Alberto Charro tiene nuevo títere. Se llama Bigote Chino y acaba de publicar un single, Listo, al amparo del sello Lunar. Junto a Luigi García (batería de Garaje Florida), Antonio Viwe (teclista en Últimos Bañistas y Alexanderplatz) y el graduado en underground Víctor Martínez al bajo, Alberto muestra su habitual dosis de socarronería melódica con menos garage de por medio. De otra forma: uno se imagina en un concierto de Bigote Chino meneándose igual que en uno de Galleta Piluda o Los Malinches, pero volviendo a casa sin oler a choto. De momento, al menos. Dice Alberto, aquí a la guitarra, que en el resto de canciones vuelve «a las andadas». Y a sus andadas, cada vez lo sabe más gente, hay que estar atento.

Supongo que Bigote Chino nace en un momento en el que le salen canciones que no le cuadran ni con Los Malinches ni con, por ejemplo, Galleta Piluda. ¿Cuándo han empezado a surgir estos temas, bastante menos psicodélicos de lo que se suele relacionar con usted?

Sí que es cierto que este primer single que hemos lanzado se aleja de la psicodelia, pero atento, porque con lo que viene después volvemos a las andadas... En cualquier caso, cuando por mi cabeza aparece una canción, enseguida tengo muy claro para qué proyecto va destinada, y había temas que efectivamente cuadraban con otro tipo de proyecto. También me condiciona el instrumento, ya que en Bigote Chino toco la guitarra y en Los Malinches la batería, y hay canciones en las que me gusta tener el control de la base rítmica y en otras darle mi rollo con la guitarra.

De todas formas, y a propósito de la psicodelia, siempre le han interesado más las bandas que hacían canciones más concretas que las de solos de cinco minutos. Más del rollo angelino, por así decirlo, que del de San Francisco. En ese sentido, canciones como Listo se pueden entender como una continuación lógica de lo que venía haciendo.

Lo de las etiquetas para definir una música es un temazo. Pienso que si una persona considera que la psicodelia pura es algo más cercano a lo progresivo, está claro que Time of the season le va a parecer un coñazo pop. Y a una persona que normalmente escucha música más genérica le puede explotar la cabeza con Tomorrow never knows. Yo considero que me encuentro en medio de ese barómetro. No me suelen gustan las turras de 20 minutos de desarrollo fumeta, pero si me lo gozo con los cambios melódicos inesperados y las producciones que te transportan a lugares con el uso de guitarras deformadas, órganos procesados, etc.

Bigote Chino ya era un secreto a voces. Incluso llegó a dar un concierto en un Zorroclocos como one man band; actuación, por cierto, de la que no quedó muy satisfecho. ¿Qué pasó?

Lo que pasó fue que era la primera vez que me subía a un escenario yo solo a manejar tantas cosas a la vez, y es algo realmente difícil. Pero así soy yo, si no lo pruebo, reviento. Después hice un par de bolos más en ese formato, pero seguía sin estar cómodo en soledad y abandoné la idea. Creo que nadie llegó a entender del todo qué es lo que hacía en esos conciertos. Ni siquiera yo.

¿Cómo ha sido la llamada a filas a Luigi García, Víctor Martínez y Antonio Viwe?

Luigi escuchó unas canciones que publiqué en plataformas y que había grabado bajo mi nombre artístico [Alberto Charro] y se ofreció a tocar la batería si en algún momento decidía llevarlo al directo. Lo que no sabía Luigi es que me acababa de dar otra vez la ilusión de coger la guitarra, pero esta vez acompañado. Ensayamos unas cuantas veces los dos solos, pero enseguida liamos a Víctor para que se animara a coger el bajo. Ya teníamos casi la banda, pero faltaba la chispa que lo hiciera especial, un buen teclista como Antonio. La verdad es que el grupo se conformó muy espontáneamente entre colegas, y así siempre fluyen bien las cosas.

Se hace raro que Vicente Navarro (Galleta Piluda, Los Malinches)no tenga un papel en la banda, aunque sea perfilándoles los bigotes...

Vicente está muy ocupado haciendo gazpacho y abriendo portales interdimensionales. Además, me tiene ya muy visto, y yo puedo ser muy estomagante.

Dice que la canción va «de ser listo o simplemente hacérselo». Supongo que pocos saben tanto de aguantar a gente que va de lista como alguien que ha tenido un bar (Trémolo) y una tienda de discos (Precolombino). Háganos un top-3 de los listos más listos que han entrado en su tienda y en su bar.

Es difícil acordarse de todos para poder elegir. ¡Murcia es tierra de listos! Pero, ya que lo preguntas, raro era el día en que a la tienda no entraba alguien a contarme los muchos discos que tenía, para después irse sin ni siquiera mirar el material. Una vez vino un señor cuya intención era solo y exclusivamente decirme que el equipo de música que tenía en la tienda era una grandísima mierda comparado con el suyo, y con las mismas se fue. Pero entre todos, creo que me quedo con la charla que me dio una persona que quería deshacerse de unos casetes y que afirmaba ser quien creó toda la movida de discotecas de una importante zona costera. Aseguraba que en los noventa era una especie de semidiós que podía poseer a cualquier chica con solo señalarla.

¿Ha notado una proliferación de listos con la pandemia?

Con tanto tiempo para pensar estaba claro que aflorarían, por eso silencié a mucha gente en las redes. Así que ni me he enterado.

Presentaron el single bajo el sello Lunar. ¿Qué viene después de Listo?

Vamos a seguir publicando canciones poco a poco en digital para darnos a conocer. Pero nuestra intención es finalmente sacar un disco físico para después del verano. En cuanto a Lunar, estamos muy a gusto trabajando con un sello que lleva más de 20 años peleando y editando bandas; además, son muy buena onda.

Se suele tachar su música como algo ‘excéntrico’, algo que quizá puede atribuirse a su sentido del humor..., como si el hecho de escribir desde el humor significase que está abordando los temas con menos profundidad. Sobre todo en Galleta Piluda, que había quien les veía casi como una broma y pese a ser una de las bandas más interesantes de Murcia de los últimos tiempos. Esa teoría se refuerza con el hecho de que con Los Malinches, con un tono más, digamos, perfilado, dieron un salto en cuanto a repercusión. ¿Dónde se sitúa Bigote Chino en ese sentido, quizá en el medio?

Pues sí, creo que lo has explicado muy bien. La tontuna siempre ha sido parte de mí, pero no me define. Yo hago lo que toca en cada momento, y cada cosa que he hecho en la música me ha aportado cosas importantes. Nunca en mi vida me lo he pasado tan bien tocando como con Galleta Piluda en nuestros conciertos más locos. Por otro lado, con los Malinches experimenté (y sigo experimentando) un reconocimiento muy satisfactorio, quizá por el hecho de ser algo que creamos desde cero con una idea bastante original y que ya cuenta con sus adeptos incluso fuera de España. Y esta nueva criatura llamada Bigote Chino acaba de nacer y ya me está sacando espinitas que llevaba clavadas desde hace tiempo, así que tengo buenos presentimientos.

Alguien dirá que montar una banda en plena pandemia mundial (pasando por alto lo de ‘Bigote Chino’ en la época de la mascarilla) también es de ser listo...

Lo que me extrañaría sería que no se hubiera producido un incremento de bandas de nueva creación en este periodo. Con tanta gente en paro y tan pocas opciones de ocio, creo que es una buena salida para emborracharse y recibir un buen impacto de decibelios en la jeta. Pero vamos, pueden llamarme listo o tonto que a mí me va a dar exactamente igual. Yo, como dice la canción, aquí seguiré bebiendo cerveza embobado.