La nada más absoluta. Así califican los seguidores del Festival de Eurovisión la puesta en escena elegida para Blas Cantó, que representará a España con la canción "Voy a quedarme". Una escenografía que ha indignado a los "eurofans" y que han estallado en redes sociales tras conocer cómo será la actuación del representante español y que ha terminado de hundirle en las casas de apuestas que vaticinan el posible ganador.

Las reacciones se han producido después de que el murciano haya pisado el escenario del Ahoy Róterdam, ciudad que acoge este año el festival, para realizar su primer ensayo oficial ante la prensa. El escenógrafo, el holandés Marvin Dietmann, han apostado por un concepto sobrio con una gran luna luminosa que hace recaer casi todo el peso de la candidatura en la afinada voz del cantante.

Uno de los aspectos más criticados por los expertos en el Festival de Eurovisión radica en el hecho de que se vuelve a repetir una escenografía muy parecida a la elegida para la preselección. Una puesta en escena que no levantó pasiones y que mantiene casi todos los elementos: la iluminación tenebrista del arranque, la niebla a ras de pista, el inicio vocal a "capella" y el recurso escenográfico del eclipse proyectado a su espalda.

Como novedad, además de cambios en los arreglos musicales de la canción que no han sido del gusto de todos, a mitad de su interpretación el eclipse ha dado paso a una gran luna que comienza a descender sobre el escenario, con juegos de luces acompasados con la música que rebotan sobre su superficie. De negro riguroso, Cantó ha querido dejar más espacios dentro de la canción, tal y como anticipó en Madrid en su última rueda de prensa, y ha prolongado el último "me" del estribillo con el que se cierra su tema.

Los eurofans, decepcionados con TVE

La puesta en escena ha caído como un jarro de agua fría sobre los seguidores españoles de Eurovisión, decepcionados con Televisión Española tras los múltiples fracasos cosechados en el festival. "La nada más absoluta es lo que ocurre sobre el escenario en el primer ensayo de España. Mismo recurso escénico al ya visto en Destino Eurovisión", apuntan desde un portal especializado. "¿Dónde está el curro de la puesta en escena? ¿Una única luna gigante es lo único que se le ha ocurrido al escenógrafo? Muy flojo el primer pase del primer ensayo", añade otro.

La furia de los "eurofans" se ha visto acrecentada por el hecho de que Marvin Dietmann, el escenógrafo encargado de propuesta española, también es el encargado de la puesta en escena de otros países como Chipre y Austria que se sitúan entre los favoritos a alzarse con la victoria en el festival. Una escenografía más trabajada y rompedora que la de Blas Cantó que ha terminado por dinamitar los ánimos entre los seguidores españoles del festival.

Blas Cantó, emocionado en la rueda de prensa

En una rueda de prensa posterior al ensayo, Cantó subrayó que su presencia en Róterdam demuestra que "los sueños se hacen realidad" y aseguró que, el ensayo y su presencia por primera vez en un escenario de Eurovisión, supusieron un momento "muy emotivo", en el que él se sintió "muy bien".

"El sueño comenzó cuando era un niño. (…). Es como si todavía estuviera en el sueño. Creo que cuando hagamos nuestra actuación (en la final de Eurovisión), el círculo se cerrará. Esto es como un cuento de hadas", agregó.

Cantó, que se emocionó varias veces durante su conversación con los periodistas en Róterdam, aseguró que "no le resulta fácil cantar esta historia, es muy difícil" y reconoció que, si piensa "demasiado en la historia que hay detrás de la canción, podría estar llorando todo el rato" y por eso prefiere "pensar en las personas que están todavía entre nosotros".

"No quiero llorar en el escenario porque este es el momento de mi vida", sentenció.