Los reyes de España se han desplazado este miércoles a Oliva (Valencia) para entregar el Premio Cervantes 2020 al poeta Francisco Brines, que ha recibido a sus majestades en su domicilio en la finca familiar ‘Elca’, que ha inspirado muchos de sus poemas. El delicado estado de salud del escritor, de 89 años, le impidió recoger el galardón el pasado 23 de abril en Alcalá de Henares, como es habitual.

Felipe VI ha entregado al escritor la escultura y la medalla acreditativas del premio más importante de las letras hispanas, en reconocimiento a la poesía «intimista y entrañable» de uno de los pocos poetas supervivientes de la Generación de los 50. Por su parte, Brines le regaló al rey una edición especial de La iluminada rosa negra, una antología poética con cuarenta de sus poemas, con prólogo de Carlos Marzal y veinte serigrafías originales del artista murciano Antonio Martínez Mengual, uno de sus libros «más preciados», editado por la editorial Ahora. 

Brines, uno de los últimos representantes vivos de la generación del 50 y defensor de la poesía como ejercicio de tolerancia, respondió el pasado 23 de abril al gran número de felicitaciones que recibió por el Cervantes con unas palabras de agradecimiento desde su casa.

"La vida a veces tiene la delicadeza de las flores: su carne son los pétalos con su obligado color y se hace el milagro; te acercas y cómo huelen. Color, aroma y forma, un ser vivo. Y eso es lo que el hombre recibe en la tierra de la mano de Dios. Desde Elca, feliz día del buen libro", escribió el poeta en un mensaje enviado a sus amistades y a las numerosas personas que le felicitaban.

El texto estaba acompañado de una fotografía en la que aparecía una imagen del manuscrito de su poema 'El último viaje', sobre el que había depositada una rosa roja con la que el escritor quiso sumarse también a la celebración del Día Internacional del Libro.

Unos días antes, en un homenaje musical y literario organizado en el Jardí Botànic de Valencia por la Generalitat y la fundación que lleva su nombre, Brines, en un mensaje grabado, glosó lo que somos: "El misterio que existe entre dos nadas".