Copla, baladas, boleros, rancheras y hasta flamenco. Este es el repertorio al que Falete tiene acostumbrado a su público, con el que irrumpió en el panorama musical en el 2004 con una imagen rompedora y un registro vocal que sorprendió a muchos. Bambino, Lola Flores, Frank Sinatra, Chavela Vargas y Juan Gabriel están entre sus mayores influencias y ahora ha llevado a su terreno algunos de los temas más populares de estos y otros intérpretes en Prefiero ser así, un disco de versiones en el que rinde homenaje a estos grandes intérpretes de la canción española y latinoamericana que han estado siempre presentes en su vida. El día 5 de junio arranca, en el teatro El Brillante de Córdoba, una nueva gira en la que paseará por toda España estas canciones, que se grabaron antes de la pandemia y aún no se han desplegado en los escenarios. Para esta actuación, el artista ha escogido un formato íntimo y cercano en el que hará un recorrido por su repertorio acompañado tan solo por el pianista Alejandro Cruz.

-Llega a Córdoba con ‘Prefiero ser así’, un disco grabado hace un año y apenas paseado. Por fin llegó el momento. ¿Cómo se siente ante la vuelta a los escenarios?

-El disco salió justo antes de la pandemia, y no se le ha hecho ninguna promoción. Todo quedó paralizado. En cuanto a la vuelta a los escenarios, yo siempre he dicho que los nervios y la responsabilidad hay que tenerlos siempre a flor de piel, pero ahora me siento aún más nervioso. Este parón ha sido obligado y, aunque sé que sigo cantando como siempre, ahora siento cosas diferentes porque llevo mucho tiempo sin actuar, me da más reparo y hasta me pregunto si aguantaré hora y media de concierto.

-Pero tendrá ganas de encontrarse con su público.

-Por supuesto, de eso es de lo que más ganas tengo, y lo que peor llevo es no poder recibir después a la gente en el camerino, donde me dan esos besos y abrazos. Se echa mucho de menos, pero ya volveremos al piel con piel.

-¿A quién rinde homenaje en este trabajo y por qué?

-Le canto a Raphael, a Joan Manuel Serrat, a Juan Grabriel a Nino Bravo... Era un disco que me apetecía mucho hacer porque son canciones que he oído mucho, forman parte de mi vida. Es mi primera producción, yo me lo he guisado, lo que pasa es que todavía no me lo he podido comer. Me apetecía recordar a estos genios y esas canciones con las que he crecido, que a oía a mi padre cantar.

-En este disco lleva el ‘América’ de Nino Bravo a las bulerías. ¿Todo se puede llevar al flamenco?

-Todo, lo tengo comprobado. El flamenco es tan enormemente extenso que cualquier estilo musical se puede adaptar al flamenco.

-En Córdoba ofrecerá un espectáculo a piano y voz. ¿Piensa mostrar el disco así o ha preparado otro tipo de montaje?

-Llevo tres espectáculos distintos, que iré desarrollando según lo que pidan los empresarios. Por ejemplo, en el Festival Flamenco on Fire voy con toda la banda, unos diez músicos. Pero tengo claro que los espectáculos a piano son muy bonitos. La intimidad y calidad que da un espectáculo a piano no te lo da otro formato. Y el día 5, en el Teatro El Brillante habrá de todo, cantaré copla, balada, bolero, rancheras... Cuando un artista se presenta ante su publico con un único instrumento, es donde verdaderamente surge esa magia, no hay nada para distraerse y se crea esa complicidad. Me gusta hacer al público partícipe. Y yo no creía en este formato cuando me lo propuso Alejandro Cruz, me parecía una locura, y ahora estoy seguro de que merece la pena verlo.

-Copla, baladas, boleros, rancheras, melódica, flamenco. ¿Hay algo con lo que usted no se atreva?

-Con el reguetón. Y no es que no me atreva, es que no lo digiero, con todos mis respetos a quienes lo hacen. A mí me han educado musicalmente con mucho bueno, y hay cosas por las que no entro.

-Han pasado siete años desde su último disco. ¿Por qué tanto tiempo?

-He tenido una etapa en la que solo me he dedicado a hacer mis conciertos, mis viajes a Latinoamérica, mis programas de televisión... Y he ido dejando la grabación porque, además, tenía dudas sobre lo que grabar. Hasta que un día me apeteció hacerlo y producirlo yo mismo en la onda musical del primer disco, muy sencillo.

-El título del disco, ‘Prefiero ser así’, parece una declaración de intenciones.

-Totalmente, como dice Rosario Flores, con este titulo te lo digo todo y no te digo nada. Yo prefiero ser como soy, tanto para lo bueno como para lo malo, transparente. Quien me conoce lo sabe, no tengo dobleces. Y me gusta ser como soy, vestir como visto, cantar como canto y lo que canto. No me gusta que se me impongan las cosas, hago lo que quiero, siempre desde el respeto.

"Hace 50 años un hombre no podía salir al escenario con un mantón o una bata de cola"

-Es un artista peculiar con una imagen rompedora y una puesta en escena muy especial. ¿Qué diferencia al Falete del escenario del de la calle, del día a día?

-Muy poco. Mi abuela, que tenía mucha gracia, decía que se puede ser pobre, pero la limpieza y el agua no están reñidas con nada. Y eso lo llevo al escenario. Se puede ser como quieras ser, pero impoluto en lo que le ofreces a los demás.

-Le gusta cuidar su estética. ¿Cómo es su nuevo vestuario?

-Hay mucho color, los colores me fascinan. Me gusta cambiarme dos veces durante las actuaciones. En Córdoba aún no sé cuál me pondré. Yo le doy mucha importancia a todo y me fijo hasta en los zapatos de los músicos y todo el mundo tiene que estar limpio en el escenario.

-El flamenco siempre ha sido un mundo muy machista. ¿Sigue siéndolo?

-Creo que, afortunadamente, se está cambiando y, a día de hoy, muchos artistas pueden expresarse tal cual sienten. Hace 50 años, un hombre no podía salir a un escenario con un matón o una bata de cola. Pero, sin embrago, Carmen Amaya salía vestida de hombre y bailaba como un hombre.

-¿Se ha sentido rechazado en algún momento por su estética, su forma de ser o condición sexual?

-Jamás, todo lo contrario. Creo que porque tengo una fuerte personalidad y transparencia. No me importa lo que digan de mí, pero cuando la gente te ve con tanta seguridad y energía, termina claudicando. Respeto infunde respeto. Y si no le gusta a alguien, que se vaya.

-¿Cómo ha vivido la pandemia?

-Fatal. Los primeros momentos me costaron mucho, entre otras cosas, por toda la situación de mis compañeros. Pero, afortunadamente no se ha ido nadie de mi familia.

-Parece que la música se recupera. ¿Cree que habrá un antes y un después de esta pandemia en el terreno artístico?

-Sí. Esto nos ha hecho recapacitar y, sobre todo, valorar que muchas veces es más importante la calidad que la cantidad, que con poco se puede hacer todo. Y algunos cachés de artistas desaparecerán.

-¿Qué significa Córdoba en su recorrido?

-Tengo un recuerdo de Córdoba muy grato, aunque no te puedo decir el año. Fue una actuación en el Gran Teatro y era de las primeras veces que me presenté en Córdoba. Antes de empezar a cantar, el aplauso fue de casi cinco minutos. Y todo antes de abrir la boca. Esa es una de las cosas que se te quedan en la retina porque te marcan. Es una parada muy importante para mí.