavoz de Siniestro Total. Pero ni el posimpresionista francés ni el lenguaraz músico madrileño fueron ni el primero ni el último en hacerlo. Cuestionar nuestra propia existencia es algo intrínseco del ser humano; y aunque la perspectiva de una angustiosa ausencia de certezas condena a este simple concatenación de cuestiones al ostracismo más absoluto, en ocasiones hay quien desempolva estos interrogantes para tratar, no ya de ofrecer respuestas –una auténtica quimera–, sino de hacer reflexionar al respetable.

Porque sí, estas tres dichosas preguntas –interpretables más bien como una alegoría de la propia vida– han alimentado históricamente las dudas de poetas, músicos, actores, artistas... Formuladas en ese o distinto orden, como tres cuestiones o como una sola, pero, en esencia, con un mismo propósito: entendernos a nosotros mismos (o, al menos, intentarlo). Y algo así le ha pasado a Sophie Thirion (Bruselas, 1978), referencia absoluta del ‘teatro físico’ a nivel europeo, creadora inquieta que en 2014 aterrizó en Murcia para poner en marcha un laboratorio de creación y encuentro de artistas en torno a la danza y la performance (‘La Lírica Física’) y que hoy sube a las tablas del Teatro Circo su último trabajo, Home.

«Mi reflexión, en este sentido, busca volver a encontrar el sentimiento profundo de nuestra existencia, de dónde venimos, y obviamente engloba temas relacionados con la identidad, la procedencia, el género, las creencias...», apunta la artista belga, cuestionada por las motivaciones de esta peculiar pieza, construida sobre el concepto ‘hogar’ (de ahí el título de la obra, en su traducción al inglés). Pero, claro, con ‘hogar’, Thirion no se refiere a un piso o un lugar en el que poder dejar nuestro cepillo de dientes; la cosa va más allá. «Me interesa que el público –el que llenará esta tarde el TCM, porque no quedan entradas desde hace días– pueda reflexionar sobre el tema de la ‘pertenencia’ entendiéndolo como algo muy personal de cada individuo. La pieza abre ventanas para que cada uno pueda quizás preguntarse qué es el hogar realmente». Pero, como su propia autora (y directora) confiesa, Home solo ofrece «sugerencias»; lo demás es cosa del espectador. «Son preguntas abiertas que no encierran ninguna respuesta fija», insiste.

¿Es el público, pues, protagonista de Home? Solo en parte. Digamos que su papel es, más que el de meros espectadores, el de observadores necesarios; es decir, se les reclama una presencia activa, no ser sujetos pasivos (no es esta una obra como para poner la mente en blanco). «No es directamente participe –confirma la artista belga–, pero su ubicación espacial le coloca en una posición más íntima que estando en butacas. No interactúa de manera directa, pero sí está dentro de lo que sucede», explica Thirion, que ha ideado un montaje en 360 grados. «Mi intención –señala– es recrear esa sensación de ‘hogar’, por eso juego con el hecho de rodear al público entre cuatro paredes (de papel) haciéndole sentir como si estuviera dentro de una casa», adelanta.

¿Y quién más habita esas ‘paredes’? Cinco performers de la Región: Susan Ríos, Gabriel Almagro, Nora Pellicer, Andrea Martínez, María Heredia. «Conocí a los intérpretes por los cursos que he estado impartiendo en los últimos seis años en Murcia, y, de hecho, sus lenguajes, universos, formas de expresar y su peculiaridad fue lo que me motivó a trabajar con elles [lenguaje inclusivo]», recuerda Thirion, que se detiene en Ríos y en su socio Fran Ros, responsables de Aye Cultura Social, cuya compañía teatral (la murciana La Aye Cía.) es corresponsable –junto a La Lírica Física– de este montaje. «Ellos me han apoyado siempre en todas mis idas y venidas a Murcia, en todos mis proyectos, y siempre con mucha fuerza. Son para mí un pilar fundamental en mi empeño por desenvolverme y desarrollar aquí mi trabajo como artista. Les estoy muy agradecida por creer en mis propuestas», insiste. «Por otro lado –continúa–, me gustaría nombrar a Emilio Manzano [director y dramaturgo murciano] que también forma parte del equipo con su diseño de luz y con el que ha sido un placer entenderme. En fin, que estoy muy agradecida a todes por hacerme sentir como en casa», sentencia.

El resultado, que podrá verse hoy a las 16.30 y a las 20.30 horas –y en idéntico horario mañana y el viernes, con todavía alguna entrada por vender–, es un espectáculo que ni siquiera su creadora es capaz de enmarcar dentro de los límites que imponen las diferentes ramas de las artes escénicas. «Es complejo de definir, sí... Porque es una pieza que entremezcla varios lenguajes: la performance, danza-teatro, una estética muy plástica..., y todo ello desde una visión muy poética, así que me cuesta encerrarla en un solo término. Podríamos hablar mejor de ‘nuevos lenguajes’, porque lo que me interesa es abrir la percepción multidimensional del público», apunta Thirion, quien emplea todas las herramientas a su alcance para ahondar en sentimientos como la pertenencia, la identidad, la intimidad y la identidad... Ya saben: Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.